lunes, 30 de julio de 2012

La incógnita del nuevo zar

"Tengo muchas ideas para Rusia". Esta es la frase que mejor resume la puesta en escena de Fabio Capello como nuevo encargado del combinado nacional. Toda una declaración de intenciones firmada por quien parece tener una espina clavada después de su abrupto paso por el banquillo de Inglaterra; donde los tabloides hablaron más de él que la prensa deportiva.

Un buen puñado de rublos han sido el aliciente necesario para no colgar definitivamente la pizarra a sus sesenta y seis años. Capello, que lo ha logrado todo en materia de clubes, no puede decir lo mismo cuando se habla de selecciones y por ello se ha decidido dar una oportunidad más aceptando una oferta que más allá de lo económico tiene también cosas interesantes en lo que a lo deportivo se refiere.

Da la sensación, visto desde fuera, de que el éxito de su nuevo reto irá ligado a las ganas que él tenga de implicarse en el mismo. Si decide disfrutar de unas vacaciones bien pagadas, pasará sin pena ni gloria. Se verán mejoras, por supuesto, pero no lo suficientemente significativas como para dar el salto de calidad que los rusos piden y necesitan ahora que se vislumbra un futuro prometedor.

Por el contrario, si se vuelca con el proyecto los resultados a corto-medio plazo pueden ser sorprendentes. Tras el fracaso en la Eurocopa, donde cayó en primera fase cuando era la principal favorita de grupo, Rusia afronta un cambio generacional y de conceptos. Muchos de los nombres que han destacado en los últimos años ya peinan canas y han perdido garra y compromiso. Algunos son salvables con motivación pero otros deberán abrir paso a las futuras generaciones.

El ex técnico del Real Madrid será el encargado de abonar ese terreno, de juntar a jóvenes y veteranos para hacerles jugar de forma metódica y ordenada. De imprimir seriedad y carácter en un lugar en el que todo apunta que no le darán demasiada guerra siempre y cuando vaya cumpliendo objetivos y su mano se note.

Ahora bien, hay dudas sobre si la decisión es meditada. Capello salió victorioso de una lista en la que había en torno a quince preparadores, muchos de los cuales sonaban rocambolescos y dijeron "no" a la propuesta. Destcaba el cartel por encima de las necesidades ya que en el país del Este parecen no darse cuenta de que en el 2018 albergarán un Mundial. Toca empezar a sembrar para recoger y quizás alguien que esta ya cerca de los setenta no sea el indicado.

Aunque él asegura que lo hará, cuesta creer que el transalpino se recorra un país inmenso de costa a costa en busca de nuevos jugadores. Y aunque así fuera, parece poco probable que les dirija cuando llegue el gran día. Y en esa misma línea, no será fácil encontrarle un sustituto a alguien cuyas ideas comienzan a quedarse obsoletas diluidas entre las nuevas corrientes emergentes. Así pues, demasiadas incógnitas en una decisión que parece tomada con prisas y que atiende más a un golpe sobre la mesa en el panorama internacional que al raciocinio. El tiempo dirá cómo acaba todo.

viernes, 27 de julio de 2012

Cambio radical

Gran parte del interés deportivo en este verano residirá en Londres. En primer lugar, claro, por los Juegos Olímpicos que empiezan hoy con esa ceremonia que mantiene a todo el mundo expectante para saber si los ingleses serán capaces de quitarse el sambenito de horteras que siempre les ha acompañado.

Y en segundo por descifrar cómo se comporta en competición el Chelsea, vigente campeón de Europa. Si bien se le presupone rendimiento alto a un equipo que de un tiempo a esta parte está llamado a pelear por los títulos, son una incçognita las consecuencias que puede tener el ejercicio de travestismo que ha emprendido en época estival aprovechando el dinero ingresado por ganar la Champions y la mano abierta que siempre ha caracterizado al oligarca ruso Romab Abramovich.

Lo que ha hecho el conjunto británico es difícilmente definible aunque perfectamente inteligible. Tras muchos años armando un bloque sólido en busca de la conquista del título máximo, logrado el objetivo ha decidido cambiarlo todo desoyendo ese sabio consejo que dice que si algo funciona bien no es necesario tocarlo.

En su defensa conviene decir que cuando se le da de comer a un equipo cuya única motivación es el hambre, ya nada puede devolverle ese brillo en los ojos. Seducido por los yuanes Drogba puso rumbo a China. Y según cogió el avión salió detrás de él Salomon Kalou rumbo al Lille. Bosingwa firmaba ayer por el Mónaco y no es descartable que aún caiga alguna cabeza más en el proceso.

La realidad es que había que hacer limpia dentro de uno de los vestuarios más longevos de la Premier pero lo que quizás no era necesario era cambiar el modelo tan drásticamente. Es cierto que el Chelsea juega feo, poco vistoso, aburrido; pero a sus aficionados no les importó demasiado cuando levantaron la "orejona". Parece ser que al entrenador y al máximo dirigente sí y por eso se han puesto manos a la obra para emprender la revolución.

Resulta difícil recordar el último futbolista caracterizado por su fantasía que pisó Stamford Bridge (Mata aparte). Sin alguien de estas características el club ha sobrevivido al paso de los años pero parece que ahora la vistosidad será el santo y seña. Por ello han traído a tres futbolistas de la emergente y al mismo tiempo malograda generación belga que se recuerda en tiempo. Eden Hazard, su hermano Thorgen y Kevin De Bruyne son jóvenes y sobrados de talento al igual que el alemán Marko Marin y el interesantísimo brasileño Óscar
Casi sin que el mundo del fútbol se de cuenta, los blues han formado la que probablemente sea la línea de tres cuartos más prometedora del fútbol europeo aprovechando que en tiempos de crisis su situación económica es más boyante que la del resto de sus competidores directos. La duda es saber si el experimento funciona en una de las competiciones con el fútbol más físico que hay.

