miércoles, 31 de agosto de 2011

¿Qué ha sido de... Bruno N'Gotty?

Ayer me reencontré tras las vacaciones con el mismo amigo que me pidió hace unas semanas que hiciera un post sobre la figura del jugador-entrenador. Al verle recordé aquellos tiempos en los que él iba a los entrenamientos de fútbol con la camiseta del PSG y el número 4 de Bruno N'Gotty a la espalda. Es por esa asociación espontánea por la que hablaré hoy del francés.

Aquellos maravillosos años de mi niñez, a los que hacía referencia, coincidieron con su etapa en el equipo capitalino. Era la segunda en la Ligue 1 francesa pues con anterioridad había formado parte de la plantilla del Lyon durante siete campañas, la primera de ellas coincidiendo con el último ascenso en el año 1989.

Su envergadura, su potencia y su acierto de cara al gol le habían convertido en un codiciado central del que se esperaba una gran progresión. De hecho una de sus dianas es aún recordada por la grada parisina ya que sirvió para que su club levantara la Recopa del año 96 frente al Rapid de Viena.

Sin embargo, con todo, tardó en salir de su país natal y solo lo hizo para decir sí a una oferta irrechazable procedente del Milán. En su primera temporada en la entidad no llegó a alcanzar la regularidad esperada y por ello fue cedido la segunda al Venecia, donde apenas jugó 16 partidos. Viendo que Italia no era un país propicio para sus aspiraciones cogió un billete de vuelta a Francia y firmó por el Marsella.

Solo un año duró en su nuevo destino. Se convirtió en habitual pero no convenció y el verano siguiente se marchó cedido con opción de compra al Bolton. Aterrizó con 31 primaveras en Inglaterra y jugó a buen nivel hasta el punto que aguantó allí cuatro temporadas, momento en el que fue cortado debido a la política de renovación de vestuario emprendida por Allardyce.

Todo apuntaba a retirada pero nada de eso sucedió. Firmó por el Birmingham y tras rechazar su opción de seguir un ejercicio más en el club puso rumbo al Leicester, donde jugó un año a buen nivel y fue descartado al comienzo del siguiente con la llegada al banquillo de Nigel Pearson. Aún con ganas de seguir se marchó cedido al Hereford donde una desgraciada rotura del talón de Aquiles le hizo colgar definitivamente las botas días antes de cumplir los 38 años.

lunes, 29 de agosto de 2011

Arsenal: Se acabaron las excusas

Cuando hace unos meses escribía una artículo para la revista digital "Box to Box" sobre la que consideraba la gran mentira del Arsenal, ni yo mismo esperaba ver algo como lo que sucedió ayer en Old Trafford. Supongo que ni yo ni cualquiera de los mortales que sigan el fútbol internacional, partidarios o detractores del modelo "Gunner".

Lo lógico hubiera sido una decadencia lenta y silenciosa a lo largo de este año que confirmara una debacle que se ve venir desde aquella final de Champions de 2006. Sin embargo, la venta repentina de las dos estrellas del equipo ha precipitado de forma alarmante los acontecimientos dejando un solar donde un día hubo un equipo competitivo.

Leo en la prensa según escribo que el club regalará entrada y desplazamiento para cualquier partido como visitante a los aficionados ultrajados que viajaron a Manchester, noticia por cierto acompañada de una fotografía en la que se observa una pancarta con el siguiente texto: "En Arséne confíamos. ¿Quién conocía a Cesc o Nasri hace cuatro años?". Una especie de galimatías morboso representado por un barco que se hunde intentando llevarse consigo a una tripulación formada por individuos que siguen confiando en el capitán de la nave a pesar de que saben que este ya no tiene los reflejos de antaño para salvarles.

La grada del Emirates sufre ahora de un peligroso síndrome de Estocolmo que amenaza con producirles un trastorno de larga duración. Han sido tantos años conviviendo con su captor alsaciano que ya nadie se ve capaz de vislumbrar una realidad alternativa. Los tiempos de bonanza fueron tan agradables mientras duraron que todos confían en el líder para reflotar la situación.

