lunes, 27 de junio de 2011

River, ¿Qué te hicieron?

Según escribo este post comienza a despuntar en Argentina el "Día 1" después del descenso de River Plate. La salida del sol no entiende de colores, ni de sentimientos, ni siquiera de dramas futbolísticos. Asoma irremediablemente por el este de la misma forma en que se esconde lentamente por el oeste. Es un proceso natural que se repetirá por los siglos de los siglos siempre y cuando no se cumpla alguna de esas teorías catastrofistas que auguran el fin del mundo.

De la misma forma en que esto sucede, los afortunados que puedan deberán levantarse como cada mañana a trabajar. La producción y el negocio no se toman una jornada de reflexión para intentar entender qué ha pasado con la entidad rioplatense. El que tenga que hacer empanadillas para venderlas por la calle o en las oficinas las hará jodido si es hincha de River, pero tendrá que hacerlas a fin de cuentas si quiere alimentar a su familia. Y lo mismo acontecerá con el que pone tornillos en una fábrica, con el que barre las calles o con el que vende ropa en una tienda. Es decir, que pase lo que pase en el fútbol, como en la canción de Julio Iglesias "La vida sigue igual".

Este razonamiento resulta absurdo de puro axiomático y no hay que ser Pitágoras para llegar a él. Sin embargo aún hay becerros que se niegan a comprenderlo, analfabetos funcionales que no comprenden la realidad del deporte rey y se refugian en él para canalizar sus frustraciones y descargar toda la ira acumulada a lo largo de una vida pobre de espíritu.

Desgraciados que acuden cada fin de semana a los estadios con la única finalidad de armar jaleo, animando cuando las cosas van bien y arrasando con todo lo que se cruza en su camino cuando vienen mal dadas. Masa sin personalidad, tipos con ansias de hacerse ver llevando hasta el ridículo su compromiso con unos colores. Porque los comportamientos violentos no son extremos, son en conclusión ridículos.

El trastornado que ayer desmontaba las gradas en busca de cascotes que arrojar al campo y a la policía no es sino un payaso con ansias de protagonismo. Probablemente no sepa ni porqué lo hace. Si tiene algo de cerebro hoy se habrá incorporado de la cama o del suelo de un sucio calabozo y habrá pensado qué ha ganado con todo lo que lió ayer. Nada de lo que hiciera va a evitar que su equipo se vaya al pozo, que el año entrante cambie de objetivos y peleé por ascender.

Es patético, kafkiano, que los jugadores tuvieran que sufrir ayer en círculo rodeados por las fuerzas de seguridad y lo es aún más que se hayan visto obligados a dormir en el vestuario para evitar males mayores. Ellos sobre el césped son los responsables del episodio más triste de la historia del club. Pero no son los que manchan la camiseta. Ese dudoso honor le corresponde a la gentuza que amparándose en la desgracia de su equipo hicieron pillaje en los comercios y destrozaron los coches de personas ajenas a todo. Los cretinos que, enfundados en el merchandising de la entidad y tapando su rostro como cobardes, convirtieron ayer "El Monumental" en un solar. Probablemente poco les importe pero por su culpa la cancha será clausurada sesenta días y no se podrá jugar en ella la final de la Copa América para escarnio a nivel continental.

Sin embargo sería injusto atacar solo a los aficionados belicosos como la única lacra. No le van a la zaga aquellos que se aprovecharon de su posición de privilegio en el palco para esquilmar las arcas. Esos nombres que aparecen en los medios como culpables por sus fechorías. Carroña que está casi en busca y captura por llenar sus bolsillos con un dinero que no era suyo.

Al final entre todos se cargan 110 años de historia y llevan la tristeza y la depresión a la mitad de Buenos Aires. Unos se gastaran lo saqueado en vicios caros. Otros volverán dentro de unos meses al campo a protagonizar esos hechos que tristemente se repiten de forma cíclica. La mayoría de los jugadores emigrarán en busca de mejores oportunidades deportivas dejando en la cuneta a "Los Gallinas". Al final el sufrimiento es solo de unos pocos, los que de verdad saben lo que es ser de River. Como en todo, pagan justos por pecadores.

lunes, 20 de junio de 2011

Top 20+3: Los mejores fichajes del año

Cuando la semana pasada me lancé muy ufano al ruedo asegurando que este lunes haría una lista con los 20 mejores fichajes del año en realidad no era consciente de la dificultad que entrañaba realizar una hazaña tan complicada. Lo digo porque tras hacer una preselección de unos treinta jugadores y llevar a cabo un corte que dejaba la cifra en veintitrés me veo incapaz de seguir con la poda. Asumo que algún puritano me criticará por mi falta de decisión y por salirme de los cánones que yo mismo establecí. Para aquellos simplemente puedo decir que se queden con los que van del veinte al uno y marginen a los otros tres porque yo no me veo con fuerza moral para hacerlo.


20+3 Sandro (Tottenham): Los que hablaban de locura cuando el Tottenham pagó diez millones de euros por su traspaso el pasado verano se cargaron de razones en el primer tramo de la temporada, donde el brasileño apenas asomó por el terreno de juego. Sin embargo bastaron dos noches mágicas para que todos cambiaran de opinión. Su inconmensurable eliminatoria con el Milán le abrió las puertas de la titularidad y a partir de ese momento todo ha sido gloria para él. Algunos de los grandes ya han preguntado por su situación y ahora solo falta ver como se desenvuelve en su segunda temporada en Europa, en Londres o dónde el destino le lleve.


20+2 Dmytro Chygrynskiy (Shaktar Donetsk): Petición expresa de Guardiola, el ucraniano pasó sin pena ni gloria por la Ciudad Condal. Aquél tipo de rostro serio y mirada perdida apenas jugó ocho partidos completos pese a que se pagaron por el veinticinco millones de euros. Por eso los azulgrana no dudaron en devolverlo al lugar del que vino renunciando a diez millones por el camino. Ahora que se busca un central quizás más de uno se tire de los pelos después de ver la gran campaña que ha realizado en el sorprendente Shakhtar, donde fue una pieza clave hasta su inoportuna lesión.

20+1 Chicharito Hernández (Manchester United): Cuando el pasado verano viajé a México en plena "fiebre Chicharito" se me quedó marcado a fuego el lema de una camiseta: "Te vas como héroe, regresa como leyenda". Todo el sentir de un país representado en la figura de un futbolista de veintitrés años que ha devuelto toda esa confianza con una primera temporada en Inglaterra para recordar. Veinte goles entre todas las competiciones, alguno de ellos de vital importancia, son la carta de presentación de un delantero cuyo único pero es el haber estado desaparecido en algunos partidos importantes. Algo que a buen seguro solucionará cuando adquiera experiencia.

20. Felipe Caicedo (Levante): Difícilmente podían imaginar en Valencia el rendimiento del ecuatoriano cuando llegó cedido por el Manchester City. Sin embargo sus actuaciones le han convertido en uno de los delanteros de moda en la liga gracias a su regularidad y a sus buenos guarismos en cuanto a efectividad de cara al arco. Los granotas han comprado sus derechos por un millón de euros, muchos dicen que para hacer negocio con él. Si eso finalmente sucede no será fácil encontrarle un sustituto.

19. Modibo Maïga (Sochaux): Es casi milagrosa la quinta posición del Sochaux, que no recordaba tiempos tan buenos desde que coincidieran en su plantilla hombres como Mathieu, Pedretti, Meriem o Frau. Gran culpa de este éxito la tiene el acierto en el fichaje de este maliense de 24 años que se ha entendido a las mil maravillas con el nigeriano Brown Ideye, el otro delantero del equipo. Juntos han formado una pareja letal que ha anotado treinta de los sesenta goles del club de Montbéliard.

18. Borja Valero (Villarreal): Resulta una delicia verle jugar, un gusto para todos los sentidos. Es uno de esos futbolistas que sabe dónde irá el balón antes de que le llegue al pie y es una cualidad que no se paga con dinero. Quizás por eso no se irá salvo que aparezca una propuesta irrechazable. Y si al final lo hace será por muchísimo más que lo llegó. Su excelsa temporada, en la que ha debutado con la selección y ha manejado a su antojo el juego del conjunto, bien lo justifica.

17. Darren Bent (Aston Villa): Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Eso es al menos lo que debieron pensar los dirigentes del equipo de Birmingham cuando en el mes de diciembre tiraron de billetera para traer a Darren Bent por más de veintiún millones de euros e intentar escapar de un descenso que veían de reojo. Objetivo conseguido. El internacional inglés mejoró incluso sus cifras con el Sunderland y con nueve goles se convirtió en el elemento mesiánico que se necesitaba.

16. David Villa (Barcelona): La aportación del asturiano ha sido fundamental en la gran temporada del Barcelona pero quizás se esperaba algo más de él. Las malas rachas han afectado a unas cifras que al final han sido muy semejantes a las de Ibrahimovic habiendo contado con más minutos.

15. Robinho (Milán): Para muchos la del brasileño iba camino de ser una de las carreras más decepcionantes de la historia del fútbol. Tras su paso por el Madrid y su fracaso en Inglaterra, su vuelta al Santos era para muchos el fin del trayecto. Sin embargo el tiempo ha demostrado que fue un paso atrás para dar dos hacia adelante en el Milán, donde se ha adaptado rápidamente y ha vuelto a sentirse fundamental. Ha recuperado la soltura en su juego y eso solo puede ser una buena noticia para el fútbol.

14. Sebastian Giovinco (Parma): Los aficionados al fútbol andábamos ansiosos de volvernos a encontrar con la verdadera "hormiga atómica", que parecía haberse perdido en aquella jungla que a día de hoy es la Juventus de Turín. Ha tenido que volver a sus orígenes, a ese lugar donde comenzó a ser grande, para volver a jugar sin presión y desplegar toda esa clase que hacía de él uno de los futbolistas con mayor proyección del Viejo Continente.