Incógnita extensible al comportamiento de los delanteros, que serán a fin de cuentas los que tengan que aprovecharse de lo que se genera a sus espaldas. Ya sin Drogba y con un Torres que funciona como el Guadiana, si bien es cierto que viene de hacer una buena Eurocopa, quizás la guinda para el proyecto sea la incorporación de un referente más. Otra opción es jugar sin punta como hace España. Pero el que se sienta en el banquillo es Di Matteo y por mucho que uno se empeñe, un castaño no puede dar naranjas.

lunes, 23 de julio de 2012

Diez razones para ver el fútbol en los Juegos

Esta semana arrancan los Juegos Olímpicos, esa gran fiesta que todos los amantes del deporte estamos esperando. El mejor escenario para ver a los mejores dejándose el alma y el aliento por conseguir una medalla. El viernes será el tradicional desfile inaugural pero antes, el jueves, arrancará ya la competición en fútbol. Contrariamente a lo habitual, este no será el que despierte más expectación por esa política de que solo deben ir jugadores sub-23 completados con tres mayores.  Sin embargo he aquí diez razones para no perderse el torneo.

1) Jóvenes prometedores: En los dieciséis contendientes habrá alguno de los mejores futbolistas en ciernes del planeta. Basta coger la selección española para darse cuenta: Herrera, Muniain, Jordi Alba, Isco... Con Inglaterra viajan Sturridge y Ramsey;  Uruguay ha convocado a Abel Hernández y a Coates; Suiza lleva a Mehmedi y a Frei y en Brasil junto a Lucas Moura o Ganso estará...

2) ...Neymar: El delantero del Santos es sin duda una de las grandes atracciones. Llamado a ser el próximo "elegido", este será su primer gran torneo de selecciones a nivel mundial. Real Madrid y Barcelona están al acecho y muy pendientes de sus evoluciones. Ahora toca observar si responde a las expectativas depositadas en él y si es capaz de echarse en equipo a la espalda.

3) Ryan Giggs: Nunca es tarde para jugar tu primera competición importante vistiendo una elástica nacional. A sus 38 años el capitán del Reino Unido es, de largo, el futbolista más veterano de los que participarán. Poco para importarle a un centrocampista que ha amenazado numerosas veces con retirarse pero sigue al pie del cañón tras tomarse varios frascos del 'elixir de la eterna juventud'. Tiene poco que perder y mucho que ganar, clase a raudales y ganas de dar guerra.

4) Estadios: Sin duda contribuyen a engrandecer la cita en materia futbolística. Pocos Juegos Olímpicos podrán presumir de tener tantos templos a su disposición para darle lustre al deporte rey. Las sedes serán: Millenium Stadium (Cardiff), Hampden Park (Glasgow), St. James' Park (Newcastle), Old Trafford (Manchester), City of Coventry (Coventry) y, por supuesto, Wembley (Londres). Casi nada.

5) Triple corona: Dos jugadores españoles aspiran a lo que nadie logró jamás. Juan Mata y Javi Martínez podrían ser los primeros en conseguir alzarse con el Mundial, la Eurocopa y un oro olímpico. Un broche el broche perfecto para los mejores representantes del presente y el futuro de una generación mágica.

6) Escaparate africano: Si hay algún torneo para el lucimiento de los conjuntos africanos, ese son los Juegos Olímpicos. Su mayor poderío físico queda de manifiesto por encima incluso de la técnica y es un buen arma al que agarrarse para alcanzar grandes registros. Las cifras hablan por sí solas: En cuatro de las últimas seis ediciones siempre hubo un país de este continente en el podio, las medallas de oro de Nigeria y Camerún incluidas.

7) Mayores: La posibilidad de llevar a tres futbolistas que superen los veintitrés años hace que las plantillas de un salto de calidad importante. Así, podremos ver a nombres destacados como Luis Suárez o Thiago Silva compitiendo por un premio en verano y no disputando esos anodinos partidos amistosos de las giras norteamericanas y asiáticas.

8) Generaciones: Será interesante comprobar si las prometedoras generaciones de algunos países continúan con su progresión o si se quedarán estancadas. Es el momento para comprobar el potencial verdadero de Suiza, México o Marruecos; combinados que vienen trabajando bien las inferiores en los últimos años.

9) Estilos de juego: Como en todas las competiciones importantes cada contendiente potenciará sus virtudes. Así estarán presentes el toque de España, la potencia física de los africanos, la velocidad de los coreanos y los japoneses así como sus potentes salidas a la contra, la individualidad de los brasileños, el orden de los suizos o la contundencia de cara a puerta de los uruguayos.

10) Oportunidad única: Los Juegos son solo una vez cada cuatro años y en el caso del fútbol, la mayoría de los participantes solo los disputan una vez en sus vidas. Eso despierta una ilusión especial que generalmente se suele ver sobre el terreno de juego con partidos abiertos de muchos goles. En Sidney 2000 no se produjo ningún empate a cero y desde entonces hasta hoy solo se han visto cuatro.