Y lo que parece desde fuera es que éste, ebrio de poder, camina ya sin rumbo, sin apenas motivación. Su orgullo, sus ansias de cambiar el club de la raíz a la copa y ser recordado como una leyenda por los siglos de los siglos, han colisionado con el muro que es el fútbol actual. Ha querido ser un revolucionario y el experimento no le ha salido como esperaba.

Es difícil saber en qué momento de su largo periplo en la entidad Wenger decidió renunciar a la veteranía y trabajar solo con jóvenes obviando los éxitos conseguidos cuando estaban en el equipo jugadores como Vieira, Pires o Henry. El fichaje de este último por el Barcelona pudo ser el detonante si quizás el técnico, despechado, lo hubiera interpretado como un ataque de cuernos después de toda una vida juntos.

El caso es que desde entonces, en parte debido al palo económico que supuso la construcción del nuevo estadio, el Arsenal solo ha fichado a jugadores en progresión con la intención de sacar de ellos lo mejor. Una inversión arriesgada que en este caso ha salido cruz. Millones y millones de euros dilapidados en jóvenes que se han quedado por el camino o se han marchado a las primeras de cambio en busca de los títulos que no han encontrado allí.

Los últimos casos, los de Cesc y Nasri. Su marcha ha dejado mucho dinero pero a su vez un profundísimo agujero que nadie parece a día de hoy capaz de llenar. Un dato llama poderosamente la atención. Si sumamos todos los partidos con el Arsenal en la Premier del once titular que sacó ayer Wenger, la cifra supera solo en nueve a los jugados por Ryan Giggs, en toda su carrera. Vale que el galés es el jugador con más apariciones en la máxima categoría pero Rooney, Ferdinand y Vidic unidos superan también esa cifra.

A buen seguro llegarán un par de refuerzos antes de que se cierre el mercado este miércoles pero eso no va a solucionar, por ejemplo, que una manada de chavales de 20 años que deberían estar mordiéndose unos a otros para ganarse el puesto, sean incapaces de meter la pierna y paseen como pollos sin cabeza al ritmo que marcan los rivales.

El bagaje a día de hoy es de un punto en tres partidos, con derrotas lamentables ante dos de los que supuestamente serán rivales directos, y una clasificación sufrida para la Liga de Campeones. Y por supuesto dudas, muchas dudas. Ya no es excusa el jugar vistoso y bonito con un modelo marca de la casa. Y tampoco valen los sentimentalismos. El Arsenal necesita un cambio, llevándose por delante a quién sea necesario.

viernes, 26 de agosto de 2011

Nombres del fútbol: Jan Breydel

Como en otras tantas ocasiones, la ciudad de Brujas se ponía ayer su mejores galas para presenciar a una noche europea. El Zestafoni no era desde luego el rival más atractivo pero el 3-3 cosechado en la ida obligaba a un esfuerzo por parte de la afición para sellar el pase a la Europa League. Y esta una vez más convirtió en Jan Breydel Arena en un fortín, situación que facilitó mucho la labor de los jugadores.

En parte llevar ese nombre que bautiza el estadio por el Viejo Continente es ya de por sí una noble causa por la que luchar. Una especie de recompensa histórica con el espíritu combativo flamenco que exaltó Breydel en vida allá por el siglo XIV. En un país que aún hoy sigue dividido, él se posicionó en la lucha contra los franceses.

Lo hizo además viniendo desde abajo. Lejos del estamento militar fue su hartazgo como carnicero el que le llevó a ponerse al frente de las revueltas contra Felipe el Hermoso junto a un costurero de nombre Pieter de Coninck. Dos profesiones sin mucho lustre en aquellos tiempos pero que representaban perfectamente al "vulgo", cansado de las medidas tomadas por los que estaban en el poder.

De hecho fue una en concreto la que desató la ira de los ciudadanos. Sucedía que Brujas tenía la exclusiva de la importación de lana de oveja de Inglaterra, viéndose beneficiados con ello los burgueses que actuaban de intermediarios. Para evitar el encarecimiento de este proceso el monarca inglés Eduardo I decidió negociar directamente con los comerciantes. Evidentemente, no fue visto con buenos ojos por las clases nobles, que reclamaron la actuación de su señor Felipe IV de Francia.