13. Hernanes (Lazio): Había una gran expectación por el aterrizaje del mediocentro del Sao Paulo en una gran liga y visto lo visto la pregunta que ahora se plantea es la de porqué no lo hizo antes y porqué no lo hizo en un club con más cartel. Quizás sea mejor así, que se forje en la Lazio para luego destapar todas sus esencias en una plaza de más enjundia. De momento su debut no puede haber sido mejor. Doce goles y seis asistencias le han convertido en el hombre revelación del Calcio con permiso de Aléxis Sánchez.

12. Luis Suárez (Liverpool): Llegó en el mercado de invierno y fue un soplo de aire fresco para los reds, que parecían muertos y resucitaron. No llegaron a colarse en la Champions pero tras una temporada nefasta en todos los aspectos se quedaron a las puertas. Mucho tuvo que ver en ello el uruguayo que ha demostrado ser un ejemplo de adaptación participando en un tercio de los goles de su equipo y dejando jugadas estratosféricas que son un buen aperitivo de lo que puede llegar la temporada que viene.

11. Ricardo Carvalho (Real Madrid): Si hablamos de relación calidad-precio, pocos fichajes habrá hecho mejores el Madrid en las últimas campañas. Con 33 años lo ha jugado prácticamente todo y rayando a un nivel sobresaliente. Una vez más ha demostrado ser la prolongación de Mourinho en el campo, su jugador de confianza. Llegará un momento en el que sufra el bajón propio de la edad, pero a día de hoy ese momento se ve lejano.

10. Rafael Van der Vaart (Tottenham): Los londinenses acometieron la operación de su traspaso sobre la bocina al ser conscientes de que el holandés se planteaba un cambio de aires y el Madrid estaba dispuesto a escuchar ofertas. Resulta impredecible el rendimiento que podía haber sacado de él Mourinho pero sí se puede hablar del que ha obtenido Harry Redknapp, que ha sido mucho. Más tranquilo y sin tantos ojos fijados en él, parece ser el internacional holandés que mejor se ha recuperado del palo del Mundial.

9. Peter Odemwingie (West Bromwich): El ruso-nigeriano nacido en Tashkent ha tenido una carrera de lo más peculiar en la que, con excepción de su irregular paso por el Lille, aún no había tenido la oportunidad de jugar en una gran liga. A sus 28 años le llegó por fin la y ha sabido aprovecharla. Él solo se ha echado al equipo a la espalda y ha demostrado que un jugador sí puede hacer un equipo.

8. Yaya Touré (Manchester City): Los treinta millones de euros pagados por él parecían más un capricho árabe que una necesidad pero a la larga ha quedado demostrado que el jeque no se equivocó apostando por él. En un equipo completamente anárquico, el marfileño se ha convertido en el sostén en el centro del campo, en la figura necesaria para dar equilibrio al once. Y a todo ello hay que añadir sus dos goles decisivos en la FA Cup, el que sirvió para eliminar en semifinales al United y el que dio el trofeo contra el Stoke.

7. Zlatan Ibrahimovic (Milán): Se marchó del Barcelona herido en su orgullo, con ganas de reivindicarse y de demostrar porque es probablemente el jugador más decisivo de la última década en la Serie A compartiendo protagonismo con Di Natale. Ha sacrificado sus guarismos individuales en beneficio del equipo y los rossoneri lo han notado para bien. Veintidós goles y trece asistencias avalan sus actuaciones. Solo baja enteros por la mala actuación de los italianos en la Liga de Campeones.

6. Moussa Sow (Lille): Es el caso más sorprendente de este ejercicio. En una sola campaña en el Lille ha metido más goles y ha repartido más asistencias que en sus siete años de carrera anteriores. Y todo ello sin que el vigente campeón de la liga francesa tuviera que pagar un euro por él. Mayor rentabilidad imposible.

5. Ángel Di María (Real Madrid): Su mal Mundial levantó la voz de alarma en el club blanco, que ya le tenía atado con antelación. Surgieron las dudas y algunos se preguntaron, yo entre ellos, si de verdad costaba los treinta millones pagados por él. Al final ha demostrado que valía eso y quizás más. El argentino ha maravillado con su velocidad, su desborde, su llegada y sus detalles de clase. Tanta confianza tiene en sí mismo que ya ha pedido un aumento de sueldo. Un detalle algo feo pero que denota personalidad en un futbolista que ya se siente importante.

4. Mesut Özil (Real Madrid): Es el otro gran acierto de la secretaría técnica del conjunto blanco. Uno de esos futbolistas que corre con el balón pegado al pie. Dotado de una visión privilegiada y una tremenda inteligencia, abre con tremenda facilidad las líneas y no solo juega sino que también hace jugar. Llamado a ser uno de los elegidos en los próximos años su único pero es la resistencia física. Solo ha jugado ocho partidos completos.

3. Edínson Cavani (Nápoles): Lo mejor del uruguayo es que se desconoce su techo. Mejora de forma exponencial cada año que pasa y aunque su aspecto físico pueda engañar solo tiene veinticuatro primaveras. Rodeado de una afición que tiende a rendir pleitesía a jugadores como Hamsik o Lavezzi, él es el soldado silencioso que se encarga de transformar en oro todo lo que toca. Lo hacía en el Palermo y lo sigue haciendo en el Nápoles. De cabeza, con el pie, desde fuera del área... lleva el gol en la sangre.

2. Nenê (PSG): Sí, hablo de ese jugador que pasó por el Mallorca, el Alavés, el Celta y el Espanyol como el segundo mejor fichaje del año en Europa. A mi también me sorprende, es cierto, pero dos datos avalan mi teoría. El primero es que ha participado directamente en 27 de los 56 goles anotados por los capitalinos en liga. El segundo es que se ha demostrado la dependencia que de él tenía el Monáco, condenado a la segunda división tras venderle el pasado verano. En un equipo especialista en convertir en ídolos a jugadores de nivel medio en España (leáse Pauleta), es junto con Hazard el mejor pelotero del campeonato.

1. Raúl (Schalke 04): Asumo las discrepancias que pueda generar la decisión de poner al español en lo más alto de esta clasificación pero no podré compartirlas. Sus números, sin ser los de alguno que ha pasado por aquí, son impresionantes para aterrizar en una liga nueva pasada la treintena. Pero hay que ir más allá. Desde mi punto de vista es el mejor fichaje del año por todo lo que le ha rodeado, porque su llegada a la Bundesliga se ha convertido en un fenómeno social. Era la estrella que el fútbol alemán necesitaba para proyectarse al resto del mundo. Además ha hecho historia en su club convirtiéndole en semifinalista de la Liga de Campeones, algo por lo que nadie hubiera dado un duro a principio de temporada. Se ha ganado a la afición, se ha ganado a sus compañeros que le reverenciaban sobre el césped de Gelsenkirchen y además ha ganado la copa en una temporada que no ha sido buena. La etapa de Raúl en España ya terminó, eso es evidente, pero es injusto marginarle por ello. Allá en la lejanía sigue siendo grande.

A partir del miércoles me tomaré unos días de descanso por lo que el blog permanecerá parado hasta el próximo lunes. Aprovecho también para animaros a que votéis a la página web "Futbólogos" en la iniciativa llevada a cabo por Banesto para apoyar a jóvenes emprendedores. Ya sabéis que no suelo hacer publicidad de estas cosas pero creo que es una buena causa porque si el proyecto sale adelante podremos vernos beneficiados un gran número de blogueros que escribimos sobre fútbol. Os dejo el enlace por si os animáis:
http://unclickuneuro.yuzz.org/tuweb_pgt623.html

viernes, 17 de junio de 2011

Nombres del fútbol: Herbert Chapman

Si habéis seguido de cerca la sección de los viernes sabréis que la idea de la misma es traer a colación a personas que por un motivo o por otro guardan relación con el fútbol bien sea porque su nombre se utiliza para bautizar un estadio, porque en honor a ellos hay un equipo de fútbol o porque hay trofeos que reconocen su labor a lo largo de los años.

En el caso que hoy nos ocupa, nos encontramos ante un tipo que a muchos no os sonará pero cuyo legado para el deporte rey a nivel global y a nivel de club es casi inabarcable. Una de esas personas que pasaron de puntillas por el mundo cuando el deporte se encontraba en fase embrionaria y cuya labor solo ser reconoce con el paso del tiempo, desgraciadamente cuando ya no se encuentran entre nosotros para levantar la vista y disfrutar de lo que han conseguido.

Porque Chapman falleció ya hace mucho tiempo, el "Día de Reyes" del año 1934, como consecuencia de una pulmonía. Tenía por entonces 55 años y se encargaba de buscar nuevos talentos para el Arsenal, la entidad desde la que encontró la plataforma ideal para difundir su pequeña revolución.

Claro, que para llegar al equipo londinense antes había tenido que "hacer mucha mili". Nacido en el año 1878 en Kiventon Town, una localidad perdida en la zona sur del condado de Yorkshire, comenzó a apasionarse por el fútbol en casa. De sus once hermanos, dos eran futbolistas profesionales, el más conocido de ellos Harry, que llegó a conquistar dos Ligas y una FA Cup con el Wednesday antes de morir de tuberculosis a los 37 años.

No parecía en cambio que el pequeño Herbert fuera a seguir su camino cuando se decidió a estudiar ingeniería de minas posiblemente por los consejos de su padre, que se dedicaba a la extracción del cobre. Al final pudo más su amor por el balón y a los 18 años salió de su localidad natal para enrolarse respectivamente en el Ashton North End, en Stalybridge Rovers y el Rochdale; equipos todos ellos que jugaban la liga del condado limítrofe de Lancashire.

