miércoles, 29 de octubre de 2014

¿Qué ha sido de... Algunos hombres de Wenger (IV): Arturo Lupoli?

Si bien los experimentos con futbolistas franceses en el Arsenal fueron, por lo general, un rotundo éxito en tiempos presentes; no se puede decir lo mismo de los italianos que emigraron a Londres en busca de una oportunidad. Yo al menos no recuerdo a ninguno que resultara trascendental, aunque mi memoria es más bien corta.
Uno de ellos fue Arturo Lupoli, hombre que como la canción de Héroes del Silencio se ha movido "Entre dos tierras" durante toda su carrera. Cierto que ambos países, el suyo natal e Inglaterra, son territorio con raigambre balompédica pero no lo es menos que de él se esperaba mucho más a juzgar por sus cifras en la cantera "gunner", a donde llegó procedente del Parma.

Hombre gol del equipo reservas, el ídolo Thierry Henry llegó a decir de él que tenía capacidad para ver portería "en cualquier división, en cualquier país y en el cualquier campo". Quizás se dejó llevar por la emoción del momento, por la buena pareja que este hacía con Nicklas Bendtner. Y aunque acertó en sus proyecciones, en el fondo se quedaron demasiado anchas.

De sus tres sentencias, la más acertada fue la primera toda vez que Lupoli ha acabado siendo un habitual de las categorías de plata. Ese rol lo estrenó con una cesión en el Derby County que le dio la oportunidad de tener minutos. Fueron suficientes para que el Napoli y la Fiorentina pujaran por él, aunque acabó firmando con los segundos ante la posibilidad certera de jugar en la Serie A. 

Pese a ello nunca llegó a ser protagonista de viola y con el tiempo se le ha podido ver incluso lamentando su traspaso frustrado al sur de Italia. Resulta difícil saber qué hubiera pasada en caso de tomar el otro camino, pero sí puede comprobarse que el elegido resultó un fracaso. Marcado a fuego como uno de esos jugadores en eterno préstamo, se marchó primero al Treviso antes de tomar el avión de vuelta al Reino Unido para jugar unos meses en el Norwich y defender los siguientes el escudo del Sheffield United.

El Ascoli, donde militó dos campañas en régimen de copropiedad, fue su siguiente parada antes de firmar gratis por el Grosetto y posteriormente por el Varese. En esta última entidad no tuvo suerte durante los primeros meses y por eso se marchó de nuevo cedido, esta vez al Budapest Honved. Sin casi oportunidades tampoco allí, todo apuntaba a que se convertiría en un lastre para su club de origen al retornar. Sin embargo, y de manera sorprendente, parece haber despertado de nuevo. Se ha ganado el puesto y ha comenzado de manera notable el curso en la Serie B.

lunes, 27 de octubre de 2014

"Clásico" y "Eterno", la furia del ocho

Poco antes de que el sábado arrancara el Clásico que medía al Real Madrid con el Barcelona en el Santiago Bernabéu, casi en el extremo opuesto del continente europeo se jugaba otro partido de gran rivalidad. En uno, el español, se confrontaban la historia de dos titanes festoneada con el enfrentamiento individual entre las dos grandes estrellas del panorama internacional. En el otro el orgullo vecinal, los ecos de realidades sociales contrapuestas que ya no lo son tanto.

Situaciones antagónicas, distantes en cuanto a prestigio y trascendencia pero hermandas alrededor de la figura de un futbolista que estuvo en ambas citas. Y lo hizo, fiel a su temperamento explosivo, sin pasar desapercibido; dejando en ellas los que probablemente sean los momentos más oscuros de una carrera que llegó incluso a adornarse con un Balón de Oro.

Héroe búlgaro y mito azulgrana, Hristo Stoickhov podrá contar en sus memorias cómo sorteó la ruina deportiva al menos en dos ocasiones. Un par de momentos de efervescencia e incontinencia en escenarios donde se posaban miles de ojos, trastadas en el día "D" a la hora "H" que las cámaras registraron y los comités castigaron.

Por cercanía, el episodio del pisotón al colegiado Urízar Azpitarte es de sobra conocido. Aquel lance le supuso una sanción de seis meses y le costó un par de botas, las que acabaría regalándole al trencilla años después en un plató de televisión como muestra de arrepentimiento. Sin embargo todo pudo quedarse en ciencia ficción si la federación de su país no hubiera reculado años antes en otro capítulo de nefasto recuerdo.

1985, Sofía. La Copa en juego y los dos rivales de la capital reviviendo una nueva edición del llamado "Derbi Eterno", para muchos el más intenso de todos los que llevan ese nombre en la zona de los Balcanes. Decisiones arbitrales polémicas, la tensión de cruzarse con un título en juego.... todo se mezcla y estalla escenificándose en una batalla campal sobre el verde del Vasil Levski. Vuelan los puños, las patadas y con ellos la vergüenza intramuros.

Como consecuencia de ese panorama apocalíptimo el Comité Central del Partido Comunista Búlgaro decide disolver ambos clubes y para los pies a los protagonistas del vodevil. Uno de ellos es Stoickhov, a quien se le impone una sanción de por vida que comparte con otros seis futbolistas como el portero Borislav Mikhailov. Esa decisión radical pudo cambiar la historia y quizás el destino de dos hombres que fueron el alfa y el omega de la selección que alcanzaría el cuarto puesto en la Copa del Mundo de Estados Unidos.