Al ser el próximo miércoles fiesta, el blog permanecerá inactivo hasta el viernes.

sábado, 21 de julio de 2012

La bicicletas ya no son para el verano

No ha sido una buena semana para los luxemburgueses deportivamente hablando. Bien es cierto que generalmente han tenido poco o nada que decir en lo que a este campo se refiere. Sin embargo de un tiempo a esta parte parecían haber encontrado un pequeño resquicio para el orgullo nacional gracias a dos hermanos largos como un invierno que subidos a lomos de sus bicicletas engullían puertos de montaña como si no costara.

Ambos eran firmes candidatos para conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos de Londres setenta años después de que Josy Berthel consiguiera en los 1.500 de Helsinki el único oro nacional hasta la fecha y la segunda de la historia solo por detrás de la plata que alcanzó el haltera Joseph Alzin en Amberes 1920, cuando el deporte moderno aún caminaba en pañales.

Lamentablemente en siete días se ha conocido que ninguno de los dos Schlek podrá optar a la presea. Andy porque continúa recuperándose de una dolorosa caída y Frank porque decidió acortar los plazos para la victoria recurriendo a la ayuda extra que le proporcionaba una sustancia llamada xypamide, que según su versión surgió de la nada por culpa de un envenenamiento.

En esas circunstancias, con el luto nacional a la vuelta de la esquina, nadie podía pensar que la alegría llegaría por la vía más inesperada, la de esa práctica en la que siempre fueron un cero a la izquierda. Con la honrosa excepción de su clasificación para la Eurocopa del 64 y la victoria frente a Suiza en la fase de acceso al Mundial 2010 por 2-1, las gestas del combinado nacional podrían contarse con los dedos de la mano.

Estas cifras son trasladables a los clubes del país. Con el F91 Dudelange como clarísimo dominador en la última década, fuera de las fronteras el panorama siempre resultó ruinoso. Hasta hoy, cuando el propio Dudelange aspira a una hito modesto jamás logrado. Morador sempiterno de la primera fase de clasificación, ha sido capaz de superarla en alguna ocasión, principalmente cuando Platini decidió alterar el modelo y que solo la jugaran representantes de seis países (Luxemburgo más San Marino, Malta, Andorra, Irlanda del Norte e Islas Feroe).

Un éxito que a la postre resultaba efímero. En el siguiente escalón la derrota siempre se presentaba con mano de hierro. Tres eliminatorias y ni una sola victoria en ellas, cinco goles a favor y veinte en contra. Por suerte agua pasada no mueve molino y el martes un solitario tanto de Aurélien Joachim les servía para lograr su primer triunfo en estas lides ante el Red Bull Salzsburg del español Jonathan Soriano.

Una auténtica sorpresa para todos los aficionados, que parecían darse por satisfechos con la primera eliminatoria ante el Tre Penne de San Marino, donde sus hombres lograron un resultado global favorable de 11-0 (7-0 en la ida y 4-0 en la vuelta). Ahora mismo todo es nuevo para unos futbolistas y una nación que han llegado más allá del límite previsto, que por una vez vislumbran en el lejano horizonte la impensable opción de pisar la tercera ronda. Para ello tendrán que defender su ventaja en Austria, empresa que se antoja harto complicada.

Pero como soñar es gratis para quien nada tiene que perder, intentarán acabar armados de fe y esperanza con un transatlántico si entramos en comparaciones. En caso de consumarse el improbable milagro, esperaría en principio el Maribor. Se medirían así al club que les apeó el año pasado con un global de 1-5. Claro, que los tiempos han cambiado y no hay nada como las gargantas enardecidas de unos ciudadanos que de golpe y porrazo se han quedado sin héroes a los que alentar en época estival.

miércoles, 18 de julio de 2012

¿Qué ha sido de... Safet Susic?

Antes de que los jeques aterrizaran en la "Ciudad de la luz" para dejarse los petrodólares, el Paris Saint Germain tuvo un pasado. De hecho cuando nadie podía imaginar que llegarían nombres como los que ahora componen la galaxia capitalina, se hizo una encuesta para elegir al futbolista más importante en la historia del club. Había nombres como el del Balón de Oro George Weah o el de Luis Fernández pero el ganador fue Safet Susic, actualmente seleccionador de Bosnia.

Su figura nunca ha sido considerada como una de las más grandes del Viejo Continente a pesar de que capacidad tuvo para ello. Quizás dar sus mejores años en entidades que por entonces no despuntaban le hicieron perder puestos en una lista en la que por calidad bien pudo ocupar un lugar de honor.

Elegante en la conducción, verle sobre el césped desenvolviéndose como mediapunta debió ser una delicia. Levitaba sobre el pasto y manejaba como nadie el arte del regate cambiando la pelota de pie. Lo ejecutaba con velocidad y maestría para luego zafarse de la presión del adversario con un delicado movimiento de cadera. Parecía elástico.

A su habilidad para dejar con cara de circunstancias a los rivales añadía además otras virtudes como la precisión de cirujano en el pase y la llegada desde segunda línea. No resultaba extraño verle iniciar la jugada, abrir los huecos que dejaban los defensas desconcertados y acabar la faena acompañando el cuero a la red tras apoyarse en un compañero.

Eso cuando no optaba por fabricarse la gloria él solo en una de sus grandes tardes. Testigo de ello fueron los argentinos, que tuvieron que sufrirle en un amistoso contra Yugoslavia en el año 1979. Ese día decidió que tenía que ganar el partido y así lo hizo. Anotó tres goles, todos dejando tras de sí un rastro de cinturas quebradas y palabras malsonantes.