Eran sus tiempos de futbolista amateur, esos en los que no podía comer con lo que hacía sobre el campo y se veía obligado a buscar trabajos paralelos. De hecho esa necesidad fue la que marcó sus comienzos. Fichó primero por el Grimsby, lugar donde tenía un oficio pero donde no jugaba, y posteriormente por el Swidon y por el Sheppey, entidades estas últimas que se vio obligado a abandonar como consecuencia de la falta de oportunidades laborales.

Frustrado se decidió a retomar sus estudios en Worksop Town alternándolos con la práctica balompédica en el club de la ciudad. Fue entonces cuando, abandonadas prácticamente todas sus aspiraciones de profesionalismo, le llegó su primer contrato tras una buena actuación frente al Northampton Town que llamó la atención de uno de los ojeadores.

Mucho tiene que agradecerle Chapman a ese equipo que le dio tantas oportunidades y se convirtió en su mejor escaparate primero como jugador y más tarde como entrenador. De hecho formando parte de la plantilla le llegó su primera gran oportunidad. Se la dio el Sheffield United, que le fichó tras un partido de la FA Cup.

Jugó 22 partidos pero la gran competencia le obligó a cambiar de aires y poner rumbo al Notts County a cambio de 300 libras, algo impensable a día de hoy. No obstante la cifra sería aún menor en el traspaso que le llevó al Tottenham tras un año cedido en el Northampton. Los londinenses pagaron por él 70 libras. Tras dos campañas algo irregulares finalmente decidió volver de nuevo al Northampton por tercera vez renunciando al profesionalismo consciente de que lo mejor que podía hacer era centrarse en su labor de ingeniero.

El destino en cambio le tenía reservados otros menesteres. Por petición del club, que veía en él a un tipo inteligente capaz de aportar algo, decidió probar suerte como entrenador. Fue entonces cuando Chapman comenzó a poner orden en un fútbol que se caracterizaba por la anarquía como el sistema predominante.

La brillante imagen dejada con los de East Midlands en los cinco años al frente del banquillo animó al Leeds City (precursor del actual United) a darle la oportunidad de seguir creciendo en su nueva faceta. Y cumplió con las expectativas depositadas en él. Sus famosas y casi pioneras charlas tácticas con los jugadores cobraron fama y el juego en conjunto mejoró tanto ofensiva como defensivamente al igual que los resultados. Hasta el punto que la asistencia media a Ellan Road subió en casi 5.000 espectadores, personas todas ellas que querían ver en directo el producto diferente que ofrecía su míster.

Herbert Chapman manejaba por entonces un proyecto de grandes dimensiones a medio plazo que acabaría viéndose desmontado con la irrupción de la Primera Guerra Mundial. Aquél episodio que desmanteló el bloque le hizo replantearse las cosas y en el año 1916 decidió marcharse a trabajar a una fábrica de munición de Barnbow. Finalizado el conflicto retornó a Leeds pero abandonó el cargo al poco tiempo para marcharse a Selby como superintendente en una planta de petróleo.

El motivo nunca se sabrá pero muchos dicen, y no sin razón, que lo hizo para alejar su imagen de la de un equipo que había sido acusado de irregularidades financieras en el periodo bélico. Esto ocasionó una sanción de por vida para Chapman, que finalmente salvó el pellejo alegando que durante ese espacio de tiempo él trabajaba en la fábrica de munición y no estaba al tanto del asunto.

Por suerte para el fútbol y por desgracia para la empresa en cuestión, esta quebró en el año 1920. Nuestro protagonista se quedó en la calle, situación que aprovechó el Huddersfield Town para contratarle. Los "terriers" acaban de subir por primera vez en su historia a primera división y era un equipo con aspiraciones sencillas, algo que cambió repentinamente. En la primera campaña completa del nuevo entrenador se conquistó la FA Cup tras vencer en la final al Preston. El gran logro hizo que se obviara la decimocuarta posición en liga.

Sin embargo aquél trofeo era solo el aperitivo de lo que estaba por venir. Su revolucionario juego basado en la férrea defensa y las mortales salidas a la contra mezclado con el acierto en los fichajes (motivado en gran parte por la magistral red de ojeadores que había tejido) fueron las dos bases sobre las que se construyó un equipo que ganó la liga tres años seguidos.

Chapman solo pudo disfrutar de los dos primeros títulos pues el tercero le pilló lejos de la ciudad, concretamente en Londres. Amante del dinero, algo que ya había demostrado con anterioridad en su carrera, decidió dejar al Huddersfield en lo más alto y aceptar una oferta del Arsenal que doblaba su sueldo. Los Gunners no atravesaban por entonces un buen momento y por ello decidieron dar plenos poderes a su nuevo técnico, una decisión de la que todos los amantes del fútbol se han beneficiado durante años.

Durante su estancia allí Chapman será recordado por muchas circunstancias pero especialmente por una que coincidió en el tiempo con su aterrizaje en la capital. Ese verano de 1925 se había llevado a cabo una modificación del sistema del fuera de juego adaptándolo a lo que es hoy en día. Para la mayoría de entrenadores resultó algo anecdótico pero no para él, que estudió mucho para contrarrestarlo hasta que dio con la solución. Esta no era otra que cambiar el tradicional
2-3-5 por el sistema conocido como "WM".



Como se puede apreciar en la imagen, este recibía el nombre del dibujo que representaba sobre el terreno de juego. La innovación implicaba pues que un mediocentro pasaba a ocupar la posición de defensa central, renunciando al ataque pero encargándose del punta rival. Esto además liberaba a los otros dos defensas para que estuvieran pendientes de las incursiones de los extremos. La inferioridad en el medio del campo se contrarrestaba retrasando a los dos interiores para que ayudaran en las labores de creación.

Varios equipos lo hicieron pero donde mejor se aplicó fue en el Arsenal, que sufrió una revolución siendo subcampeón en el primer año. Era el primer paso de un modelo que solo necesitaba de tiempo y jugadores para establecerse como revolucionario. De hecho hicieron falta cinco años para levantar el primer título. Fue la FA Cup de 1930, en la que se venció en la final al Huddersfield por 2-0.

Un primer premio a la paciencia que no sería el único. De hecho el año siguiente los Gunners ganarían la primera liga de su historia. La ganaron anotando 127 goles lo que no sirvió para que, como todo genio incomprendido, Chapman fuera criticado por su juego. Hasta el punto que su equipo pasó a ser conocido como el "Lucky Arsenal" o el "Boring Arsenal".

A pesar de ello eran los favoritos para conseguir el doblete el año siguiente, objetivo del que finalmente le privaron el Everton en el campeonato doméstico y el Newcastle en la final de la FA Cup. El sinsabor no hizo en cambio caer los ánimos y en el año 1933 el club volvía a proclamarse campeón liguero.

Sería la última gran satisfacción en vida de Herbert. Como cada temporada, después del verano, agarraba de nuevo las riendas del Arsenal sin saber que lo haría por última vez. En invierno contrajo una pulmonía mientras viajaba presenciando algunos partidos y finalmente fallecía días después.

No obstante, su legado y sus propuestas estructurales permanecieron. En lo deportivo, los londinenses volvieron a ganar el trofeo liguero ese año y el siguiente. En lo social, sus aportaciones fueron impagables. Chapman fue el primero en proponer la disputa de partidos nocturnos. El primero el proponer la iluminación artificial en los terrenos de juego. El primero en usar fisioterapeutas y masajistas. El primero en solicitar un balón blanco para mejorar la visibilidad. El primero que decidió dar números a sus jugadores. El primero en proponer una competición europea de clubes. El primero que introdujo la calefacción subterránea en los terrenos de juego. El introductor de las mangas blancas en el uniforme del Arsenal para darle personalidad al club. El que consiguió que se rebautizara la estación de Gillespie Road con el nombre de Arsenal Station. El que quitó el artículo "The" delante del nombre del equipo para que este apareciera alfabéticamente por encima de sus rivales. En definitiva, un auténtico genio.

miércoles, 15 de junio de 2011

¿Qué ha sido de... Nordin Wooter?

Me visita estos días en Madrid un gran amigo natural de Zaragoza y por supuesto seguidor acérrimo del club de su ciudad, algo bastante meritorio teniendo en cuenta los disgustos a los que le tiene acostumbrado en los últimos años. Dotado de gran memoria, de vez en cuando me trae a la mente recuerdos de futbolistas que algún día pasaron por allí no ya sin pena ni gloria, sino cosechando un fracaso estrepitoso.

Chilavert, Rijkaard, Cafú, Esquerdinha, el actualmente entronizado Fabio Coentrao... y nuestro protagonista de hoy, Nordin Wooter. Un dineral le costó a los aragoneses el fichaje de este futbolista nacido en Surinam pero nacionalizado holandés (como tantos otros buenos de su generación) y que llegaba procedente del Ajax de Amsterdam.

Con los ajacied había conseguido en el año 1995 la sorprendente Copa de Europa que descubrió a Patrick Kluivert al mundo y aunque él no tuvo mucho protagonismo ni ese año ni los otros dos que pasó en la entidad, lo cierto es que se ganó un importante cartel como jugador capaz de desequilibrar los choques en los tramos finales.

De hecho ese fue el rol que intentaron darle en España aunque a decir verdad sin demasiado éxito. Lejos de jugar a su mejor nivel, encima demostró ser un tipo díscolo de los que no dudaban en discutir las decisiones de los entrenadores. Así las tuvo tiesas con Luis Costa en su primera campaña antes de pasar más tiempo en el banquillo que en el césped bajo la dirección de Chechu Rojo en la segunda. Su aportación al club maño fue pues de 32 partidos, solo siete de ellos como titular.