Acorralado, decidió introducir guarniciones francesas en la ciudad. Este fue el motivo por el Breydel y su compañero dijeron "basta" mientras tramaban un plan de revuelta que se consumaría en la noche del 18 de mayo de 1302, una jornada conocida como "Los maitines de Brujas". Aquella emboscada fue el aperitivo de lo que llegaría días más tarde, la batalla de Courtrai, donde una vez más los flamencos vencerían a los franceses.

Por esta acción y por su participación en otras escaramuzas como el ataque a un importante castillo Breydel fue, junto a de Coninck, considerado el líder de la insurrección. Aún hoy se le recuerda en su localidad natal con una estatua en el mercado o llamando al estadio de la ciudad con su nombre.

miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Qué ha sido de... Lars Elstrup?

Para todos aquellos que entráis en el blog y no estáis familiarizados con el argot periodístico os diré que la "percha" es esa situación de actualidad que se aprovecha para sacar a colación un tema relacionado con ella. Por ejemplo, la reciente eliminatoria de Champions entre Villarreal y Odense ha puesto en el candelero a los daneses y esto me facilita contar la vida de Lars Elstrup, uno de los futbolistas campeones de la Eurocopa del año 92.

Una vida, por cierto, de la que empecé a tener constancia gracias a un libro maravilloso titulado "El gran circo del fútbol" escrito por Juan Tejero y del que creo que ya os he hablado. Elstrup fue en aquél torneo de Suecia, que ganó sorprendentemente su selección, el suplente habitual de Brian Laudrup.

No obstante aquello no fue óbice para que se convirtiera en una figura protagonista. Su postrero gol contra Francia en la fase de grupos fue decisivo para que su país estuviera en semifinales, donde marcó su penalti en la tanda contra Holanda. Aquella fue su última gran alegría en el fútbol ya que una temporada después se retiraría en el propio Odense con tan solo 30 años.

Antes ya había cuajado una interesante trayectoria en su Dinamarca natal, donde dio el salto al profesionalismo de la mano del Randers Freja, parada previa a su militancia en el destacado Brondby, que por entonces era el vigente campeón de liga. No tardo mucho en llamar la atención del extranjero, en concreto media campaña.

El encargado de sacarle un billete con destino foráneo fue el Feyenoord. En Rotterdam jugó dos años con asiduidad pero sin acierto de cara al gol, lo que motivó su regreso a la liga danesa rumbo al Odense. Fue solo un ejercicio en el que se convirtió en pieza clave en la conquista del campeonato.

Hasta tal punto que en seguida volvió a recibir cantos de sirena de otras tierras. Esta vez llegaban de Inglaterra, en concreto del Luton Town, que desembolsó por él una cifra record en la entidad. Mala inversión pues el de Elstrup se convirtió en un viaje de ida y vuelta a Odense perdiendo los británicos dinero por el camino.

Al final, con tan solo 30 años, decidió colgar las botas en el año 1993. Como suele suceder en la mayoría de los casos, las retiradas prematuras suelen deberse a algún motivo. Para algunos es una lesión, para otros la pérdida de la pasión y en el caso que nos ocupa algo parecido a una crisis de identidad.

Cansado del circo que rodea al balompié, el ex internacional se introdujo en la secta anarco-budista "Ganso Salvaje" y cambió su nombre por el de "Darando" ("Río que fluye" o "Río que va a parar al mar", según diferentes interpretaciones). Sus seis años en la institución supusieron un gran lastre para su imagen, más cuando en el año 1999 fue detenido por exhibicionismo. Algo con lo que por cierto parecía disfrutar argumentando que le gustaba que le reconocieran como Elstrup cuando lo llevaba a cabo.

Tras el incidente decidió dejar aquella vida y recuperar su nombre al tiempo que fundaba "Corazón del sol", una fraternidad de terapeutas espirituales. Incluso intentó regresar al fútbol con 39 primaveras. La idea duró poco más de diez días, los que tardaron en decirle que su forma física no era la adecuada.