A Francia llegó procedente del Sarajevo. Cuentan que en su fichaje tuvieron mucho ver los que luego serían sus compañeros, hipnotizados por su magia tras la disputa de un amistoso entre ambas escuadras. Al final, frente al interés de los dos clubes de Turín, pudo más su sueño de ser un artista en París. Lo bueno se hizo esperar ya que los problemas con el transfer retrasaron su puesta de largo. Pero mereció la pena.

Convertido en mariscal, guió a "Les-Rouge-et-Bleu" a la conquista de su primera liga en la 85-86. Además levantó una copa en la 82-83. Por supuesto se hizo regular e indispensable en el once, deleitando a una grada que todavía recuerda uno de sus grandes servicio. Fue el 24 de septiembre de 1984. Un duelo intrascendente contra el Bastia él lo convirtió en una fiesta repartiendo cinco asistencias en la victoria por 7-1.

En 1991, cuando los años ya pesaban y se había cansado de ser tan bueno, fichó por el Red Star de Saint-Ouen y colgó las botas el verano siguiente con 54 internacionalidades a sus espaldas y el título honorífico de mejor jugador bosnio del siglo veinte. Probablemente por entonces ya le picaba el gusanillo de los banquillos. De hecho, tras dos años preparándose, le fichó el Cannes pensando que si lograba transmitir su visión del juego a otros futbolistas el éxito estaría asegurado.

Ya sin Zidane pero aún con jóvenes talentosos como Patrick Vieira o Johan Micoud, logró un meritorio noveno puesto en el retorno de la entidad a la máxima categoría. Sin embargo, no supo aprovechar el buen cartel de aquella experiencia. Con un pequeño impasse en el Al-Hilal saudí, se convirtió en un técnico comodín para los equipos de la liga turca. Su paso por el Istambulspor, el Konyaspor, el Ancaragücü, el Rizespor y el Ankaraspor así lo demuestran.

Cuando parecía que su nombre se perdería en la niebla, le llegó esa oportunidad que antes o después iba a acabar presentándose debido a sus servicios a la patria. El orgullo nacional se hizo cargo de la selección en 2009. Sin nadie tan brillante como él pero con una plantilla compuesta por la mejor generación que se recuerda en el país, el objetivo ahora es clasificar a los bosnios para su primer torneo internacional. Ya se ha quedado dos veces a las puertas. A la tercera...

martes, 17 de julio de 2012

Nada será lo mismo

Nada será lo mismo en una de las ciudades con más tradición futbolística de Europa. Seguirá rodando el balón cada fin de semana, es cierto, pero el deporte rey sabrá agridulce. Igual que Oliver Aton no se entiende si no se enfrenta a Mark Lenders, hay clubes a los que les falta algo cuando no pueden medirse a su rival histórico, a su enemigo natural.

Probablemente en Boca Juniors no hayan disfrutado tanto esta temporada en la que River se agostaba en Segunda y lo mismo sucederá a buen seguro con los seguidores del Celtic en las campañas venideras tras ver como ha caído en barrena una de sus razones de ser, ese otro equipo completamente antagónico con el que año sí y año también se jugaban la liga a cara o cruz.

El descenso a los infiernos del Rangers por sus problemas económicos supone una pérdida irreparable para el fútbol escocés en líneas generales. Si la competición doméstica era el paradigma a no seguir por la superioridad de los dos equipos de Glasgow con respecto al resto, todo apunta ahora al monopolio incontestable del verde y el blanco sin que nadie sea capaz de toser a los católicos salvo hecatombe.

La inhercia y la lógica aplastante les condena a ser campeones sin tener que pedir permiso a nadie, casi por imperativo legal. Llenarán las vitrinas con más trofeos y tendrán un par de días de felicidad al año. Pero sin los "Old firms" la tarea se volverá rutinaria, carente de mérito. Y lo que es peor; en los pubs desaparecerán las discusiones en torno a unas pintas, en las oficinas se empezará a hablar del tiempo; se perderá la magia hasta que el Rangers, como todo el mundo intuye que sucederá, resurja de sus cenizas.

Ayudará a ello que su poderosa masa social arrime el hombro y ponga dinero para ello. Y que este no se malgaste, por supuesto. Que renuncien a vivir por encima de sus posibilidades guiados por la competencia atroz con sus vecinos. Que no gasten miles de millones como en su día sucedió con nombres como Gascoigne o Brian Laudrup. En definitiva, que aprendan la lección para evitar un sonrojo como el que ya han sufrido.

Reconstruir el palacio costará mucho esfuerzo, mucho sacrificio y al menos tres años presuponiendo un ascenso cada campaña, algo que no es fácil. Toca cambiar el chip, empezar de cero con la mente clara. Asimilar que el rival en el derbi será el Queen's Park y no el Celtic, que a excepción de los primeros y East Stirlingshire (originario de Falkirk) el resto de rivales representan a localidades que podrían sentar a todos sus habitantes en las gradas de Ibrox Park y tan solo llenar una cuarta parte del aforo.

Es el castigo justo para un ídolo de oro con pies de barro al que la codicia y las ganas de ser el rey de la ciudad le han llevado a la perdición. Ahora, convertidos en mendigos, tendrán que usar su ingenio para salir adelante y volver a ocupar un trono al que siempre han aspirado, restituyendo así el honor perdido. Suena a novela caballeresca propia de las Highlands. Por el bien del fútbol, el único final feliz solo puede ser un nuevo "Old Firm". 

viernes, 13 de julio de 2012

Hombres de oro

Ayer el París Saint Germain, por obra y gracia de ese nuevo color que bien puede llamarse verde jeque, cerró la que probablemente sea la operación del verano. Otra temporada decir esto sería arriesgado pero teniendo en cuenta cómo se está moviendo el mercado y la crisis galopante que castiga a las arcas de los clubes, se puede dar por seguro. Siempre y cuando otro inversor árabe o ruso, claro, no se empeñe en tenerla más larga.