Al final los políticos se echaron atrás y todo quedó en un aviso de calado. Pese a ello ambas entidades parecen dispuestas a no aprender de sus errores. Pasan los años y se siguen sucediendo incidentes que causan sonrojo. Sin ir más lejos este fin de semana una bola de nieve arrojada desde el graderío impactó sobre el técnico del CSKA dejándole inconsciente. Fue un mal menor teniendo en cuenta que, en la puerta, las fuerzas de seguridad incautaron machetes, navajas y hasta una katana. 

A la sombra del fulgor que ha causado la irrupción del Ludogorets y del éxito previo del Litex Lovech, la hostilidad entre los enemigos acérrimos del balompie búlgaro se ha desatado ante la perspectiva de volver a llegar un entorchado a los feudos de Sofía. De momento lleva ventaja, y mucha, el CSKA. Más después de imponerse por 3-0 si bien, desgraciadamente, el resultado en este tipo de circunstancias siempre acaba siendo lo de menos.

viernes, 24 de octubre de 2014

Sheffield FC, est.1857

Resulta complicado encontrarle el atractivo al cricket y a sus partidos eternos donde apenas sucede nada. De hecho a la mayoría nos resultaría difícil decir el nombre de un jugador más allá del famoso Sachin Tendulkar, cuyo influjo traspasa fronteras. Y sin embargo, pese a todo, siempre habrá un motivo para estarle agradecido.

Corría el año 1857. Mientras en Nápoles se vivía uno de los momentos más dramáticos de la ciudad con un terremoto que dejó 11.000 muertos y en Alemania se inventaba la salchicha blanca; los ingleses William Prest y Nathaniel Creswick se aburrían en su casa. El motivo era que, con el frío, no podían practicar el cricket, su deporte favorito.

Inspirados por el tedio decidieron buscarle solución y pensar en una actividad recreativa con la que entretenerse bajo la lluvia y el frío. Fue así como nació el fútbol en general y el Sheffield FC en particular. Aquél club, que sería el primero de la historia, cumple este viernes 157 años con una dignidad que hace olvidar su insignificante posición en la escalera del fútbol inglés. 

Situados entre la séptima y la octava categoría, su lugar privilegiado en los archivos balompédicos ha evitado que caigan en el anonimato. De hecho parece que ya queda lejano el momento en el que aspiraban a los logros deportivos y su mentalidad pasa ahora por defender los valores de antaño y vender esa imagen de entidad tradicional.

Sin jugadores de renombre, eclipsados por otros equipos de la ciudad como el Wednesday o el United, solo los nostálgicos encuentran argumentos para unirse a una causa pobre que nunca abandonó el amateurismo. En su honor, el equipo sigue manteniendo un estatus de clase que no acompaña a su realidad, con una web cuidada y el recuerdo constante a aquellos que un día les crearon de la nada.

Las llamadas "Reglas de Sheffield" están ya ajadas y apolilladas. De ellas solo quedan aspectos básicos, modificados con inventos necesarios como los córners, las faltas o los larguerdispone de una fundación que administra el legado. 
os sólidos en lugar de las cuerdas que se empleaban durante los inicios. Aún así, para evitar que desaparezca todo lo bueno que la entidad inglesa aportó al deporte rey,

No queda sino el objetivo de mirar hacia arriba con el orgullo de saber que la humanidad les debe mucho y se lo hacen notar a través de las redes sociales, con felicitaciones e imágenes de aquellos tiempos en los que el espectáculo amanecía. El Sheffield FC se quedó atrás en la carrera, pero no hay cariño semejante al que siempre reciben los pioneros.

miércoles, 22 de octubre de 2014

¿Qué ha sido de... Algunos hombres de Wenger (III): Michal Papadopulos?

Calentada el agua previamente en una cazuela hasta llevarla al punto de ebullición, introducimos la pasta seca a cocer hasta que esté en su punto. Lo que dura este proceso, que realizamos con naturalidad un día cualquiera mientras vamos poniendo la mesa, es el tiempo que el checo Michal Papadopulos vistió la camiseta del Arsenal.

Lo hizo durante un encuentro frente al Wolverhampton en la Copa de la Liga que, además de por su efímera participación, pasará a la historia como el del estreno goleador "gunner" de Cesc Fábregas. Estuvo listo para posar en la foto de la celebración junto al español y tener así un testimonio gráfico de aquello. Nunca más volvió a contar para la primera plantilla aquel delantero, que había llegado como cedido procedente del Banik Ostrava.

Nacido en la localidad de ese club, pese a su reconocible ascendencia griega, aquel paso poco fructífero por Londres sirvió al menos para ganar cierta fama. "Si el Arsenal mostró interés, no puede salir mal", debió pensar el Bayer Leverkusen. Por eso se gastaron algo menos de un millón y medio de libras para hacerse con sus servicios.