No obstante, y a pesar de ello, hubo un club que decidió apostar fuerte por él a pesar de que las circunstancias lo desaconsejaban. Fue el Watford inglés que, crecido por jugar la Premier, se gastó 950.000 libras en contratarle; cifra esta que le convirtió por entonces en el fichaje más caro de la historia de la entidad.

Su comienzo fulgurante hizo pensar a algunos que la inversión había salido redonda pero no fue más que una broma de la mal gusto. Un espejismo momentáneo antes de volver a su peor nivel. Esta situación afectó al equipo, que finalizó colista a doce puntos del descenso. A pesar de todo Wooter quiso seguir y aguantó dos campañas más como revulsivo antes de decidirse a volver a su país con su prestigio por los suelos.

Lo hizo en las filas del modesto RBC Rosendaal, al que ayudó a salvarse contra todo pronóstico. Conseguido el objetivo y tras no renovar se marchó al Braga para probar suerte en la Liga Portuguesa. Evidentemente por aquél entonces el club no se asemejaba al que este año ha sido finalista de la Europa League pero realizó una gran temporada culminada con el quinto puesto.

Un modesta hazaña que no sirvió en cambio para la renovación de Nordin, que decidió volver a bajar un escalón a cambio de obtener un jugoso contrato cercano a la treintena con el Anorthosis. Allí se destapó en una faceta desconocida hasta el momento, la de delantero. Como en el país de los ciegos el tuerto es el rey, llamó la atención de Panathinaikos, que ese mismo mercado de invierno se lo llevó a Grecia.

El experimento fue a todas luces desastroso y tras pasar sin pena ni gloria quedó libre hasta que puso los ojos sobre el el Sivasspor y un año después de nuevo otro equipo chipriota, el AEK Larnaca. Sin suerte en sus actuaciones fue cortado por el club y tras un tiempo buscando una última oportunidad, anunció su retirada el año pasado.

lunes, 13 de junio de 2011

Top 20: Los peores fichajes del año

Hacía tiempo que no recurría a los "tops", una iniciativa que siempre me ha resultado bastante entrentenida. Al igual que hiciera hace dos años (el pasado no pudo ser por centrarse toda la actividad en el Mundial) vuelvo, entre este lunes y el siguiente, a mi personal clasificación de los peores y los mejores fichajes de la temporada. Una forma de evaluar el trabajo de los secretarios técnicos, esa figura que cada día tiene más predicamento en el fútbol.

20. DaMarcus Beasley (Hannover 96): Sus buenas actuaciones con la selección estadounidense le trajeron en 2004 a Europa. Desde entonces la suerte no le ha acompañado y no levanta cabeza. No cuajó en el PSV, en el City ni en el Rangers. Este año llegaba libre al Hannover 96 y el resultado ha sido el mismo. Setenta minutos de la basura en todo el año repartidos en cuatro partidos. Lo último que se sabe de él es que se ha probado con el Pachuca mejicano a principios de mes. A sus 29 años todo indica que no volveremos a verle en el Viejo Continente.

19. Nicola Legrottaglie (Milán): Llegaba en el mercado de invierno procedente de la Juventus buscando minutos y el resultado no puede haber sido más descorazonador. Ha jugado aún menos que en Turín, donde al menos tenía cierto poder en el vestuario. Su bagaje en los rossoneri se reduce a cuarenta minutos frente a la Lazio.

18. Didac Vilá (Milán): Otro experimento fallido de los italianos. Su gran comienzo de temporada con el Espanyol hizo que invirtieran cuatro millones de euros en ficharle. Su aportación se redujo a noventa minutos en el intrascendente encuentro de la última jornada frente al Udinese. Al final esté año volverá a jugar en Barcelona cedido. Los "periquitos" tienen motivos para frotarse las manos con el negocio.

17. Mauro Camoranesi (Stuttgart): Cuando anunció que quería abandonar la Juventus numerosos equipos se lanzaron a hacerse con sus servicios aunque al final fueron los alemanes los que lograron el objetivo. Con ellos disputó siete partidos (ninguno completo, de hecho en uno fue expulsado) antes de marcharse libre a Lanús en el mercado de invierno.

16. Tuncay Sanli (Wolfsburgo): El equipo germano dio la sensación de que el dinero obtenido por el traspaso de Dzeko en invierno les quemaba en las manos gracias a unas inversiones con tendencia al catastrofismo. La del otomano fue una de ellas. Procedente del Stoke City, cada minuto de los 220 que estuvo sobre el campo le costó a su equipo 20.454 euros.

15. Christian Poulsen (Liverpool): Se marchó del Sevilla cuando estaba en la cúspide para formar parte de la Juventus. Su nivel empezó a bajar y los italianos prefirieron deshacerse de él a pesar de perder más de tres millones de euros en la operación. Nadie ofrece duros a pesetas. En el Liverpool solo ha jugado cuatro partidos ligueros completos.

14. Milan Jovanovic (Liverpool): Gran parte de la mala temporada del Liverpool es consecuencia de la falta de acierto en la secretaría técnica. Otro de los fallos fue el de traer al centrocampista serbio. Las expectativas puestas en él eran elevadas y su rendimiento bastante deficiente. Cierto es que llegó gratis pero ni con eso se salva. Diez partidos de Premier y cuatro de Europa League en toda la temporada.

13. Sokratis Papastathopouolos (Milán): Un caso semejante al de Didac pero aún más sangrante. Se realizó en él una inversión de siete millones de euros para traerlo de un Génova que necesitaba dinero para su titánico proyecto. Al final entre amistosos y partidos de clasificación para la Eurocopa ha vestido más veces la camiseta de la selección griega que la de su club.

12. Wesley (Werder Bremen): Como las profecías son gratuitas y se olvidan pronto los periódicos hablaban de él como "el nuevo Özil" tras la marcha del alemán al Real Madrid. Es innegable que las lesiones no le han ayudado pero la comparación es cuanto menos ofensiva. Un insulto al noble arte del fútbol a juzgar por los números y la imagen mostrada por uno y otro sobre el terreno de juego.

11. Miguel Veloso (Génova): Convertido en uno de los centrocampistas con más futuro del Europa, a todo el mundo le sorprendió su decisión de firmar por el Génova el pasado verano. Los italianos apostaron fuerte por él pagando nueve millones y mandando a Zapater a Lisboa. Al final el español se ha convertido en titular indiscutible y el portugués en un futbolista que como el Guadiana aparecía y desaparecía de las alineaciones.

10. Bébé (Manchester United): Ferguson tiene la sana costumbre de realizar buenos fichajes pero en ocasiones también se equivoca de forma estrepitosa. Este caso es un claro ejemplo. Tanto se infló la figura del portugués y tanto se habló del interés de los grandes clubes que los Red Devils no dudaron el pagar por él casi nueve millones de euros. Ha jugado 76 minutos en liga y la temporada que viene se marchará cedido al Besiktas.

9. Adriano (Roma): El que fuera en su día uno de los mejores jugadores del planeta empezó hace años un descenso a los infiernos que parecía definitivo. No obstante, su paso por el Flamengo encendió una pequeña luz que animó a la Roma a darle una oportunidad más. Falsa alarma. Las lesiones volvieron y tras cinco encuentros con la casaca capitalina, retornó a Brasil después de Navidad para enfundarse la elástica del Cortinthians.

8. Stephen Ireland (Aston Villa): Los fichajes del jeque obligaron al City a soltar lastre y uno de los principales damnificados fue Stephen Ireland, que decidió aceptar una importante oferta del emergente Aston Villa. La decepción fue de proporciones titánicas, hasta el punto que decidieron mandarle rumbo a Newcastle. Con las urracas solo saltó al campo 51 minutos, primero por la falta de confianza y luego por lesión. Sin duda un año para olvidar.

7. Roberto (Benfica): Tras su gran año como cedido en el Zaragoza, el Atlético vio en él a una potencial fuente de ingresos. Y no se equivocaba pues el Benfica no dudó en abonar ocho millones y medio de euros por adquirirlo en propiedad. Sus fallos bajo palos han costado numerosas disgustos a los lusos y han ocupado alguna que otra portada en los diarios deportivos del país.

6. Pedro León (Real Madrid): Atravesando un proceso de españolización urgente el Real Madrid pagó por él diez millones de euros al Getafe. Un traspaso que además suponía rebajarse ya que años atrás el murciano, según sus declaraciones, había dicho que no al club blanco para marcharse al Levante. Desde el primer día no cayó en gracia a un Mourinho que, a los pocos meses, decidió ningunearlo en rueda de prensa. Hundido en el ostracismo su marcha este verano se da por segura.

5. Royston Drenthe (Hércules): Lejos queda ya la presentación multitudinaria del holandés en Alicante, donde llegó con ganas de comerse el mundo. Diluída esa ilusión inicial su comportamiento infantil, egocéntrico e irresponsable ha sido uno de los principales causantes del descenso del Hércules a Segunda División. Nunca un futbolista hizo tanto daño a su imagen y a la de su club. Su futuro no pinta nada bien.

4. Yoann Gourcuff (Lyon): En el más estricto silencio, como se fraguan las grandes operaciones, se hacía el pasado verano el Olympique con los servicios del jugador más talentoso de Francia. Un prodigio técnico que emigró joven a Milán y que a su vuelta a la Ligue 1 había maravillado en las filas del Burdeos. Nadie esperaba que la cosa pudiera salir mal, pero se equivocaban. Su aportación ha sido más bien escasa y se ha convertido casi en tradición verle en el banquillo durante los últimos minutos de cada choque. Además su presencia en las alineaciones ha cortado en gran medida la proyección de Pjanic. Un pan con unas tortas.

