Más decepción que fracaso

Es deporte nacional la lapidación pública de nuestras selecciones. No podemos evitarlo. A España le gusta la crítica, la carnaza y los titulares grandilocuentes. Vender como humillación, hundimiento y vilipendio el más mínimo desliz. No hablo en este caso de la derrota contra Estados Unidos, aunque creo que algunas crónicas de ayer responden a esta extraña afición, sino de las conclusiones obtenidas del Europeo Sub-21.

No diré que no esperaba más pero en defensa de nuestros jugadores alegaré que, por lo menos para mi gusto, Alemania e Inglaterra tenían mejor equipo o al menos más compensado. De tres selecciones una tenía que quedarse fuera y visto el alto nivel que han mostrado nuestras dos competidoras nadie puede rasgarse las vestiduras. No cabe duda que los jugadores españoles son más técnicos pero los ingleses y los alemanes son más fuertes, más rápidos y definen mejor. Y eso va en los genes.

A pesar de que Javi Martínez y Raúl García sonfutbolistas que abarcan mucho medio del campo se han tenido que ver con "toros" como Khedira, Aogo o Milner mientras que arriba López Caro ha apostado por lo delanteros bajitos y técnicos lanzándoles a una aventura utópica contra jugadores como Micah Richards, muy rápidos, mucho más corpulentos y especialistas en el corte.
Si a todo ello añadimos el hecho de que nuestros rivales suelen contar con muchos más minutos en sus equipos, que en un gran porcentaje ya han debutado con la absoluta (algo muy difícil en España dado el nivel actual), que están acostumbrados a vivir situaciones de responsabilidad en sus clubes y que a Alemania y a Inglaterra les valía con el empate, se empezará entonces a entender el motivo por el que España se queda fuera a las primera de cambio.

Si los jugadores jóvenes no se empiezan a promocionar desde los propios clubes difícilmente podremos exigirles luego que lleguen a una gran competición internacional menos rodados que los demás y que encima se hagan con el trofeo. Eso se llama hipocresía.