Se equivocaron. En total sumó 414 minutos con el equipo de la Aspirina y dejó un gol, el anotado frente al Uniao Leiria en la Liga Europa. De hecho resulta curioso el hecho de que acumulara más tiempo (cerca de 620 minutos) en el campo en solo unos meses jugando como cedido para el Energie Cottbus. Esa confianza la devolvió con dos dianas en la Bundesliga. Una de ellas, sí, contra el propio Leverkusen.

Decepcionados con el rendimiento del punta, acabaron vendiéndole al Mladá Moleslav de su país. El cambio le vino muy bien para demostrar de lo que era capaz. Tanto que en solo una campaña se marchó al Heerenveen por una cantidad que casi cuadriplicaba lo desembolsado por él. En Holanda arrancó con fuerza pero la llegada al banquillo de Ron Jans le borró de los onces, obligándole a buscarse la vida en otro lado.

Eligió Rusia, en concreto el Zhemchuzhina Sochi de la segunda categoría. Sin embargo al poco tiempo el equipo tendría que retirarse de la competición por lo que, libre, firmaría por el FC Rostov. Fue el penúltimo paso de una trayectoria que actualmente le ha llevado Zaglebie Lubin, con quien es uno de los máximos goleadores del segundo escalón polaco el presente curso. 

lunes, 20 de octubre de 2014

Lieja, alerta de terremoto

Aunque a veces pueda parecerlo, el fútbol no es un negocio cualquiera. El componente sentimental que arrastra y la cantidad de personas cuyo humor depende del mismo lo convierten en una inversión de riesgo que fluctúa en función de los caprichos de un balón, la mala tarde del jugador estrella o el pitido de un colegiado.

Todos ellos son factores que no muchos empresarios tienen en cuenta a la hora de invertir su dinero en el sector. Confiados en que la situación puede manejarse como si del PC Fútbol se tratase, aspiran a convertir su hobbie en algo legendario sin caer en la cuenta de que la Champions y las competiciones locales solo tienen un ganador y que a lo suyo juegan muchos más con fortunas superiores.

El algoritmo es complicado, más incluso elevándolo al cuadrado o al cubo para dejar una huella imborrable en diferentes lugares al mismo tiempo. Si ya resulta difícil apretar teniendo un solo club en propiedad, se antoja casi imposible abarcar con éxito la gestión de varios. A esa aventura se ha lanzado el belga Roland Duchâtelet, que este fin de semana ha visto como la maquinaria ha tenido fugas.

Hombre tan revolucionario en la política como en los negocios, el capitalismo del que hace gala en el deporte rey y en la empresa privada no le impide vivir de espaldas al mundo. Más allá de sus escarceos con la política, defendió en un texto ideas como la importancia de reducir el gasto público en un 30% o la necesidad de un desarrollo sostenible en la economía globalizada

Lo pasado poco importa. La memoria del pueblo llano es corta y los que siempre están dispuestos a recibir con alabanzas a quien llega con músculo financiero al auxilio de la entidad de sus desvelos son los mismos que reclaman excomunión cuando los resultados no son los esperados, independientemente de que el señor que se sienta en el palco sea más una víctima que un ejecutor.

Así las cosas, en Lieja se agotó la paciencia este fin de semana. Un hartazgo que se escenificó con un espectáculo pobre para un equipo histórico como Standard y un comportamiento aún peor de aquellos que en vez de lanzar tomates al elenco decidieron armar alboroto llegando incluso a suspenderse el partido. Masa enfurecida y embrutecida que cargó contra el entrenador y el propio Duchâutelet, que vio en la renuncia del entrenador la solución a sus problemas. En principio este último será reubicado ahora en otro arista de la estructura.Un engranaje que tiene como principal pieza al equipo belga pero donde se engarzan varios más.

Uno de ellos es el Alcorcón, que este fin de semana caía con estrépito ante el Barcelona B por 4-1 pese a que mantiene el tipo en la zona media de Segunda División. También en la categoría de plata, pero de Inglaterra, se sitúa el Charlton. Los londinenses perdieron 1-0 ante el Bournemouth aunque acarician los playoffs de ascenso. A eso aspira asimismo, en la Regionalliga Nordost alemana, el Carl Zeiss Jena. Por su parte Europa es la meta en el caso del Ujpest húngaro, en manos de Roderick, el hijo del magnate.

Nadie duda de las buenas intenciones del hombre que pone los ceros salvando clubes en horas bajas para hacerlos rentables. Tampoco de su valía, salvo algunos tropiezos espontáneos como el de este fin de semana. Sin embargo todo forma parte de una red muy fina por la que caminan varios jugadores, un efecto mariposa que puede empezar con el aleteo de Lieja y terminar con un terremoto en cualquier otro punto del continente si la paciencia del factótum se acaba. No es el único caso. La fragilidad está de moda.

viernes, 17 de octubre de 2014

Diario de una selección

En ocasiones el periodismo deportivo te regala experiencias para el recuerdo. Me ha sucedido durante la última semana, cuando tuve que seguir de cerca todos los movimientos de la selección venezolana durante su estancia en tierras españolas. Días intensos donde descubrí lo cercano a un campamento de verano que puede resultar una concentración, lo normales que son los futbolistas cuando no están sometidos a los designios de sus clubes y pueden comportarse de forma transparente. Esta es la cronología de la convivencia bien avenida entre un modesto periodista y los ídolos de una nación. 