3 Edin Dzeko (Manchester City): Para mi gusto una de las mayores decepciones que he recibido desde que veo fútbol. Durante su estancia en el Wolfsburgo defendía con uñas y dientes la teoría de que era uno de los mejores delanteros del mundo y sin embargo ahora solo puedo agachar la cabeza cuando alguien me lo echa en cara. Quiero creer que aún está adaptándose a su nuevo equipo. Pero es solo un testimonio de fe sin base firme.

2. Andy Carroll (Liverpool): O entre todos los estamentos del club se proponen salvar al exjugador del Newcastle o pronto nos encontraremos ante la contratación más catastrófica de la historia del balompié. Después de que el Liverpool sacara al Newcastle de la pobreza donándole 41 millones de euros, el jugador no solo llegó lesionado (algo que se sabía) sino además entrado en carnes. Poco a poco se le ha ido reconduciendo pero al contrario que Luis Suárez, ni ha estado ni de momento se le espera.

1. Fernando Torres (Chelsea): No es agradable poner en lo alto de esta clasificación a un español pero mucho me temo que no queda otra alternativa. Merced a un delirio de grandeza de Abramovich, "El niño" se convirtió el pasado invierno en el traspaso más caro de la historia de Premier. Cincuenta y ocho millones y medio de euros limpios de polvo y paja cuya amortización futura se desconoce. El presente de momento dice que solo ha sido capaz de anotar un gol en trece partidos, aquél famoso del charco contra el West Ham. Con suerte se trata solo de un bache y el año que viene volverá a ser el que todos conocemos. Eso es al menos lo que se espera por el bien del fútbol.

viernes, 10 de junio de 2011

Repaso del año: Inglaterra

Cierro el repaso de las grandes ligas, como no podía ser de otra forma, con la Premier. Sigo defendiendo que por espectáculo y calidad me parece la mejor del mundo a pesar de las voces que casi siempre me lo discuten mientras defienden el producto español. Entiendo su postura e incluso podría llegar a compartirla si no fuera porque cuando me siento delante del televisor disfruto más viendo el fútbol de las Islas. Y como al final funciono por gustos y apetencias, nadie me baja del carro.

Con todo he de decir que quizás este año me voy más decepcionado que otros, no sabría decir muy bien el porqué. La única explicación posible que encuentro es que esta temporada todo ha sido demasiado previsible. Si a los amantes del fútbol internacional nos hubieran pedido una predicción en verano, probablemente estas no habrían distado mucho del desenlace final.

Es cierto que ha estado igualada hasta el final, que ha habido tensión en los tiras y afloja del Manchester y el Chelsea pero los de Londres dejaban cierta sensación de impotencia y los del Ferguson de saber manejar perfectamente los tiempos para llegar bien al último tramo de todo. Una especie de plan predeterminado con el éxito como objetivo.

Y la verdad es que no se han quedado lejos. Como siempre. Una manera de demostrar que si tienes calidad y recursos al fútbol puedes ganar de dos formas: Por abuso o por pura inercia haciendo gala de la paciencia. El mejor exponente del primer caso es el Barcelona. El mejor del segundo el Manchester. Por ello se han vuelto a medir en la final de la Champions al igual que hace dos años.

El modelo de los red devils deberían ser estudiado en las universidades. Tienen dinero de sobra pero nunca malgastan sus recursos económicos. Y cuando tiran de billetera es para traer jugadores fiables, tipos que se adapten al sistema de Ferguson. Y como el sistema se mantiene invulnerable en el tiempo, todos los años es un deja vu. El equipo no maravilla con el juego, son superiores pero no lo parece. Eso sí, ganan. Goleando con constancia durante los 90 minutos, remontando gracias a su persistencia o llevándose la victoria en el último hálito. Pero lo hacen.

Su principal virtud es la regularidad, ese elemento que les diferencia de unos perseguidores habituados a dejarse los tres puntos en lugares absurdos. Valga el caso del Chelsea y de sus derrotas, por ejemplo, contra el Birmingham o contra el Sunderland por 0-3 en Stamford Bridge. imperdonables cuando se pelea por el título.

De todas formas estaría faltando a la verdad si dijera que el único problema del equipo de Ancelotti han sido los tropiezos inesperados y la meridiana superioridad del United. Hay más problemas de fondo como esa sensación de que Abramovich comienza a cansarse de su juguete, más teniendo en cuenta que las cosas no salen como planean.

Tras invertir cantidades ingentes de dinero en intentar alcanzar la gloria europea, el club comienza a desgastarse. Hay demasiado inmovilismo en cuanto a las salidas y las entradas no dan el rendimiento esperado, léase el caso de Torres, un gol desde que llegara en el mercado de invierno.

El estado de dejadez se aprecia cuando, con Ancelotti ya destituido, de momento ni hay entrenador ni se le espera, aunque es de sobra conocido que el deseo secreto se llama Guus Hiddink cuando este corte su vinculación con la selección turca. No obstante en la capital pueden estar tranquilos porque en los vecinos tampoco es que se aprecien cambios radicales por el momento.

Descartado el del banquillo por razones obvias, el Arsenal se enfrenta este verano a un proceso vital en su futuro. Su devenir dependerá de cómo se mueva en verano, o lo que es lo mismo; de cómo emplee el dinero obtenido por Cesc Fábregas. Dando por sentado que el jugador franquicia pondrá rumbo a Barcelona, toca reconstruirlo todo siguiendo uno de los dos caminos.

Los Gunners pueden continuar contratando jóvenes prometedores a la espera de que algún día exploten, vertiente que por el momento ha demostrado no funcionar en los últimos años, o fichar algún que otro jugador experto que tire del carro después de una campaña en la que el cuarto puesto sabe amargo. En cualquier caso será capital un relevo en una portería que da misericordia y que no da garantías para la Champions.

Un torneo en el que se estrenará el City más de 350 millones de euros después. A pesar de todas las polémicas suscitadas en torno a la figura de Mancini, al final el italiano ha logrado el objetivo para el que fue contratado. Claro, que no se le puede pedir menos con esa plantilla. Después de tres años fichando todo lo que se movía (aún recuerdo ese grupo en Facebook que rezaba "Yo también he recibido una oferta del Manchester City"), por fin el club se ha movido con cabeza. Y en cuanto eso ha sucedido se ha conquistado la FA Cup y se ha firmado un buen tercer puesto. Poco más se puede pedir.

No se le puede exigir tampoco al Tottenham. El año pasado con la Champions salió cara y este año ha salido cruz. La Europa League es a fin de cuentas un botín interesante tras un ejercicio en el que se ha buscado, y se ha conseguido, firmar un buen papel en la máxima competición europea. Grandes actuaciones de Van der Vaart, que termina el año con 13 goles los mismo que por ejemplo a conseguido Chicharito. Sin duda dos buenos ejemplos de rápida adaptación.

Otro es el caso de Luis Suárez. El problema con el uruguayo es que llegó quizás demasiado tarde y con mucha responsabilidad. Lo bueno es que ha sabido tolerarla y hay mucha expectación con lo que pueda hacer el año que viene toda vez que el Liverpool no viajará fuera de Inglaterra. Es sin duda un palo pero quizás sea un buen paso atrás de cara a dar dos hacia adelante.

Al otro lado del Mersey la sensaciones son buenas aunque con un regusto agridulce. Un año más el mal arranque de temporada castiga a los de David Moyes, que parecen no aprender de sus errores. Les castigan en gran parte sus 15 empates, uno menos que los cosechados por el Fulham, líder indiscutible en este apartado.

El fútbol desplegado en Craven Cottage ha sido más bien pobre y han dejado la sensación de que aún duraba la resaca de lo logrado la pasada campaña. La derrota contra el Atlético les impidió pasar a los libros de esa historia que solo recuerda a los vencedores. No obstante la próxima campaña tendrán la posibilidad de resarcirse gracias al juego limpio.

Privilegio del que no gozará el peor Aston Villa de los últimos años. Acabar en la zona tibia viendo el mal carisma que cobraba todo en los albores ligueros puede ser considerado más una bendición que un fracaso. No hay explicación para el bajón que han sufrido futbolistas de la talla de Ashley Young o Gabriel Agbonlahor. Se vaticinan bastantes salidas y un giro radical del barco con la capitanía de Roberto Martínez.

Sería un excelente destino para el español, que quiere salir de Wigan antes que hundirse con toda la entidad. Este año se ha quedado muy cerca y ya se sabe eso de que jugar con fuego generalmente suele ocasionar disgustos. A pesar de ello Martínez tiene motivos para estar contento. Se ha logrado el objetivo de la salvación y se ha materializado por fin el ascenso del Swansea, un sueño que comenzó a ser una realidad cuando él entrenaba allí. Un nuevo equipo al que se le unen el QPR y el Norwich formando una terna peculiar pero interesante.

Al menos se espera de ellos que den más espectáculo que la insulsa zona templada de la clasificación. Del Sunderland siempre se espera más de lo que da, algo extrapolable al Bolton Wanderers. Sorpresas más positivas son el cambio el Newcastle, el West Brom y el Stoke.

Ninguno juega a nada pero son conscientes de sus limitaciones sy sobreviven con ellas. Las urracas han sobrevivido a la venta de Carroll y al siempre duro retorno a la Premier tras un año en el infierno. Ahora habrá que ver si tiran hacia arriba o se precipitan hacia abajo. Una situación semejante a la del West Brom, que nunca podrá congratularse lo suficiente tras el fichaje de Odemwingie. Con los mismo puntos que ellos acaban los "potters" sorprendentes finalistas de la FA Cup.