Volvió entonces por los oscuros caminos de antaño y de nuevo fue detenido, esta vez por exhibir su pene a cambio de limosnas en una calle de Copenhague. Posteriormente le acometieron pensamientos suicidas que por fortuna no pasaron a mayores y se dedicó a impartir seminarios de temática new age mientras residía en Vissenbjerg. Lo último que se sabe de él es que ahora reside a caballo entre su apartamento invernal en Hellerup y la casa barco de Nyhavn a la que se traslada en verano.

lunes, 22 de agosto de 2011

El gran circo mundial de las selecciones

Tenía pensado para el día de hoy hacer una lista con los mejores fichajes del verano pero en buena lógica he decidido aplazar el análisis por si surgiera alguna sorpresa de última hora. En su lugar he decidido activar el modo crítico y hablar por fin del cariz, en mi opinión cada vez más oscuro, que va tomando el showbusiness que circula alrededor de los partidos de selecciones.

El otro día me hacían un razonamiento simple pero tremendamente gráfico. ¿En qué sector se ha visto que una empresa pague religiosamente a sus empleados y de vez en cuando tenga que cederlos sin compensación alguna cuando al expoliador le venga en gana saliendo perjudicados en el proceso, por cierto, muchos consumidores indefensos?.

Resulta obsceno, casi insultante, que las selecciones nacionales se vean obligadas a jugar dos partidos en pleno mes de agosto, cuando lo que necesitan los jugadores es aclimatarse a una nueva temporada y volver a coger el ritmo competitivo con los respectivos clubes que les pagan. Momentos en los que la falta de ejercicio físico durante el verano les hace más vulnerables en materia de lesiones.

Puede tener un pase que sea para partidos oficiales (ahora iré con ello de todas formas) pero... ¿Qué sentido tiene celebrar, por ejemplo, un duelo entre España y Chile para disfrute de los suizos?. Evidentemente el único posible es el monetario, vamos, llenar las arcas de las federaciones. Y mientras entrenadores, directivos y aficionados se ven obligados a cruzarse de brazos sin obtener una compensación por ello más que la de ver por televisión una pachanga con la que curarse el mono de fútbol. Como conformarse con cuatro lascas de jamón cuando uno está acostumbrado a un menú completo con primero, segundo y postre cada semana.

Y todo esto de forma recurrente. Sigo con el caso de España, evidentemente el que me toca más de cerca. Ganar el Mundial subió obviamente el cartel de "La Roja". Todo el mundo la quiere ver en su país, disfrutar del juego de los nuestros, optar a ganar a los mejores. Los dirigentes federativos lo saben y arrimando el ascua a su sardina han montado una especie de circo que puede llevar algún día a la mujer barbuda a cosechar más internacionalidades que Zubizarreta.

Los hombres de Del Bosque han sumado solo en amistosos desde que ganaran a Holanda la friolera de 30.452 kilómetros (sin contar el futuro desplazamiento a Suiza), distribuidos en seis citas. Mientras, en nuestro país se ha jugado solo uno. Fue el que nos midió a Colombia en el Bernabéu. Un partido por cierto que aportaba grandes ingresos comerciales dada la fuerte presencia de inmigrantes cafeteros en la capital. Llevar a Rumanía a Cádiz, a Italia a Elche o a Perú a Huelva parece que ya no interesa.

Las migajas quedan para partidos de clasificación de torneos importantes como el de Lituania o el de la República Checa. Oficiales, sí. Atractivos, no tanto. La realidad es que el aficionado se siente frustrado cada vez que la competición de su país se corta para ver un insulso enfrentamiento contra San Marino o Liechtenstein.

Me considero un firme defensor de la democratización en el fútbol, de que todos tengan derecho a poder acceder a un Mundial o una Eurocopa independientemente de su potencial o del tamaño de su territorio. Ahora bien, discrepo en el sistema de grupos. Más de menos equipos evitarían tantos partidos intrascendentes y, con un control de los amistosos, darían más descanso a los futbolistas tanto físico como mental redundando positivamente en la calidad de las ligas nacionales.

Desde los diferentes organismos dirigentes deberían empezar a considerar esa máxima vital que dice que lo poco agrada y lo mucho enfada. Nadie habla de que las selecciones paguen a los clubes ni de que no haya fútbol de combinados nacionales. Todo el mundo entiende que a cualquier jugador le haga ilusión vestirse con los colores patrios. Pero no se puede intentar exprimir a la gallina hasta la extenuación porque puede llegar el día en que esta muera o se escape del corral y decida vivir salvaje y en libertad con la independencia económica que le dan sus propios huevos.