Día 1: Conociendo a la Vinotinto

Todo comienza como suele ser habitual en este tipo de coberturas, con un email inesperado que perturba una tarde tranquila y ya planeada. Depende de la antelación del encargo, el sobresalto varía. En esta ocasión la cobertura se asemeja a una gymkana. Hay un dato, que la selección entrena por la tarde. El dónde, el cuándo y quién puede responder a mis preguntas es un misterio. Toca levantar teléfonos, wasapear a gente enterada y acto seguido ponerse en camino. Apenas faltan quince minutos para que empiece la fiesta en el Polideportivo Dehesa de Navalcarbón y llegar sin pisar a fondo el acelerador parece impensable.

Una vez allí el escenario resulta particular y entrañable. Sobre el tapete, algunos de los veintidós mejores futbolistas de Venezuela y el cuerpo técnico. A escasos metros, grupos de niños practican atletismo en el tartán. Los hay que saltan vallas, otros que realizan sprints. Varios valientes, incluso, se atreven con la pértiga. Me presento a Néstor, jefe de prensa de la selección, un hombre cuya paciencia nunca agradeceré lo suficiente. En lo estrictamente noticioso, Juan Falcón realiza un mal movimiento y se lesiona. No tiene buena pinta.

Día 2: La vida en doble sesión

Asumido ya que seré la sombra del combinado sudamericano durante los días que permanezcan concentrados, me preparo mentalmente para acudir a los dos entrenamientos diarios. Reconozco que es un trabajo agradable pero requiere ciertos esfuerzos como acostarse antes, modificando así los hábitos de conducta. Ya no hay tranquilidad en la ingesta de la tostada y los boletines de las diez en punto, centrados en el ébola, indican que se acerca la hora de la sesión mientras uno se encuentra fagocitado por el atasco.

Las facilidades para trabajar resultan algo fuera de lo común si tomamos como baremo a ciertos equipos de Primera. También es verdad que lo normal debería ser esto, situarse a escasos metros de los jugadores y poder entrevistarles con calma cuando todo acaba. Mientras sigo de cerca las evoluciones de los hombres de Noel Sanvicente, se aproxima a mi una de las personas fundamentales en este relato. Cercano a uno de los internacionales, no tardamos demasiado en hacer buenas migas. No diré su nombre, pero sí que me cuenta un par de buenas historias que me apunto para sacarles punta en días sucesivos.

En busca de un buen protagonista para estrenar la grabadora, decido apostar por Nicolás Fedor "Miku". Atacante de sobra conocido tras pasar por la liga española, reconozco que le tengo cierto "cariño" al haber jugado en el Salamanca. Off the record hablamos de su etapa allí, que recuerda con bastante cariño. Vuelvo a casa a comer y a pasar los contenidos antes del entrenamiento de la tarde.

A las seis, más madera. Viendo lo fácil que resulta llevar a cabo la labor de periodista, me he traído conmigo la cámara de fotos a fin de darle más lustre a las informaciones. También mi camiseta de la extinta Unión para inmortalizarme con Miku. No suelo tomarme fotos con los jugadores, pero en este caso creo que la excepción lo merece. Mientras sigo familiarizándome con las caras de algunos futbolistas, me comentan el alcance de la lesión de Juan Falcón.

Día 3: Día de reencuentros

El cielo encapotado que cubre Madrid a primera hora de la mañana no presagia nada bueno. Pese a todo resiste la tentación de escupir agua durante la sesión que se celebra por la mañana. Saco la cámara y de repente alguien se dirige a mi. Qué grata sorpresa descubrir que quien lo hace es Melgar, ex futbolista del Leganés al que no veía desde que coincidiéramos en el curso de entrenadores. Tras una breve charla sigo con mi tarea hasta que tropiezo con otro viejo conocido, que ahora ha centrado su actividad en el scouting. Durante nuestra conversación me cuenta qué le ha llevado hasta allí y cómo es su día a día. Ha progresado en lo suyo y eso me alegra.

Le doy al botón rojo y empiezo a registrar mi entrevista con Ayrton Páez, para muchos el chico con más futuro del país. Tiene la cabeza sobre los hombros y varias similitudes con el héroe del pueblo, Juan Arango. Actualmente en la cantera del Mallorca, su relato vital es de gran interés porque explica muy a las claras el carácter familiar que hasta hace no demasiado tenía el fútbol allí. Sobrino del que fuera seleccionador Richard Páez, hijo y primo de internacionales, emparentado asimismo con más hombres que han tenido protagonismo en la Vinotinto de alguna forma u otra; sobre su apellido se cimentó gran parte de lo que hoy está construido.

En lo deportivo, la noticia positiva es la llegada de Amorebieta. El central del Fulham está lesionado pero se ejercita en solitario y está cerca de sus compañeros. No puede decir lo mismo Juan Falcón, obligado a abandonar la concentración por sus problemas físicos. Por la tarde, partidillo bajo la lluvia. No será el único.