Al borde del abismo acaban el Blackburn, el ya mencionado Wigan y el Wolverhampton. Los primeros vuelven a demostrar un año más una terrible carencia de ambición. Olvidados los buenos tiempos de mediados de los noventa sobreviven conformándose siempre con lo mínimo. En el caso de los Wolves, sobreviven con la que probablemente es la peor plantilla de todas, lo cual tiene bastante mérito.

Claro, que tener buenos nombres no garantiza el éxito. Y si no que se lo digan al Birmingham y al West Ham. Los primeros tienen el consuelo de la Copa de la Liga, algo que quizás fuera perjudicial si se miran las cifras posteriores. Seis derrotas en diez partidos, algunas de ellas contra rivales directos.

En el caso de los de la capital, tras varias campañas paseando por el alambre se ha consumado la tragedia en gran parte por el mal bagaje en los partidos como local en los que solo han conseguido cinco victorias y cinco empates. Baja junto a los dos el Blackpool a pesar de las excelentes actuaciones de Charlie Adam, una de las revelaciones de la Premier.

miércoles, 8 de junio de 2011

Repaso del año: Alemania

Puede resultar discutible que hable de esta campaña de la Bundesliga como la del primer año de Raúl en vez de referirme a ella como la de la resurreción del Borussia Dortmund o la del naufragio del Bayern y el Werder. Pero la realidad es que el aterrizaje del español en el Schalke es, probablemente, uno de los grandes acontecimientos de la historia del campeonato.

No ya por su aportación deportiva con con 33 años, que también, sino por lo que supone para el conjunto de la competición, tremendamente necesitada de la llegada de estrellas para dar ese salto cualitativo que necesita y venderse al resto del mundo. Hasta ahora los argumentos que ofrecían los teutones, resumidos en una oda al juego ofensivo, eran interesantes pero no suficientes. Hacía falta alguien que les diera un halo de internacionalidad y ese papel ha recaído en el español.

Raúl ha demostrado que en el fútbol no hay arma más poderosa que la ambición. Defenestrado en nuestro país ha tenido que emigrar para gritar que no estaba muerto. Y la victoria ha sido doble. Gana él y gana el fútbol alemán. Pierde por supuesto el balompié patrio aunque sea tan terco de no reconocerlo. España se mantiene silente sobre las hazañas de un futbolista que ha vuelto a tirar del carro llevando a un equipo de medio pelo a disputar las semifinales de la Champions tras eliminar al que era vigente campeón.

Sus trece goles en liga y los anotados en la máxima competición europea podrían ser perfectamente números de selección. Son desde luego guarismos propios de un delantero del Madrid (Benzema ha metido menos). Pero todo el mundo calla acerca del asunto. Hasta los que en invierno decían aquello de: "Raúl se hubiera inflado a meter goles este año". El tiempo ha ido borrando su nombre. No obstante él parece feliz en su nuevo destino. El patinazo en la Bundesliga no ha impedido el levantamiento de la Copa y que haya estado cerca de tocar el cielo europeo una vez más.

Sin embargo no todo es Raúl. Hay muchos más motivos para creer en la liga alemana. Uno de ellos es por supuesto el Borussia Dortmund, que ha campeonado con una superioridad aplastante y por méritos propios sin bajarse del liderato desde la décima jornada. La calidad de Sahin y el constante acierto goleador de Barrios unido a la emergencia de perlas prometedoras como Götze y el impronunciable Grobkreutz han sido las claves. La duda es saber qué viene el año entrante. Si habrá o no desmantelamiento.

De momento el turco ya ha fichado por el Madrid y conviene no perder de vista los movimientos del Bayern Munich, al que se le conoce una inusitada habilidad para practicar el expolio sobre sus rivales directos valiéndose de su poderío económico y su nombre. Y más este verano, donde es necesario un golpe de efecto tras una campaña para olvidar.

El mismo equipo que el año pasado disputaba la final de la Champions y sorprendía a todos, esta ha mostrado las carencias que ya arrastraba. Al final se han colado en la previa de la Champions a última hora y gracias al vértigo del Hannover 96. Con Van Gaal exiliado ahora llega Heynckens tras su gran trabajo al frente del Leverkusen. A un buen entrenador debería corresponderle un gran proyecto y más cuando está en juego la credibilidad de un club. El fichaje de Neuer es el primer paso. Veremos por dónde van los siguientes.

El tercer puesto de los muniqueses tiene una consecuencia cruel y es que, como hacía mención arriba, el Hannover se queda sin pastel. Tres victorias en las últimas ocho jornadas condenan a una entidad que el pasado ejercicio sufría hasta la última jornada para salvarse tras el suicidio de Robert Enke y que este ha tirado de casta firmando un honroso cuarto escalón.

Honroso y sorprendente a partes iguales es también que el Mainz 05 juegue Europa League. Después de arrancar de forma apabullante, con las primeras derrotas muchos vaticinaban que el equipo se iría desinflando y acabaría peleando hasta la última jornada por la permanencia. Malos profetas pues al final viajará con solvencia por el Viejo Continente sacando una ventaja de once puntos al Nuremberg, que ha sido sexto. Séptimo termina el Kaiserslautern de Lakic y octavo aparece la primera de las grandes decepciones. El Hamburgo se queda en tierra de nadie dando una pobrísima imagen y volviendo a dejar esa horrible sensación de tibiedad que reinaba en la ciudad hanseática a comienzos de centuria.

Basta decir que acaban solo un punto por delante del Friburgo y el Colonia, dos clubes que deberían dar gracias al cielo por enviarles delanteros decisivos. La irrupción del senegalés Papiss Demba Cissé, un delantero que llevaba años buscándose a sí mismo, ha sido digna de mención. Sus 22 goles suponen más de la mitad de los anotados por el Friburgo en todo el año. Algo parecido sucede con el caso de Podolski, esa perla que prefirió ser cabeza de ratón que cola de león, y Novakovic. Treinta de las cuarenta y siete dianas de los renanowestfalianos llevan su nombre.

Tras leer lo que llevamos de repaso probablemente muchos de vosotros os preguntaréis donde están esos equipos punteros que aún no han aparecido. Pues uno detrás de otro desde la duodécima a la decimosexta posición. Resulta complicado discernir si se trata de una democratización de la Bundesliga o de un fracaso estrepitoso de los candidatos a favoritos. Yo personalmente me decanto por la segunda opción.

El Sttutgart acaba decimosegundo a seis puntos del descenso y a dieciséis de Europa. Y lo hace en gran medida por su gran final de campaña, con pleno de victorias en los últimos cuatro partidos. Claro, que tampoco se puede esperar mucho más de una plantilla en la que reina la mediocridad, empezando por el Pogrebnyak, ese jugador que maravillaba en el Zenit y que en Alemania ni está ni se le espera.

Un punto menos ha conseguido el Werder Bremen. Se tiende a decir que un jugador no hace un equipo entero pero algunos si que pueden suponer el 80%. Es el caso de Mesut Özil, cuya venta ha dejado tocado, casi hundido, a los de Schaaf. La dinámica de equipo anárquico que solo sabe atacar y que juega los partidos a ganar 6-5 se mantiene como norma de la casa. El problema es que esta temporada el plano ofensivo ha flaqueado acabando como el octavo equipo con menos goles a favor y el cuarto con más goles en contra.

Queda el consuelo de que peor es lo del Schalke, como bien decía al principio preocupado en otros menesteres, y sobre todo lo del Wolfsburgo. Campeón hace dos campañas, octavo la anterior, esta se salva pidiendo la hora. Una dinámica altamente peligrosa, mas teniendo en cuenta que desde que se fuera Dzeko no hay nadie para sacar las castañas del fuego. A Grafite le fallan las piernas, Diego ha estado al nivel de la Juventus, oséase pésimo, y Helmes pelea por volver a ser futbolista tras su grave lesión. Al final los héroes, quien lo iba a decir, han sido el ínclito Magath, despedido del Schalke por sus tejemanejes en sus despachos, y el croata Mandzukic, que ha empezado a ver puerta a última hora (siete de sus ocho goles en las últimas siete jornadas).

Sigue también en la máxima categoría el Borussia de Moenchengladbach, vencedor en la repesca que le enfrentó al Bochum. Menos suerte corre el Eintracht de Frankfurt, un equipo que parecía empeñado en descender costara lo que costara. Es la única explicación posible a su segunda vuelta, en la que que solo fueron capaces de conseguir una victoria. Por si fuera poco ésta llegó contra el Sankt Pauli, el conjunto que le acompaña al pozo. Ocupan su lugar el Hertha de Berlín, que vuelve un año después, y el Augsburgo.

lunes, 6 de junio de 2011

Repaso del año: Italia

Hace unos meses planteaba en este blog la cuestión de cuál era en importancia la tercera liga de Europa por detrás de la española y la inglesa (tanto monta monta tanto). Al final como defensor de las causas pobres y amante del fútbol ofensivo, me he decantado por la Bundesliga. Por eso en esta serie de posts que he iniciado, hoy hablo de la Serie A.

Acostumbrados como estábamos los últimos años a la dictadura del Inter por mérito propio y dejadez e inoperancia de sus rivales el triunfo del Milán, por diferente, resulta alentador y hasta necesario. En una competición que parecía no querer ganar nadie ha salido victorioso el menos irregular, al que menos factores externos le han afectado.

No obstante hay que darle a los rossoneri un azucarillo por su acierto con los fichajes. Ibrahimovic es, con mucho, el jugador más decisivo del Calcio desde tiempos de Van Basten y la resurrección de Robinho un milagro de la ciencia. En uno de los ataques más democráticos que se recuerdan, ambos al igual que Pato, han transformado catorce goles. En total 42 de los 65 que ha hecho todo el equipo.