El fútbol de hoy en día, por como está diseñado, exige consenso. Sentarse hablar para encontrar posturas intermedias en un calendario diseñado por un desquiciado. Cada paso que no se da en la misma dirección se da en direcciones opuestas. Intentar entenderse es algo necesario, por el bien de todos.

viernes, 19 de agosto de 2011

Nombres del fútbol: Gil Vicente

Narrando en la tarde de ayer el encuentro que midió al Atlético con el Vitoria de Guimaraes tuve un momento de espontánea iluminación y me vino a la cabeza otro equipo portugués, el Gil Vicente, quien por cierto se enfrentará este fin de semana al Benfica en la segunda jornada de la Liga Portuguesa. Un nombre curioso para un club que como sospechaba encerraba una historia detrás.

Conviene decir en primer lugar que bautizar de esta manera a los "Gilistas", como así se les conoce, no guarda relación directa con el personaje en cuestión sino que pasa un filtro previo. La realidad es que, como muchas entidades de barrio, su creación se asocia a un lugar concreto. En este caso al teatro de la localidad norteña de Barcelos, casi fronteriza con España, en cuyas cercanías un grupo de jóvenes acudían cada tarde a practicar el noble arte del fútbol.

Sin embargo lo normal es preguntarse por curiosidad quién era el hombre al que se honraba llamando así al edificio en el que se representaban desde dramas hasta comedias. Un edificio, dicho sea de paso, que aún sigue en pie desde entonces (salvo remodelaciones que desconozco) con una estructura bastante peculiar acabada en "pico".

De procedencia desconocida, algunos sitúan su nacimiento en Barcelos y otros en Guimaraes entre la sexta y la séptima década del siglo XV. Al final, por el tema de dar una fecha concreta en la que celebrar efemérides, se apostó por el término medio y se consideró de dominio público su alumbramiento en el año 1465.

Las complicaciones para registrar movimientos en aquella época hacen que se hable de su figura de forma poco precisa aunque aproximada. Así se dice por ejemplo que estudió en Salamanca y que pudo ser allí donde tomó contacto con el castellano, algo que a la postre resultó trascendental en su carrera profesional.

En la carrera profesional por la que fue conocido, se entiende. Conviene matizar esto pues además de ser el primer gran dramaturgo portugués se decía que era también joyero atribuyéndosele la autoría de la "Custodia de Belem" y la administración de las alhajas de un convento de Tomar. Incluso se buscó un sobresueldo como ayudante de cámara primero de Manuel I de Portugal y luego de Juan III.

De hecho fue durante el nacimiento de este último cuando representó su pieza teatral pionera, "El monólogo del vaquero". Una obra a la que siguieron con posterioridad otras como el "Auto pastoril castellano", cuya temática sería muy recurrente en su pluma los años posteriores. Todo ello usando en muchas ocasiones un tono satírico que sin duda se le permitía por su posición privilegiada en la Corte.

Tras desempeñar una destacada labor en diferentes campos, se cree que falleció en el año 1536 en un lugar desconocido debido a que no se encuentran referencias bibliográficas suyas a partir de esa fecha. Barcelos, su teatro y su equipo de fútbol (por el que han pasado nombres como Yakubu o el mítico Rufai), aún le homenajean modestamente a día de hoy.


miércoles, 17 de agosto de 2011

¿Qué ha sido de... los hermanos Vidmar?

En primer lugar me gustaría pedir disculpas porque prometí un post para el pasado lunes y olvidé que era día festivo, un pequeño fallo técnico que espero me perdonéis. Un día festivo que, por cierto, no me hubiera importado pasar en Australia, la tierra de los dos hermanos que son protagonistas en el día de hoy.

Tony y Aurelio, más conocido en nuestro país el segundo, vinieron ambos al mundo en la ciudad de Adelaida procedentes de una familia de origen esloveno. Lo hizo tres años antes Aurelio que, por descontado, también debutó antes como profesional que su hermano. Fue en el año 1985, cuando el Adelaide City le reclutó para sus filas. Fue el primer paso para la llegada del benjamín de la familia cuatro años después.