Día 4: Agua para todos

El mal estado del césped por el agua caída durante la noche obliga a mover la práctica matinal a otro de los campos de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, este de césped artificial. Guarecido bajo la techumbre, observo una sesión de gran carga táctica en la que se aprecia la gran intensidad con la que vive su oficio Noel Sanvicente. Tras varios días aplazando nuestro encuentro por diversas causas y de forma muy educada, toca el momento de hacerle preguntas. Es consciente de que está ante su gran oportunidad después de ganarlo todo a nivel nacional con diferentes clubes. Descubro que es cercano, abierto, sincero y directo; cualidades que seguirá demostrándome en días sucesivos. A nuestro lado un fotógrafo inmortaliza a Rondón en una portería. No es un detalle baladí. Mi compañero de confidencias desde el comienzo, aquel que seguía de cerca a uno de los futbolistas, se marcha de España. Por la tarde toca descanso para todos, incluido para mí.


Día 5: Cambio de estilo

Los negros nubarrones que escupen agua sobre Las Rozas no presagian nada bueno. Los malos augurios se cumplen cuando me acerco al césped donde entrena el equipo.  Desde esta mañana, queda prohibido pasearse por el perímetro después de que la prensa invadiera, involuntariamente, el área de ejercicios el día anterior. La orden de alejamiento me devuelve a la triste realidad del día a día. Pese a todo, aún se puede conversar tranquilamente con los jugadores después de la ducha. Aprovecho para entrevistar a Roberto Rosales, al que el técnico parece dispuesto a situar como mediocentro a juzgar por los ensayos. Otra cobertura, en este caso la final de la Supercopa Femenina de baloncesto, hace que me pierda la actividad vespertina y de paso me genera un conato de infarto mientras intento ajustar los tiempos. Quedo en hablar con las personas que coordinan todo para saber a qué hora se retoma el asunto el domingo.

Día 6: Viaje en vano

La opacidad del hotel a la hora de dar datos acerca de sus huéspedes me impide solventar la duda que arrastraba el día anterior. Guiándome por mi intuición me desplazo de nuevo hasta Las Rozas bajo el aguacero para estar puntual a las diez y como era de esperar... los miembros de la expedición han decidido descansar. Madrugón innecesario un domingo, paseo absurdo y vuelta a casa para comer antes de subirme otra vez al coche para emprender el trayecto Madrid-Ciudad del Fútbol.

Las limitaciones siguen en pie y me veo obligado a verlo todo desde la grada. Allí conozco a unos compañeros bastante simpáticos, redactores en el recomendable blog "Fútbol desde Francia" y voces en DEM FM. Amorebieta ha vuelto a casa y Dani Hernández se reincorpora tras viajar con el Valladolid a Soria. Me atiende la estrella del seleccionado, José Salomón Rondón. No rehúye su importancia en el vestuario y se sabe ejemplo para los jóvenes. Serio, más bien tímido y con las ideas muy claras; me ha sorprendido mucho en los días anteriores verle en acción. Ambicioso por naturaleza, competitivo en grado sumo, se trata de un delantero de potencia demoledora que entrena como juega.

Día 7: Conociendo al cuerpo técnico

Rodolfo Paladini es uno de esos hombres que no necesita dar voces para hacerse escuchar. Pausado, de mente lúcida y verbo reposado; compartir un rato a su lado resulta muy gratificante. Argentino de nacimiento y venezolano de adopción, el actual preparador físico de Venezuela creció profesionalmente con Sanvicente, se dejó caer en los brazos de Martino cuando este dirigía a Newells y retornó con su "hermano" en esta nueva experiencia al saber que no tendría sitio en el Barcelona. Pese a todo no guarda rencor al Tata, solo agradecimiento y alabanzas.

Por la tarde, sigue la incesante lluvia pero sale el sol. Es una metáfora para explicar que hemos vuelto a ganarnos la confianza del grupo venezolano y podemos acercarnos a los alrededores del verde para observar a escasos metros el buen ambiente que traen los juegos diseñados por Paladini. Sanvicente, siempre atento a todo lo que sucede, aprovecha también para observar los movimientos que unos jóvenes realizan en un campo cercano. Escudriña lo que hacen y se suelta para intercambiar impresiones conmigo, que pasaba por ahí. Descubro entonces al hombre que se esconde bajo la gorra, un tipo sencillo que ofrece café y no tiene dobleces, consciente de lo que ha logrado en el fútbol pero lo suficientemente humilde como par alcanzar más logros.

La "alcachofa" tras el paso por los vestuarios está destinada en esta ocasión a Tomás Rincón, uno de los hombres con más batallas en el fútbol patrio. Se le ve ilusionado por su reciente llegada a Italia y algo dolido por el modo en el que salió del Hamburgo. En lo referente a lo balompédico, resulta gratificante ver integrado junto a los demás a Alejandro Guerra, que hasta ese momento se había pasado la semana conviviendo con las molestias físicas.