A ello hay que añadir un gran potencial defensivo, que posee el doble de mérito si tenemos en cuenta que el que se encuentra bajo palos habitualmente es Abiatti, de infausto recuerdo para los aficionados del Atlético. Eso demuestra que una buena defensa es la base del éxito. Algo que debería aprender el Inter.

Sobre esta línea había basado gran parte de sus éxitos las temporadas anteriores. Sin embargo empezando por Julio César, ha hecho aguas. Como muestra el 2-5 cosechado por el Schalke en el Giuseppe Meazza. Aquel encuentro fue el fiel reflejo de la mala temporada del club. Obligados a ganarlo todo, se confió en Benítez para la tarea. La derrota en la Supercopa de Europa fue el primer presagio de que las cosas no irían bien. El errante caminar liguero acabó con la paciencia de Moratti, que apostó por Leonardo.

Con él los neroazzurri ganaron en consistencia pero terminaron de sellar una muerte más que anunciada. Ni siquiera en los momentos en los que parecían acercarse más al liderato de sus vecinos dieron sensación real de estar en condiciones de pelear por el título. La conquista de la Copa, de la Supercopa y del descafeinado Mundial de Clubes es pues un premio menor que sirve para ocultar un poco el fracaso del que hasta hace un par de semanas era el vigente campeón de Europa.

Y encima deberán dar gracias de que el castigo no haya sido más duro. Con la Roma y la Juventus fuera de juego se han visto beneficiados por el hecho de que su máximo rival por la segunda plaza haya sido el Nápoles, un equipo de tremenda calidad pero al que aún le faltan unos años para madurar.

Solo así se explica que no fueran capaces de aprovechar esos meses en los que Milán e Inter estaban aún inmersos en la Champions y el flojo tramo final, a todas luces insuficiente para poder pelear con los más grandes. Sin embargo a buen seguro este ejercicio le habrá servido al conjunto para aprender y para convertirse en un club comprador y no vendedor, el primer paso que hay que dar en la senda correcta.

El otro equipo que optará el año que viene a la disputa de la Liga de Campeones es el que componen Di Natale, Aléxis Sánchez y los nueve tipos que jugaban a su lado cada fin de semana. Difícil resulta saber cuál de los dos tiene más mérito. El veterano delantero del Udinese lleva echándose a su equipo a la espalda desde tiempos inmemoriales. Los 28 goles de este año le han dado además premio doble, el de ser nombrado Capocanonnieri.

En el caso del chileno firmar 12 goles y 11 asistencias le ha valido para ser reconocido por la "Gazzetta" como el mejor jugador del curso en el país transalpino. Ahora media Europa le quiere, incluido el Barcelona que está muy cerca de hacerse con sus servicios después de ver lo que ha sido capaz de hacer en el año de su explosión.

Las cifras del "Niño maravilla" le han convertido como no puede ser de otra forma en la revelación de la Serie A, un reconocimiento al que por méritos propios también ha optado el brasileño Hernanes. Mucho se venía hablando de él en los últimos años e incluso algunos empezaban ya a impacientarse por su tardío salto a Europa.

Al final el centrocampista que explotó en el Sao Paulo ha hecho bueno el refrán que reza "nunca es tarde si la dicha es buena" y en su primera experiencia fuera de su país ha maravillado a toda Italia firmando una campaña estratosférica en una Lazio que necesitaba de un revulsivo como él toda vez que parecía apagarse la luz de Zárate.

La cuarta posición que firma el club, más que honrosa si tenemos en cuenta que hubo opciones de alcanzar la cuarta hasta la última jornada, otorga además el premio de consolación que supone quedar por delante de la Roma en el particular duelo capitalino. Conviene decir también que no es que los de Totti ofrecieran mucha oposición. Ni Ranieri ni Montella, presumiblemente puesto a dedo por "Il Capitano", han enderezado el rumbo de una plantilla mediocre que se mantiene a la espera de lo que puedan hacer los nuevos inversores italoamericanos este verano.

El puesto en la Europa League salva el honor, algo de lo que parecen haber carecido los integrantes de la actual Juventus. La "Vecchia Signora" termina el año a 24 puntos del campeón, a 5 de Europa y cosechando la friolera de 13 empates, cuatro de ellos en las últimas seis jornadas. Nadie se salva en un "Annus Horribilis" en el que además se ha hecho el ridículo más absoluto en Europa con pleno de empates en una fase de grupos en la que estaban el Manchester City, el Lech Poznan y el Red Bull de Salzsburgo.

Ahora como todos los veranos se habla de cambios y de posibles fichajes de campanillas pero nadie parece plantearse qué gran jugador está dispuesto a formar parte de una plantilla que ni siquiera traspasará sus fronteras el año entrante. Desde que fueran castigados por hacer trampas infames el equipo da más lástima que otra cosa y lo difícil es saber si se ha visto fondo definitivamente (jugando sobre el campo, no en los despachos) o si aún se puede caer más bajo. Le toca a Conte la papeleta de reconducir el proyecto, un hombre de la casa que al menos sabe lo que es vestir esos colores. A priori la decisión es la adecuada.

Otro proyecto que tampoco parece haber cumplido las expectativas es el del Palermo pero quizás porque las suyas siempre han sido muy altas. Está fenomenal que un equipo apueste por jugadores jóvenes y de calidad arriba, que su juego ofensivo sea un deleite para el espectador y un ejemplo para los demás. Pero de poco sirve si por contra tiene a la segunda defensa más goleada del campeonato y es capaz de encajar un 0-7 en casa. Con todo se ha alcanzado la final de Copa aunque parece que no es suficiente para los directivos. Quizás estos deban plantearse equilibrar más las líneas si finalmente traspasan a Pastore.

De lo que viene por detrás de los sicilianos es complicado hablar. Los sentencias, por desgracia, no me corresponde a mi hacerlas sino a unos señores con toga y martillo después de revisar ciertos documentos. A priori descienden a la Serie B el Bari, el Brescia y sorprendentemente la Sampdoria, de cuyo fracaso ya di habida cuenta hace un par de semanas.

Ahora bien esto es a priori porque el Calcio, desgraciadamente, no deja de sorprendernos con actuaciones vergonzosas esta vez derivadas del arreglo de partidos por apuestas. Quedan de momento libres de sospecha el Chievo, el Parma, el Catania, el meritorio Cesena y el Bolonia del incombustible Di Vaio.

Con el futuro de los otros solo se puede de momento especular. Fiorentina, Lecce, Génova y Cagliari, todos ellos unidos a la Roma y al recién ascendido Atalanta, están en la mira de la Fiscalía de Cremona y hasta 30 personas han sido procesadas, entre ellas nombres como Giuseppe Signori o Cristiano Doni. Es el lado oscuro del fútbol que no nos gustaría ver.

viernes, 3 de junio de 2011

Repaso del año: Francia

Lo reconozco, para mi la liga francesa es tan inteligible como un tratado de física cuántica avanzanda. Soy de letras lo que viene a significar que me veo incapaz de comprender las fuerzas sobrenaturales que mueven la competición. Me remito a la sucesión de campeones en los últimos 19 años.

En el año 1992 el "todopoderoso" Marsella conquistaba el campeonato. Éxito que repetía en el 93 pero que le sería arrebatado por sus embustes, lo que implicó que el título quedara desierto. En el 94 ganó el PSG, en el 95 el Nantes, en el 96 el Auxerre, en el 97 el Mónaco, en el 98 el Lens, en el 99 el Burdeos y en las dos campañas sucesivas de nuevo el Nantes y el Mónaco. Osea, ocho modelos de reinado distinto en 10 años.

Nueve en once con la primera liga del Lyon. La primera de una serie de siete consecutivas en las que se pasearon tranquilamente por el país. Y cuando parecía que los de Aulás estaban condenados a convertirse en campeones por sistema, hace tres años perdieron su reinado ante el Burdeos y de nuevo vuelta a empezar. Tras los bordeleses un título para el Marsella y el de este año para el Lille. Completamente kafkiano.

No obstante matizaré que lo inexplicable es el modo en el que se subastan los campeones en el país vecino, no el triunfo de los de Rudi García la presente temporada. Eso es una de las cosas más fáciles de razonar. Han sido los campeones porque de largo han sido los mejores en todos los sentidos. Parece una verdad de perogrullo y en realidad lo es pero el juego bonito del conjunto bien merecía el doblete en una especie de justicia divina.

El Lille había tenido ya tentativas anteriores que no cuajaron y quizás su mayor virtud haya sido la paciencia, seguir apostando por el mismo modelo de trabajo durante las últimas temporadas. Solo tres entrenadores han tenido en los últimos 13 años -incluido el periodo de seis campaña de Puel en el que se jugó Champions por primera vez en la historia- y todos han seguido patrones similares exprimiendo al máximo lo que les ofrecía una plantilla con pocas variaciones de estilo pero si de nombres.

Su caso se asemeja, salvando por supuesto las grandes diferencias existentes, al del Oporto. Un club vendedor que es capaz de encontrar recambios incluso mejores que las estrellas de las que se desprende con frecuencia. Siempre buscando una media de edad joven, un marcado carácter ofensivo y peloteros con una gran técnica.

El más claro ejemplo es sin duda Eden Hazard, el único "nuevo Zidane" que parece contar con el beneplácito del original. Sin duda una auténtica joya que podría quedarse en 2012 con la disputa de la Champions, probablemente no mucho más allá. Su clase y el olfato goleador que ha aportado de forma sorpresiva el senegalés Sow han sido los principales argumentos de una entidad cuyo único pero ha sido no cerrar antes la conquista liguera probablemente fruto de la inexperiencia del plantel.