Más allá de su trascendencia y de que, gracias a él, los galos se convierten en serios aspirantes a todo, hay un dato que conviene extrapolar en el proceso. Tiene que ver con el punta sueco. Si dividimos el montante del fichaje en treinta millones por cabeza , Ibrahimovic es desde hoy el futbolista que más dinero ha movido en la historia del fútbol con  148 millones de euros.

El dato puede resultar sorprendente aunque la realidad habla de un futbolista que ha ganado nueve ligas en trece años como profesional, que garantiza goles, que es uno de los referentes a nivel de imagen desde que la globalización entró en el deporte rey y que asocia su nombre de forma sempiterna al espectáculo sobre el césped. Eso unido a su tendencia a la trashumancia son motivos suficientes para explicar algo así.

Lo llamativo llega cuando uno se deja llevar por la curiosidad y decide mirar más abajo. Hay, por supuesto, invitados esperados. Cristiano Ronaldo ocupa un meritorio quinto lugar tras ser protagonista de la venta más cara de la historia. Octavo es Fernando Torres, Zinedine Zidane undécimo seguido de forma sucesiva por Robben, Etoo, Kaká y Ferdinand. 

Otros llaman la atención por su posición relativamente baja en la tabla. Son casos como el de Luis Figo, el de Ronaldinho Gaúcho o el de Falcao; jugadores cuya calidad hace pensar que podían haber cambiado de club por cifras más elevadas o que estuvieron en lo más alto antes de la gran inflación y la entrada de los magnates.

Y luego ya están el resto, los verdaderamente asombrosos, esos futbolistas a los que nadie se hubiera imaginado nunca entre los elegidos. Con ellos se podría escribir un libro, una novela de terror más bien. Tipos que gracias a sus representantes, a poderosas campañas de marketing o simplemente a su facilidad para hacer las maletas han escrito su nombre con letras de oro en esta lista.

Destaca entre todos el francés Nicolas Anelka, segundo clasificado con un montante de 134 millones de euros repartidos entre ocho equipos. Tercero es Hernán Crespo, que establece la cifra media de sus traspasos en 30 millones de euros. Otro que se encuentra entre los siete futbolistas que han costado en total más de 100 millones de euros es el irlandés Robbie Keane, actualmente en las filas de Los Ángeles Galaxy.

En el top veinte se encuentra el argentino Javier Mascherano, y en el veinticinco le acompañan Emerson, el "violinista" Gilardino o la eterna promesa del fútbol inglés, Darren Bent. Ahora bien, si uno amplía el espectro, llega la traca. Bellamy es el vigesimosexto y el nombre del trigésimo primero deja ojiplático. Es ni más ni menos que el que fuera centrocampista del Valencia, Stefano Fiore.

Otros peloteros con pasado en la liga española son José Antonio Reyes, Darko Kovacevic, el efímero Jonathan Woodgate o Marcio Amoroso. El tema del brasileño es uno de los más destacables ya que solo dos veces cambio de entidad con dinero por medio y en ambas lo hizo por encima de los veinte millones de euros, lo que le hace merecedor de una media más que aceptable que está por encima de los veintiséis millones de euros.

Visto con perspectiva y analizado todo con tranquilidad, la situación da por lo menos que pensar. Ahora que la burbuja balompédica ha reventado debido a la aguja de la crisis, los escombros asoman a la luz dejando un paisaje desolador en el que muchos fueron tasados por encima de sus cualidades, víctimas de operaciones poco transparentes en las que los billetes iban y venían sin control. Quizás los malos tiempos económicos tengan algo de positivo.

jueves, 12 de julio de 2012

¿Qué ha sido de... Helmuth Duckadam?


Solo tenía tres días de vida cuando, en aquella noche sevillana, el Barcelona cayó contra todo pronóstico frente al Steaua de Bucarest. Quizás por ello nunca llegué a conocer los detalles de lo que sucedió hasta que, este lunes, uno de los programas de mayor calidad de la televisión, "Informe Robinson", emitió un especial sobre las finales de la Copa de Europa.

Fue entonces cuanndo descubrí la figura de Helmuth Duckadam. Sí, había oído hablar de él, pero ni le ponía cara ni recordaba los motivos por los que se había hecho popular. Por eso me llamó la atención ver a aquél tipo bigotudo, alto como un junco, detener los penaltis con una facilidad pasmosa y celebrar su gesta con ese estilo tan ochentero que se caracterizaba por elevar los brazos al cielo y correr descontroladamente.

Lo cierto es que, analizada desde el punto de vista técnico, aquella tanda no fue la mejor del conjunto azulgrana. Tres de los cuatro lanzamientos que detuvo iban al lado natural del portero y al malo del lanzador. Ahora bien, no hay que restarle mérito al meta rumano, que llegaba a todos los ángulos impulsado por una fuerza sobrehumana, la de las grandes noches.

Conocido en su país como "El héroe de Sevilla" su gloria fue breve. De hecho se redujo a esos diez minutos. Poco se sabía de él antes, tan solo que había realizado buenas actuaciones en la localidad occidental de Arad, donde llevó en el pecho los escudos del Constructorul y el UTA. Y poco se supo de él después ya que según la versión oficial dejó el fútbol durante tres años por una trombosis en el brazo derecho (que se materializó durante unas vacaciones en el Mar Negro) y, a su vuelta, solo aguantó dos campañas más en el Vagonul Arad desoyendo a los médicos antes de abandonar la práctica deportiva.