Día 8: La despedida

La última sesión, el último aliento, la hora de decir adiós. Mientras los protagonistas de estas historia se enfrentan a partidos en superficie reducida, el personal de apoyo comienza a desinflar los balones para el vuelo de regreso. Todo lo cubre una ligera cortina acuosa, la misma que no ha dado tregua desde hace días. Momento de pedir correos, de desear buen viaje a todos aquellos que han sido como una pequeña "familia" estos días. Para cerrar esta especie de campamento, decido poner la firma con Oswaldo Vizcarrondo. Nadie mejor que él para recoger las impresiones. Su espíritu de superación, su garra y su hambre de logros resumen el sentir de una selección que se encuentra cada vez más cerca de disputar su primera Copa del Mundo. 


martes, 14 de octubre de 2014

El doctorado del Hamilton

Toda una vida se pasaron muchos aficionados del Hamilton Academical esperando ver a su modesto equipo acabar con la maldición del Celtic Park, tanto que algunos murieron ya veteranos llevándose con ellos a la tumba la frustración del deber incumplido. Y es que mucho había llovido hasta que hace unos días el club hacía saltar la banca rememorando una victoria histórica cuyo precedente inmediato se remontaba a 1938.

La tabla reflejó el hecho con un exiguo premio de tres puntos. Frío guarismo que encierra en su interior la gloria de una entidad a la que el destino le ha permitido, con su triunfo más relevante, liderar la tabla durante al menos un par de semanas aprovechando el parón de selecciones. Ambos logros son motivo de orgullo para los seguidores y grata sorpresa para los protagonistas de los mismos.

Uno de ellos es español. Jesús García Tena llegó allí hace poco más de un año y, tras ascender el pasado curso, disfruta ahora de lo impensable: "No creo que nadie creyera que esto pasaría. Todo el mundo nos daba por descendidos incluso antes de empezar el campeonato. Es fundamental el hecho de que somos casi el mismo bloque que subió el año pasado solo con unas cuantas incorporaciones. El trabajo duro y la humildad creo que nos han llevado donde estamos".

"El objetivo principal sigue siendo la salvación. Una vez la consigamos, empezaremos a soñar. Creo que aspirar al campeonato es demasiado para nosotros pero estoy seguro de que pelearemos por estar lo más arriba posible", explica también.

Ilusión no falta y nace del descaro que acompaña a la juventud. En total son doce los chicos de veintiún años o menos en una plantilla que se complementa con la veteranía de hombres como Jason Scotland, ex del Swansea y del Wigan: "La cantera es muy importante. Hay muchos chavales jóvenes que entrenan con nosotros y se le da mucha importancia. Pero también los chavales jóvenes tienen muchas tareas para que estén con los pies en la tierra. Se ocupan de limpiar las botas del primer equipo, de echar una mano al utillero... El ambiente en el vestuario es muy bueno, somos como una gran familia".

Esa apuesta por la cantera, unida a la humildad, parecen cláusulas innegociables. Sabe de ello Luis Rubiales. El actual presidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales (AFE), colgó las botas en la entidad: "Recuerdo un club humilde, familiar y serio que trataba de hacer las cosas cada vez mejor. En cuanto a la ciudad, tengo que decir que el poco tiempo que viví allí estuve muy a gusto y me pareció un lugar bonito y acogedor con las ventajas de estar a un paso de la capital".

"En el equipo éramos cinco o seis jugadores veteranos pero el resto eran chicos muy jóvenes. Incluso el día que yo decidí retirarme tras jugar con el Rangers debutó uno de ellos que no llegaba a los veinte años. Los recursos de la propia ciudad eran una herramienta que el club aprovechaba. Recuerdo entrenar en una enorme llanura donde cabían muchos campos de fútbol y cada día poníamos las porterías en un lugar diferente. El campo era muy coqueto y siempre estaba perfecto pero eso sí, se le daba mucha más importancia al gimnasio que aquí en España", afirma.

Rubiales sigue tiene en su memoria a muchas personas con las que compartió experiencia: "Tengo muy buenos recuerdos de los chicos de mi época, Marco, Trent, Canning... De la gente del staff técnico guardo mucho cariño a Billy Reid y Stand. El último recuerdo que tengo fue cuando Danny, el encargado de material y al que considero un hombre entrañable, me entregó mis botas y mis enseres personales cuando dejé el club".

Sin embargo, de todos aquellos que se cruzaron en su aventura, uno ha cobrado más relevancia que los demás en la actualidad. Alex Neil, el jugador que por entonces portaba el brazalete de capitán, hoy se sienta en el banquillo: "Aglutinaba los valores que debe tener el líder de una plantilla: Honestidad, lucha, trabajo, exigencia, orgullo. Presentía que podía ser un buen técnico porque ya en el campo daba muestras de su conocimiento y fuera de él sabía transmitir y demostraba su responsabilidad. Tengo un grato recuerdo de él y en su tiempo libre me ayudó a integrarme en la ciudad, llevándome por ejemplo al lugar donde tuve que hacerme el reconocimiento médico".

Una visión del entrenador semejante a la suya guarda también Juanjo Carricondo, el otro español que se enfundó la camiseta de los 'accies': "Era una persona con mucho carácter, un guerrero. Un jugador con mucha garra, de mucho empuje, que tenía un papel bastante importante en el equipo en ese momento. Un chico simpático, cercano y con bastante carácter".