Un problema del que no adolece el Marsella, que firma un digno subcampeonato a pesar de su nefasto tramo final de la temporada en el que sumaron cuatro empates y una derrota en los últimos seis partidos. Sin duda el mayor activo es su entrenador, Didier Deschamps, quizás uno de los más infravalorados del mundo. Su ratio de triunfos-fracasos se decanta clarísimamente en dirección positiva y a pesar de todo sigue sin entrar en las quinielas de ningún grande. Carente de lógica.

Quizás un buen destino para él sería el Olympique de Lyon ahora que todo hace indicar que a Puel se le ha acabado definitivamente el crédito tras varios años caminando por el alambre. Su primer año se rompió la dictadura en el país, el segundo pintaba horrible aunque las semifinales de Champions le salvaron el pellejo y como todo lo que va mal puede incluso ir a peor, el club este año ha sufrido para acabar tercero y jugar la máxima competición europea. Ya no hay excusas. Toca darle el timón a otro y cambiar el rumbo.

Ese bronce simbólico del Lyon ha sido un castigo excesivo para el Paris Saint Germain. Los capitalinos han merecido más en un ejercicio tremendamente meritorio en el que además fueron finalistas coperos. Lo bueno es que tras unos años de dramática abulia da la sensación de que comienzan a hacerse las cosas bien.

Jugarán la Europa League junto a los azulgrana dos completos outsiders. Conjuntos totalmente antagónicos pero que han firmado una actuación excelente pese a sus limitaciones con respecto a los demás. Por un lado aparece el Sochaux, que ha ido de menos a más. Y por otro el Rennes, que ha ido de más a menos.

Los lionceaux eran undécimos en la jornada 28 a diez puntos del PSG, el club que cerraba los puestos europeos. Sin embargo una racha de siete victorias, dos empates y una sola derrota en el ocaso liguero les ha dejado más cerca de la Champions que de no viajar por Europa el año entrante. Ojo a la pareja atacante Modibo Maiga-Ideye Brown. Veintitréas años el primero, veintidós el segundo, y quince goles cada uno.

En cuanto a lo del Rennes, posiblemente hablemos de uno de los casos más bizarros del fútbol moderno. Con 38 goles a favor es el equipo que menos ha visto puerta de todos los que han sacado billete directo a Europa en las grandes ligas. Es más, hasta 12 equipos en Francia han superado esa cifra. Con todo, llegaron a ser colíderes a falta de quince jornadas. A partir de ahí su racanería ofensiva les pasó factura. Siete goles en las últimas 12 jornadas. Una victoria, cuatro empates y siete derrotas. A buen seguro el verano les sentará bien.

Y por debajo de ellos, el caos absoluto. Solo el Lorient del impresionante Kevin Gameiro (22 goles), el Saint Ettiene y el Burdeos llegaban matemáticamente salvados a la última jornada. Con el Arles y el Lens ya descendidos hasta nueve equipos peleaban por no ser sus compañeros de viaje. Entre ellos el Toulouse, que finaliza el año en octava posición o el Auxerre, que cierra como noveno tras un comienzo de temporada para olvidar.

Eso demuestra la igualdad de la competición y por supuesto que no es oro todo lo que reluce. Me refiero por ejemplo al caso de Phillipe Montanier, al que quieren vender en España para dirigir a la Real Sociedad tras su "gran campaña" en el Valenciennes. Cierto es que el equipo ha ocupado la decimosegunda posición pero no lo es menos el hecho de que en la penúltima semana estaba a un punto del descenso.

Al final el drama le tocó al Mónaco, que dependía de sí mismo pero cayó en casa contra el Lyon. Ni los aficionados del equipo ni los de todo el globo alcanzamos a entender realmente como un equipo que disputaba la final de Champions en el año 2003 ha ido cayendo progresivamente en desgracia hasta este fatal desenlace. Con una plantilla de jugadores completamente secundarios, de los tiempos de gloria ya no queda nada. El club por el que pasaron Barthez, Henry o Trezeguet es hoy de segunda.

Paradojas de la vida, en uno de los años en los que el trío coincidió, 1998, se creaba el Dijon FCO y la misma campaña en la que el club monegasco acariciaba la Champions, 2003, veía la uz el Évian Thonon. Ambos serná, junto al Ajaccio, equipos de primera el ejercicio que viene.

miércoles, 1 de junio de 2011

Repaso del año: Holanda

A día de hoy la liga de los Países Bajos sigue siendo para muchos el vivero de Europa, un buen lugar en el que los jóvenes demuestran su valía para poder dar el salto a un grande con garantías. Como si hubieran asimilado ese rol, los equipos han renunciado a fichar a futbolistas contrastados y dedican sus ahorros a la "especulación" con los valores el alza.

Un sistema con sus virtudes y sus defectos pero que al ser invariable impide el crecimiento y el aprovechamiento de una coyuntura que ahora es favorable después de que Holanda disputara la final del pasado Mundial. Se puede decir que todo sigue igual que hace quince años con pequeños cambios estructurales de un tiempo corto a esta parte.

Ajax y PSV siguen a lo suyo, es innegable. Ahora le toca a los de Amsterdam disfrutar de las mieles del éxito pero nadie duda de que los Eindhoven volverán tarde o temprano. La diferencia con temporadas anteriores es que ahora ya no juegan solos y todo se ha apretado por arriba con la irrupción de un tiempo a esta parte del Twente y el AZ, hasta hace poco más de una semana los dos últimos campeones.

Los del Alkmaar parecen haberse desinflado ligeramente pero en el caso del equipo de Enschede, si el proyecto no se toca mucho hay equipo para años. Lejos de afrontar el expolio que sufre todo club revelación han sabido conservar las piezas clave y acertar con los retoques. Así, pese al cambio en el banquillo, apenas ha habido diferencias con respecto al pasado ejercicio.

Se ha peleado por alzar la Eredivisie hasta la última jornada, se han alcanzado los cuartos de final de la Europa League tras ser terceros en la fase de grupos de la Liga de Campeones (donde superaron al Werder) y se ha conquistado la Copa. Argumentos que hablan de un buen trabajo que podría haber sido excelso si delante no estuviera el Ajax de Amsterdam.

Lo del equipo capitalino debería ser objeto de estudio pues nadie esperaba que su año más caótico acabara con final feliz. La dimisión de Martin Jol ha comienzos de diciembre no presagiaba nada bueno y más cuando a esta le siguió la venta en invierno de Luis Suárez y Urby Emanuelson, con permiso de Stekelemburg las dos grandes figuras.

A cinco puntos de la cabeza se apostó por Frank De Boer, cuya experiencia como entrenador era poco más o menos que testimonial. En ese panorama desolador la suerte cambió de repente. De la nada apareció el danés Eriksen, una eterna promesa que vivía a la sombra de Suárez, y se erigió como líder ayudando a conquistar un título que se antojaba esquivo desde hacía siete temporadas.

Por detrás de los dos conjuntos que han monopolizado el protagonismo en el fútbol holandés, aparece relegado al tercer escalón del podio por segundo año consecutivo el PSV Eindhoven. En una competición tan apretada perder contra rivales de nivel medio tiene un castigo y si bien es cierto que al final estas derrotas han sido cinco, las mismas que sus predecesores, la imagen errática y los empates les han condenado a una situación que no se le presupone.

La pregunta es saber ahora si a Rutten se le ha acabado el crédito o si por el contrario le dejarán seguir al frente de la nave pues un año más como este resultaría desastroso en lo anímico y lo económico. Lo bueno es que, al menos, hay jugadores muy prometedores. Lo malo, que después del verano pueden no seguir.

A los de la Phillips y al AZ les acompañará en Europa el Ado Den Haag, vencedor de un playoff que ha vuelto a castigar este año al sorprendente quinto clasificado. Es cierto que el modelo aporta un poco más de interés al torneo pero sin duda el Heracles la campaña pasada y el Groningen esta y hace dos, habrían agradecido catar las mieles europeas para consolidar sus proyectos.

En el caso de los primeros ese empujoncito les habría ayudado, por ejemplo, a dar un paso más hacia adelante en vez de uno hacia atrás. En el de los segundos, convertirse en una posible alternativa a los grandes a dos campañas vista. Con opciones de entrar directos en la Europa League hasta la última jornada, no viajar fuera supone para uno de los clubes con más potencial un castigo excesivo.

Buena temporada también del Roda, que disputó esa repesca por segunda temporada consecutiva en gran medida gracias a los goles del veterano danés Mads Junker, que al igual que sucediera en 2010 superó los 20 goles, finalizando tercero en la lucha por el pichichi solo por detrás del también veterano punta del ADO, Bulikyn, y de la enésima promesa en ataque del futbol holandés. Esta no es otra que Bjorn Vleminckx, al que la discreta temporada del NEC le ha llevado casi al anonimato. Por ello se ha decidido a mudar de vida y a partir de este verano jugará en las filas del Brujas.

Sin duda un jugador de sus características lo habría agradecido el Feyenoord, que ha firmado uno de los fracasos más estrepitosos que se recuerdan en la historia del fútbol holandés. El décimo puesto es una humillación para un equipo que hace menos de diez años ganaba una UEFA. De aquello solo queda Jon Dahl Tomasson porque ni el espíritu ni el juego permanecen. Por perder se ha perdido hasta la dignidad. La derrota por 10-0 ante el PSV así lo atestigua.

Del resto de equipos cabe destacar el mal papel de Chapi Ferrer al frente del Vitesse y el descenso del Willem II con uno de los peores puntajes del Viejo Continente. Nadie le acompañará a la Erste Divisie pues el injusto sistema de playoffs con el que se decide el último puesto europeo se traslada también a la zona baja. VV Venlo y Excelsior salvaron los muebles y despertaron de su sueño al Zwolle y al Helmond Sport. Quizás por cosas así la liga holandesa siga sin dar el salto de calidad que todos anhelan.