Sin embargo, un final así para alguien que había sido elevado a los altares no parecía lo más glamouroso. Igual que resultaba más pintoresco decir que Elvis no murió de sobredosis y en realidad se fue a vivir a Sudamérica, Duckadam tuvo también su propia leyenda urbana. Muchos dan por sentado que la noticia, publicada por medios extranjeros, es cierta. El protagonista en cambio siempre la ha negado.: "Es la historia más estúpida que he oído en mi vida. Tenía los dolores en el brazo meses antes de la final pero no había ido a revisión. La gente odiaba mucho a Caucescu y por eso se inventaban esas historias sobre él y su familia", llegó a decir con el tiempo.

Sea como fuere, el relato de los hechos es el que sigue. Según parece, desbordado de alegría por la hazaña del portero y como recompensa por destrozar el sueño del máximo rival, el presidente del Real Madrid Ramón Mendoza decidió regalarle al arquero un Mercedes. Ese obsequio era todo un lujo en la Rumanía comunista, un capricho al alcance de unos pocos. Como Nicu Caucescu, hijo del sanguinario dictador.

Aquello no le hizo gracia a quien le gustaba sentirse como un emperador y le exigió a Duckadam que le entregara el automóvil. Este se negó y las consecuencias fueron funestas. Crispado por aquél acto de insolencia, el malcriado Nicu decidió enviarle a unos miembros de la Securitate (policía estatal), que le secuestraron y con un martillo le rompieron los diez dedos de las manos. A desmentirlo no ayudó el hecho de que el torturado se esfumara durante dos años sin dar señales.

Quizás algún día lleguemos a saber la verdad pero de momento ninguno de los implicados en aquél incidente le ha dado credibilidad. Ya retirado y valiéndose de su planta y su envergadura, ejerció como policía fronterizo en Semlac, su ciudad natal. Los ahorros los invirtió en negocios que resultaron ruinosos como una escuela situada en Arad que llevaba su nombre o una tienda de productos para bebés. Además perdió su casa en primera instancia si bien acabó recuperándola tras elevar su queja al Parlamento Europeo. 

Atosigado por los problemas económicos, decidió vender los guantes que detuvieron los cuatro penaltis y la medalla conmemorativa de campeón de Europa. Después de aquello vio la posibilidad de empezar una nueva vida en los Estados Unidos tras ser agraciado con un permiso de residencia. Lejos de mejorar, su situación fue a peor. Incapaz de adaptarse acabó volviendo al Viejo Continente y divorciándose de su mujer, que se quedó en tierras norteamericanas junto a su hija.

Fue entonces cuando le llegó la opción de meterse en política de la mano del polémico Gigi Becali, que le ofreció el puesto de candidato a alcalde de Arad, esa ciudad donde pasó tantos años de su vida. Perdió aquella elección pero la amistad con Becali le permitió reinventarse. Hoy es el presidente del Steaua, ese club al que tanto dio.

A pesar de los reveses que ha sufrido desde entonces, nunca ha olvidado el día en el que fue portada de todos los periódicos: "Nadie puede quitarme aquella noche de Sevilla. Estaría preparado para perder todo otra vez con tal de volver a experimentar esa emoción. La gente sueña con dinero, coches y mansiones. Mis recuerdos serán siempre mi fortuna y por ello me siento un hombre con suerte".

martes, 10 de julio de 2012

Domingueros de alto standing


Resulta difícil entender cómo aquella campaña publicitaria pudo tener tanta acogida. Budweiser solo necesitó dar vida a tres ranas y a un par de camaleones para penetrar en las casas de infinidad de telespectadores. Una estrategia que no ha variado con los años. Aquellos simpáticos animales fueron sustituidos por perros y caballos y el resultado ha sido igual de óptimo. Lo demuestra el hecho de que, cada año, sus anuncios con los nuevos protagonistas siempre están entre los más valorados por los espectadores de la Superbowl; ese gran termómetro del consumismo.

Una vez conquistado Estados Unidos sin que el que escribe llegue a entender los motivos (cuando vivía en Miami me vi obligado a pasarme a una cerveza japonesa buscando algo de sabor), el objetivo es ahora penetrar con fuerza en el Viejo Continente mudando los hábitos de países que se jactan de ser grandes consumidores. De todos ellos Inglaterra parece ser un blanco fácil.

Conocedores de su target, la compañía norteamericana ha decidido llegar a los paladares y a los estómagos de los ingleses por la vía rápida: El fútbol. Para ello han invertido una importante suma de dinero en patrocinar la FA Cup, el torneo más antiguo del mundo y motivo de orgullo para los habitantes del país que invento el deporte rey.

Lejos de quedarse en eso, la apuesta parece ir un poco más allá. En un alarde de imaginación y de indentificación con el bebedor medio, ha decidido realizar todo un experimento sociológico a ver qué sucede. El club que hará de conejillo de indias -porque todo en el marketing cuenta- es el Wembley FC, el mismo que lleva el nombre del estadio donde se jugará la final. ¿El objeto de estudio? Ver cómo se comportan una serie de jugadores con más de cuarenta años y barriga cervecera en un torneo con caché

Dicho así nada tiene de especial tratándose de un equipo de barrio que intenta progresar desde las primeras rondas. Lo que hace diferente a  esta iniciativa son los nombres que van a participar en ella. Como el dinero todo lo puede, el sentido del ridículo no abunda en nuestros días y la clase nunca se pierde (tópicos todos ellos muy arraigados); bajo la asesoría técnica de Terry Venables estarán solo en esta competición David Seaman, Graeme Le Saux, Ray Parlour, Martin Keown, Brian McBride y... Claudio Cannigia. 