El actual futbolista del Rubí, que se marchó cedido unos meses para recuperarse de una lesión, se muestra optimista con las opciones de su equipo: "Siempre hay clubs pequeños que tienen su temporada. Es un poco como la carrera de los jugadores, siempre hay una temporada que marca las diferencias. Quizás este es su año. Todo viene de cara, están haciendo las cosas bien, están trabajando bien y por qué no seguir con esa ilusión e ir creciendo".

"La principal diferencia del Hamilton con otros equipos de Escocia es la masa social. Es un pueblo pequeñito y quieras que no el apoyo muchas veces hace mucho en los clubs. Pero como allí el fútbol se vive muy a las bravas, son muy forofos y muy seguidores, pese a ser un club pequeño seguro que tienen una buena tirada de aficionados", asegura.

De momento son pocas las jornadas que van de competición y es pronto para sacar conclusiones pero resulta difícil que la gente no se ilusione con un plantel autor de un juego vistoso que tiene continuidad en las estadísticas, esas que le sitúan como el menos goleado y el segundo más anotador empatado con el Aberdeen solo por detrás del Dundee United. Sin el Rangers en primera y con el Celtic atravesando uno de los momentos más preocupantes de los últimos años, por fin se plantea la posibilidad real de que alguien rompa el duopolio tradicional. El Hamilton ya se ha puesto en la fila. 

jueves, 9 de octubre de 2014

¿Qué ha sido de... Algunos hombres de Wenger (II): Sebastian Svärd?


Desde que escribiera el primer post de esta serie hace tan solo siete días, muchas cosas han pasado en el Arsenal y ninguna buena. A la derrota contra el Chelsea, trifulca incluida entre Wenger y Mourinho, le ha seguido en el día de hoy el anuncio de la lesión del alemán Mesüt Özil. Por lo general la historia nos indica que el club nunca ha tenido suerte con los problemas físicos de sus jugadores. Tampoco la tuvo, a nivel individual, nuestro protagonista hoy.

Svärd, nacido en la ciudad danesa de Hvidovre como resultado de la unión entre un ghanés y una sueca, pasó varias campañas como 'Gunner' pero en total disputó menos de diez partidos oficiales con el primer plantel. En esas cifras, difícilmente predecibles cuando se le trajo de la cantera del Copenhague como una promesa sólida que despuntaba en todas las inferiores de su país, poco tuvieron que ver las dolencias musculares ni los huesos fragmentados. Sin embargo, a la larga, sus sueños acabarían diluyéndose ligeramente en la enfermería.

Eso, en cambio, sucedería con el tiempo. Hubo un antes cuyos primeros pasos ya he mencionado y a los que siguió una nueva estancia en la capital de Dinamarca, esta vez como cedido. El préstamo no fue aislado ya que a ese le fueron siguiendo en el tiempo otros sucesivos ante la falta de oportunidades en Londres.

Así, vistió camisetas como la del Stoke -con el que llegó a marcarle un gol en la Premier al Sunderland-, la del Brondby o la del Vitória de Guimaraes. Sin embargo, pese a sumar visibilidad y minutos de juego, no consiguió conquistar el corazón de Wenger y acabó marchándose de manera definitiva, firmando a continuación por el Borussia de Mönchengladbach.

No le fueron mejor las cosas en aquella entidad. De hecho, esta acabó mandándole un tiempo al Hansa Rostock antes de rescindir su contrato y dejarle libre. Sin equipo pero con ganas aún de buscar nuevos retos, llegó en su ayuda el Roda holandés. Aquella etapa no acabó bien ya que le sobrevino un virus cuyas características exactas resulta difícil encontrar en la red.

Fuere cual fuere la enfermedad concreta, lo cierto es que le obligó a apartarse varios meses de los terrenos de juego. Recuperado, aceptó una oferta del Silkeborg y posteriormente otra del Syrianska. No resultaron provechosas al igual que sucedió durante su periplo por el Wycombe Wanderers. Harto del fútbol europeo, ahora disfruta de la relajada liga tailandesa defendiendo los intereses del Songkhla United.

viernes, 3 de octubre de 2014

Afganistán, el éxito de un buen guión


No fue, desde luego, la tarde de los porteros. Los problemas a la hora de salir a por los balones aéreos dieron origen a varios de los goles, incluido el anotado por Hashmatullah Barakzai durante la prórroga. En una gran liga, esas imágenes hubieran provocado gestos de amargura en los entrenadores y críticas furibundas por parte de los seguidores a través de las redes sociales. Sin embargo todo era alegría y regocijo entre los asistentes al partido. Para los afganos, ver rodar un balón sobre el césped ya es es una victoria porque la misma hierba sobre la que se derramaba la sangre de los ejecutados por los talibanes se desgasta ahora con el ir y venir de los tacos.

La final de la liga, que disputaron este viernes el Shaheen Asmayee y el Oqaban Hindukosh, dejó detalles pese a todo. Incluso uno de los futbolistas, con la complicidad de los defensas, emuló a Butragueño durante su exhibición equilibrista en el Carranza. Vencieron los primeros por 3-2 y retuvieron de esta forma el título conseguido la campaña anterior. 