De esta forma ambos coincidieron durante dos temporadas en el mismo club, algo que no volvería a repetirse. Al final Aurelio decidió aceptar una oferta del Kortrijk belga mientras que Tony aguantó en el equipo local hasta el año 95 con una breve y poco fructífera cesión al Germinal Ekeren entre medias.

Así pues parecía que la carrera del mayor iba mejor encaminada pero poco a poco la cosa fue cambiando. Aurelio aguantó algunas campañas más en Bélgica, primero en el Zulte Waregem y luego en el por entonces decadente Standard de Lieja, con buenas actuaciones en ambas plazas, todo hay que decirlo. De hecho le valieron para fichar por el Feyeenord, su primer grande, en el año 95.

Casualidades de la vida esa fue la misma campaña en la que el pequeño volvió a Europa... jugando también en Holanda. De esta forma se produjo un duelo fratricida en la familia Vidmar, uno defendiendo los colores del NAC Breda y otro los dos equipo de Rotterdam. Una confrontación breve pues un año después Aurelio ya había dejado la Eredivisie y se había marchado al Sion suizo, paso previo a su fichaje por el Tenerife.

Tony por contra aguantó una temporada más esperando una buena oportunidad, que le llegó cuando se fijó el Glasgow Rangers en él. Mientras su hermano mayor daba palos de ciego en las Canarias, él se convirtió en un ídolo para los protestantes, cuya camiseta vistió en más de 150 ocasiones.

Cuando al final Tony abandonó el club escocés en el año 2002, la carrera de Aurelio iba ya tocando a su fin. Tras su testimonial paso por los chicharreros empezó a pensar en lo interesante del dinero y aceptó una oferta del Sanfrecce Hiroshina japonés, paso previo a retornar a su localidad natal. Volvió al Adelaide City en el 99 y lo hizo para terminar allí su carrera cinco años después, engrandeciendo su leyenda como goleador en el país.

Mientras el pequeño de los Vidmar seguía acumulando experiencias en Europa. Al Rangers le siguió su fichaje por el Middlesbrough y acto seguido, ante la falta de oportunidades, por el Cardiff. Con los galeses volvió a recuperar un nivel interesante que le permitió repetir en el NAC Breda ya con 35 años. Fue su campaña de despedida del Viejo Continente. Su tourneé había terminado y le tocaba retornar a casa, aceptar una propuesta del Central Coast Mariners y pegar allí sus últimas patadas al balón.

Queda pues demostrado que la trayectoria de Tony como jugador fue mejor que la de Aurelio. Claro, que en los banquillos la cosa ha sido diferente. Mientras el ex del Glasgow solo tiene en su curriculum hasta el momento el haber estado echando una mano en las categorías inferiores del Adelaide y el estar al frente de una prestigiosa academia del futbolistas nacional, el mayor de los Vidmar si tiene motivos para presumir.

En concreto se convirtió en el primer entrenador que guió a un equipo australiano a la final de la Champions asiática, en concreto a su amado Adelaide. Posteriormente a eso, y después de dejar la entidad por una racha de malos resultados, se puso al frente de la selección nacional sub-23 tras ser asistente de los mayores con Verbeek.

miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Qué ha sido de... Okunowo?

Gbenga Samuel Okunowo. Ese era el nombre completo de aquél nigeriano al que alguno recordará de su paso por el Barcelona hace ya, como pasa el tiempo, la friolera de trece años. Por entonces era considerado un prometedor defensa capaz de ocupar diferentes posiciones a gusto y antojo del entrenador, en aquellos momentos el "cuadriculado" Louis Van Gaal.

Consideración ésta que se ganó disputando con las inferiores de las "Águilas Verdes" la ya extinta Meridian Cup del año 1997 en Lisboa. Jugaba por entonces en el Shooting Stars de Lagos y los informes de Quique Costas y Oriol Tort animaron al Barcelona a traérselo a España por unos 10 millones de las antiguas pesetas después de que pasara las pruebas de rigor.