Todos ellos suman en total 261 años, más horas vuelvo que cualquier equipo del país y vivencias que servirían para ilustrar una enciclopedia de varios tomos. Podrían disputar perfectamente una liga de empresas y hace tiempo que dejó de interesarles todo lo que tuviera que ver con el esférico. Pero es innegable que la idea es buena y que más de un aficionado se sentirá identificado con estos jugadores pasados de primaveras y de peso con los que podrían cruzarse cualquier noche en un pub a discutir a voz en grito sobre los últimos fichajes.

Una vez más la marca de bebidas alcohólicas americanas ha demostrado que domina las estrategias de mercado y que, independientemente de lo que suceda, ya ha vencido este partido por goleada asociando su figura al noble arte del balompié igual que en su día lo consiguió con el fútbol americano. La puesta en escena de este vodevil en el que solo falta la enana barbuda se antoja de lo más divertida. Será el próximo once de agosto a las 15.00 horas en su modesto estadio de Vale Farm (que así se llama el feudo de 3.000 espectadores donde juega como local) ante el Langford, un club que al igual que ellos milita en la novena división. Si algún lector está pensando en ir a ver los Juegos Olímpicos, mi deber es tentarle diciendo que en ese momento no hay pruebas y que solo necesita desplazarse ocho minutos en coche partiendo desde Wembley o coger el autobús 182 para poder asistir a tan magno evento. Ahí lo dejo.

viernes, 6 de julio de 2012

Sueños hechos ceniza

Mano Menezes dio ayer la lista de convocados para los Juegos Olímpicos de Londres. En ella, por supuesto, aparecen algunos de los mejores futbolistas en ciernes del planeta. Nombres como Neymar, Ganso o Lucas Moura; todos ellos llamados a saltar antes o después a Europa, ese territorio donde el dinero puede facilitar sueños de la infancia.

Sueños de convertirse en jugador profesional, de pisar templos que lucen un césped cortado al milímetro, de circular por las calles con un deportivo, de vivir en una mansión con piscina y barbacoa, de salir en las revistas luciendo una sonrisa de blanca de oreja a oreja... aspiraciones de juventud para chicos humildes que persiguen la fama haciendo lo que mejor saben, pegarle patadas a un balón.

La reina de las citas deportivas es un excelente trampolín para alcanzar estas metas. Sin embargo, no todo el mundo está preparado para el qué vendrá. El futuro es al mismo tiempo prometedor e incierto y repuntar para caer después puede ser cuestión de tiempo. El ejemplo más claro se ha visto esta semana. En los cuatro años que dura ese periodo que se llama Olimpiada (el que transcurre entre unos Juegos Olímpicos y los siguientes) la vida de todo un medalla de bronce, de un jugador que en Pekín formo parte de la delegación canarinha, ha sido un continuo descenso a los infiernos.

Breno Borges había firmado a comienzos de año 2008 por el Bayern de Munich. Los alemanes desembolsaron por él 12 millones de euros adelantándose a otros equipos como el Real Madrid o la Juventus, que se habían quedado prendados de ese central con buena planta y excelente salida del balón que por entonces vestía la camiseta del Sao Paulo.

Hablar con los pies no fue suficiente. Las dificultades con el alemán y la falta de apoyos en un entorno hostil donde la competencia era alta, suponían un lastre para su adaptación. Las circunstancias le fueron minando poco a poco la moral, situación a la que no ayudaba su presencia constante en el banquillo. Su bagaje fue de 18 minutos disputados frente al Wolfsburgo.

Por ello la llamada de Dunga para viajar a China fue para él como un oasis en medio del desierto. El seleccionador no solo le citó, sino que además decidió alinearle de titular indiscutible junto a nombres como Ronaldinho y Hernanes. Aquello fue, visto con el tiempo, el último momento de alegría que le concedió el fútbol. A su regreso a Alemania esos problemas que había dejado aparcados volvieron a presentarse como el fantasma de las navidades pasadas. Duro revés para alguien que además lidiaba con una situación personal complicada, pues su familia no aceptaba a su pareja.

El defensa se encontraba pues en medio de la nada, con ganas de comerse el mundo pero al mismo tiempo librando una batalla interior contra esas cuerdas que le impedía rendir a su máximo nivel. En su primer curso entero con los bávaros, apenas disputó cuatro partidos completos que se saldaron con tres derrotas y un empate. Preocupados por su rendimiento, los alemanes decidieron prestarle en el mercado de invierno a otro club.

Llegó entonces el Hannover, un equipo sin demasiadas aspiraciones. En medio de aquél conjunto el brasileño destacó sin problemas y volvió a enseñar esas cualidades que le habían hecho digno de cruzar el charco. Sin embargo, cuando su confianza empezaba a ser fuerte, la vida le dio un nuevo bofetón. Fue el 7 de marzo en un partido frente al Leverkusen. Su rodilla se partió por el cruzado y con ella todos los esfuerzos y la felicidad por volver a hacerse importante.

Contrariamente a lo que muchos pensaron, las cicatrices fueron solo físicas. Después de un verano entero dejándose el alma en el gimnasio, volvió con fuerza. Incluso jugó como titular con el Bayern aprovechando las lesiones de algunos compañeros. Todo fue en vano. Una vez más la maldita articulación que le tuvo ocho meses de baja volvió a jugarle una mala pasada. Y esta vez fue definitiva.