Un colofón perfecto para una historia estructurada en capítulos cuyo guión va haciendo evolucionar la vida misma. El comienzo, eso sí, lo escribe la cadena privada Tolo TV. De hecho en ningún país cobra tanto sentido esa sentencia que dice que el fútbol vive de la televisión. Sin el éxito en pantalla de "Maidan-e-Sabz" (Campo verde), no habría película.

El 'talent show' llegó justo a tiempo con una propuesta innovadora, encontrar intramuros a los mejores jugadores jóvenes del país, distribuirles en ocho clubes diferentes y ponerles a competir a todos ellos en una liga profesional. Tan sencillo como complejo, tan admirable como brillante. Un anzuelo para atraer al público, que llenaba su boca con las hazañas de las estrellas internacionales pero no podía identificarse con algo propio.

De esta forma cada región pasó a tener su equipo y cada vestuario una amalgama de hombres procedentes de distintos lugares que compartían un sueño común dejando de lado sus diferencias personales. El embrión de un espectáculo de masas a cuyo carro se suben cada vez más afganos movidos por la emoción que produce lo novedoso.

Sabe mucho de ello la periodista española Mònica Bernabé. Autora del libro "Afganistán, crónica de una ficción" y establecida como freelance en el país desde el año 2007, ha vivido en primera persona la evolución del fenómeno: "Hace tres semanas fui a ver uno de los partidos de la liga de fútbol en Kabul. Había 6.500 personas en un estadio con capacidad para 5.500. Y unos 4.000 aficionados más en el exterior que empujaban las puertas para poder entrar. Eso explica la pasión genera el fútbol aquí".

Por encima de los resultados el balompié es ahora un alegato a favor la unidad, una buena excusa para evadirse de los dramas diarios que azotan a la sociedad y la oportunidad para jóvenes como Hashmatullah Barakzai, el protagonista en el duelo decisivo al que por razones ignotas apodan 'El frigorífico'. Su sangre fría en el área enciende los televisiores e incendia los corazones en las tribunales. Los héroes ya no portan Kalashnikovs; visten de corto y solo disparan si hay una red por medio.

miércoles, 1 de octubre de 2014

¿Qué ha sido de... Algunos hombres de Wenger (I): Luis Boa Morte?


Ayer martes el técnico francés Arsène Wenger cumplía su mayoría de edad al frente del Arsenal. Como en el 'Show de Truman' o en la muy recomendable 'Boyhood', todos los que amamos el fútbol internacional hemos podido seguir su evolución a través de las cámaras. Alegrías y sinsabores, rumores de salida a otros clubes, fichajes más o menos acertados...

En estos últimos nos vamos a detener para dar forma a la sección durante algunas semanas, si bien me resulta imposible abarcar todos los nombres que me gustaría pues hay material para escribir no ya una serie de posts sino un libro entero. Para comenzar un rostro conocido, un jugador que descubrió que podía hacerse carrera en la Premier más allá de los 'gunners'.

Sin embargo Boa Morte siempre deberá estar agradecido al preparador galo por ser el encargado de importarle a Inglaterra procedente del Sporting de Portugal, de cuya cantera había salido años antes. La operación, si bien las cifras varían en función de las fuentes consultadas, rondó los dos millones de euros y resultó poco provechosa. En solo un par campañas, el luso acabaría marchándose por poco más de la sexta parte al Southampton.

No fue un traslado acertado y, sin apenas opciones, el jugador fue prestado al Fulham solo un verano después con opción de compra. La ejercieron los capitalinos y fue así como empezaría su trayecto con una entidad a la que legó más de ciento cincuenta partidos. No solo eso, en Craven Cottage consiguió revalorizarse hasta el punto de ser vendido en invierno del 2007 por casi el triple de lo que fue comprado.

El encargado de desembolsar el pago fue otro equipo de la ciudad, el West Ham. Acostumbrado a las relaciones de larga duración, Boa Morte acabó vistiendo la elástica 'Hammer' durante cuatro cursos en los que incluso afrontó una lesión de larga duración que se produjo durante un amistoso en tierras asiáticas. 

Finalmente, cansado de la 'City' tras años de leal servicio, decidió poner tierra de por medio y emprender una experiencia a nivel más bajo. Lo hizo aceptando una propuesta de Chris Coleman, que por entonces entrenaba al Larissa griego. Los problemas económicos hicieron que apenas siete partidos después dejase el territorio heleno para marcharse al Orlando Pirates. 

Comenzó entonces un tour para seguir jugando a un nivel digno. Primero probó con el Toronto FC y posteriormente con el Portsmouth antes de acabar firmando por el Chesterfield gracias a la intercesión del que fuera su compañero Mark Crossley. La vinculación duró apenas unos meses y a la finalización de la misma, el extremo comenzó a pensar que el fútbol se había acabado.

Pasó entonces a dejarse ver por duelos de bajo nivel como el amistoso que midió a los amigos de Figo con el Anzoátegui venezolano. Allí, eso sí, dejó un ortodoxo penalti con bicicleta incluida que puede ser consultado en Youtube. Lo último que se sabe de él es que llegó a firmar con el Four Marks de la liga de Hampshire y que alternaba esa faceta con su trabajo como entrenador de chavales en las inferiores del Fulham.