En principio su destino era el filial pero algo debió de ver en Van Gaal que, en la temporada 98/99 decidió darle la oportunidad en el primer equipo, quizás ante la falta de efectivos fiables en una defensa en la que aparecían habitualmente hombres como Winston Bogarde. Disputó 14 partidos, ocho de ellos como titular, y como no podía ser de otra forma se convirtió en carne de cesión.

Dos en concreto mientras estaba en el equipo azulgrana. La primera fue a un puntero, el Benfica, donde apenas tuvo minutos. La segunda fue al Badajoz, un equipo con menos caché (con todo el respeto, por supuesto, para los pacenses). El hecho de que allí tampoco contara para el entrenador le hizo al Barcelona replantearse las cosas y acabó dejándole en libertad tras su vuelta de tierras extremeñas.

Fue entonces cuando probó suerte en el Ionikos griego, donde estuvo dos temporadas en las que tuvo problemas con las lesiones. De esta forma sus apariciones se convirtieron en testimoniales y tuvo que ser transferido a un nuevo destino, el Dinamo de Bucharest. Una última oportunidad de jugar en un equipo "decente" y que también desaprovechó. A partir de ese momento su carrera siguió una preocupante caída libre.

Se marchó al FK Tirana albanés y con posterioridad al BKS Stal Bielsko-Biala polaco, que lo cedió al Stal Alchevsk ucraniano. Esto era en 2007. Descartado para el fútbol ucraniano, comenzó entonces una serie de catastróficas pruebas. La pionera fue con el Bryne FK noruega y a ella le siguieron otras en el Norwich Victoria de la quinta inglesa y en el Villanova del Camí de segunda regional.

Finalmente, cuando todo hacía indicar que su carrera se acabaría, llegó para sacarle de esa oscura espiral el Aboomoslem iraní, paso previo a su viaje a Maldivas para enrolarse en el VB Sports Club de Maldivas, con el que ganaría la liga local. Concluida aquella exótica experiencia retornó a Europa aceptando una oferta del Waltham Forest, un club de un pueblo cercano a Londres que por entonces estaba en la octava división inglesa. Después de aquello lo único que se le conoce es una prueba más, sin éxito, con los polacos del Odra Wodzislaw en febrero de 2010.

Aprovecho para deciros que desde el viernes me tomaré una semana de vacaciones por lo que no se publicará blog hasta el lunes 15 de agosto. Espero que paséis un feliz verano.

lunes, 1 de agosto de 2011

La extraña figura del jugador-entrenador

El otro día en una conversación informal en torno a unas de las cañas mejor tiradas en Madrid (las de "El Doble" de José Abascal), un amigo me propuso la idea de dedicar un post a esa peculiar figura que es la del jugador-entrenador. Tengo por costumbre escuchar todas las ideas de mis lectores y, en la medida de lo posible, atenderlas. Es por ello que hoy voy a glosar algunos de los nombres que algún día decidieron compaginar ambas profesiones, generalmente con escaso éxito.

Bobby Robson: Su experiencia compaginando ambas actividades fue casi testimonial, pero nadie puede negar que existió. En concreto desde que dejó el Fulham como jugador en el año 1967 hasta que volvió en enero del año 1968 ya solo como entrenador. El club responsable de que uniera temporalemente ambas facetas fue el Vancouver Reales. Al principio aterrizó con bastante ilusión pero pronto la perdió por la incompatibilidad con Puskas, que dirigía una filial del equipo en San Fransciso.


John Giles: El suyo ha sido uno de los pocos casos exitosos a lo largo de la historia. Viendo que tenía madera de director técnico, la selección irlandesa le sentó en el banquillo mientras aún vestía la elástica nacional. No fue con ellos con los que logró sus mejores resultados sino con el West Bromwich Albion, al que se incorporó en el año 1975, simultaneándolo todo. Se dio entonces un caso curioso, que era el de tener tres puestos de trabajo al mismo tiempo. Con el club inglés logró un ascenso y terminó séptimo la siguiente campaña. Posteriormente sería entrenador del Shamrock Rovers, el Vancouver Whitecaps y una vez más del West Bromwich.

John Toshack: Sin duda ha sido el mejor jugador-entrenador hasta la fecha. Tres ascensos en cuatro años con el Swansea así lo atestiguan. Posteriormente es por todos conocido que fue sumando casi a partes iguales logros y batacazos, convirtiéndose al menos en un personaje peculiar con gran predicamento en el fútbol español. Desde que dejara la dirección de Gales el pasado verano, se encuentra sin equipo por primera vez en mucho tiempo.


Kenny Dalglish: El tiempo no perdona, ni siquiera a las grandes figuras del mundo del fútbol. Cuando Dalglish se sentó por primera vez en el banquillo del Liverpool era por entonces un joven imberbe, algo bastante alejado de lo que es hoy veinte años después. La pasada campaña llegó para reconducir a los "reds" a corto-medio plazo avalado por sus buenas cifras cuando era jugador-entrenador. Entonces ganó tres ligas, dos copas y cuatro Charities, todo ello retirándose progresivamente de las alineaciones. Todo un ejemplo.

Trevor Francis: Ocupó este singular privilegio en dos equipos diferentes, el QPR y el Sheffield Wednesday, con resultados agridulces. De los primeros se fue con el equipo al borde del descenso y con los segundo bajó a la división de plata, eso sí después de ganar una Copa de la Liga. Ambas circunstancias son algo normal en la vida de un entrenador. Ahora bien, lo que es más criticable es que decidiera prescindir de Cantona al no considerarle un buen jugador.


Peter Reid: Caso peculiar. Se puso al frente del Manchester City en este singular puesto durante tres temporadas. Sin embargo, cuando fue destituido, lejos de retirarse y dedicarse por entero a los banquillos, aún decidió jugar un par de años más. Luego, el actual entrenador del Plymouth, si retomó la experiencia de mando en el Sunderland, la selección inglesa sub 21, el Leeds o la selección tailandesa.

Glenn Hoddle: Fue el pionero de un modelo al que se agarraría durante muchos años el Chelsea. Accedió al cargo en el 93, después de haberlo desempeñado en el Swidon durante dos campañas. Una final de Copa fue su único éxito, argumento suficiente para la selección inglesa, que decidió contratarle. Posteriormente entrenaría al Southampton, al Tottenham y al Wolverhampton.

Ruud Gullit: Cuando Hoddle se marchó en busca de una nueva oportunidad laboral fue el holandés, que había ido al Chelsea a retirarse, el que aceptó el cargo. Decidió mantenerse un poco al margen de las alineaciones y darle más protagonismo a sus compañeros, que espoleados por sus métodos considerados por todos exigentes, fueron capaces de ser campeones coperos alzando el primer título importante del equipo en 26 años.

Gianluca Vialli: Si un modelo funciona... para qué cambiarlo. Eso pensaron en Stamford Bridge cuando decidieron destituir a Gullit, básicamente por su mala relación con el presidente, y poner al frente de la nave a Gianluca Vialli, el tercer jugador entrenador en cinco años. Y la verdad es que no se equivocaron. Al llevarse la Recopa, el italiano se convirtió en el técnico más joven en ganar un trofeo auspiciado por la UEFA hasta la irrupción este año del fenómeno Villas-Boas. Además consiguió una Copa, una Supercopa de Europa, una Copa de la Liga y una Charity. Trofeos que no evitaron su destitución. Posteriormente entrenó al Watford y desde entonces no ha vuelto a dirigir.

Paul Ince: Su bien granjeada fama de carnicero no le cerró las puertas de los banquillos. La primera experiencia en el Swidon fue testimonial. La segunda en el Macclesfield, más que provechosa después de salvar milagrosamente al equipo. Luego, solo como director técnico, ha cogido con más pena que gloria al Blackburn, al Milton Keynes Dons y al Notts County.

Paul Gascoine: Aunque parezca surrealista, sucedió. Fue en China, cuando firmó por el Gansu Tianma para desarrollar paralelamente esta doble vertiente. El experimento duró poco, lo que tardó en irse a Estados Unidos para tratar sus problemas de alcoholismo y no volver.

Romario: Como no podía ser de otra forma, sucedió en el Vasco de Gama, el equipo de sus amores. Duró solo unos meses, el tiempo en que, "sorprendentemente", tardó en discutir con el presidente de la entidad.