Difícil saber que pasaba por su cabeza el 20 de septiembre de 2011. Solo en casa, el alcohol y sus problemas formaron un coctel explosivo. Quizás pensó que si prendía fuego a su hogar, con él ardería todo su pasado reciente y podría empezar de nuevo con otra cara, con otros ánimos. Ni él mismo lo sabe. Tomó la decisión equivocada y llevó a cabo su plan.

Ahora afronta una pena de casi cuatro años de cárcel. El contrato que tenía casi firmado con el Lazio, ya es papel mojado. Ha causado aún más problemas a su familia. Y, probablemente, ha llevado al abismo su prometedora carrera deportiva. Solo hace cuatro años que colgaba de su cuello una medalla de bronce.

miércoles, 4 de julio de 2012

Últimos apuntes sobre la Eurocopa

Finalizada ya la Eurocopa llega el momento de hacer balance de lo que ha acontecido a lo largo del torneo. De dar unas breves pinceladas con lo más destacable, con lo más llamativo. España, por supuesto, está muy presente aunque hay espacio también para nombres propios de os otros equipos en competición.

Mejor equipo/España: No podía ser de otra forma. "La Roja" ha hecho historia consiguiendo su segunda Eurocopa consecutiva e intercalando entre medias un Mundial. Su juego deslumbra, el resto de países se rinden a su superioridad y ha demostrado que sabe sufrir para alcanzar la gloria sin renunciar por ello a la humildad y las buenas formas. Un equipo de leyenda, quizás la mejor generación de futbolistas que jamás nació en un territorio.

Mayor decepción/ Holanda: Ridículo inimaginable de la vigente subcampeona de mundo. Se marcha última en el grupo de la muerte con el casillero en blanco. La inesperada derrota contra Dinamarca en la primera jornada marcó el camino del fracasó. Ni siquiera su gran potencial del mediocampo en adelante le ha servido para evitar el ridículo. La primera consecuencia ha sido la marcha de Van Maarjwick. Ahora toca ver como evoluciona todo, si el que venga apostará por la vieja guardia o someterá a la Oranje a un cambio radical.

Mejor entrenador/ Vicente del Bosque: Cuestionado constantemente en un país al que le gusta la polémica, el debate del nueve podría haberle desgastado. Sin embargo supo en todo momento qué y cómo lo quería. Cuando intuyó que se equivocaba supo rectificar sus planteamientos fiel a sí mismo, algo que también hay que alabar en un técnico. Por algo es ya, en lo que a títulos se refiere, el mejor de la historia. No me quiero olvidar tampoco de Paulo Bento, que tácticamente estuvo impecable en muchos momentos del torneo.

Peor entrenador/ Franciszek Smuda: Polonia tenía potencial para, al menos, superar la primera fase. Sin embargo Smuda no fue capaz de exprimirlo al máximo y la selección anfitriona decepcionó ciñendo casi en exclusiva su juego a los veloces contragolpes. La apuesta no salió bien y el técnico ha dejado su cargo habiendo desaprovechado una gran oportunidad para pintar a su país, de nuevo, en el mapa futbolístico.

Equipo revelación/ República Checa: Está claro que la Eurocopa es su torneo fetiche. Primero fue el penalti de Panenka, luego la final del 96 con aquél conjunto de melenudos y ahora un digno papel en Polonia y Ucrania tras varios años decepcionantes. Su primer partido contra Rusia fue lamentable pero consiguieron reponerse, finalizar primeros de grupo y poner en apuros a Portugal. Cayeron en cuartos, sí, pero al menos la imagen ha mejorado y han mostrado potencial de cara al futuro.

Mejor jugador joven/ Yevhen Konoplyanka: No ha sido una competición que haya descubierto a grandes talentos. De hecho, muchos éramos ya los que conocíamos a este centrocampista ucraniano del Dinamo de Kiev, que ha hecho apariciones interesantes a lo largo del torneo. Desconocido no obstante para el gran público, tiene clase, buenos movimientos y una larga carrera por delante a sus 22 años.

Jugador revelación/Jordi Alba: Podría haber sido perfectamente el nombre que figurara en la anterior categoría porque su Eurocopa da para monopolizar todas ellas. La temporada en Valencia había sido muy buena pero ha sido capaz de superarse en el mejor escenario posible, maravillando al mundo con sus cabalgadas por banda. El Barcelona ya lo tenía atado antes y solo ha tenido que finiquitar la operación a lo largo del mes.

Mejor jugador/ Iker Casillas: Soy de los que piensa que el guardameta merece el balón de oro. El fútbol no es solo marcar goles sino evitarlos también. En esa faceta el portero del Madrid es el mejor. Con una defensa que ha estado a un nivel espectacular, le han llegado menos que en otras ocasiones. Eso sí, siempre que ha tenido que actuar lo ha hecho con acierto encajando solo un tanto.

Mejor gol/ Zlatan Ibrahimovic: En un partido intrascendente para su selección, que ya estaba eliminada, Ibrahimovic decidió quitarse el mal sabor de boca y al menos marcharse dejando una obra de arte, una media tijera espectacular con Mexes encima ante la que nada pudo hacer Lloris. Fue el premio a un futbolista que lo intentó durante el torneo y el primer aviso para una Francia que fue de más a menos.

La imagen/ Andrea Pirlo-Sergio Ramos: El nombre de Panenka siempre irá ligado a la Eurocopa. Fue en ella donde el checo ideó esa genialidad que lleva su nombre, que muchos han repetido a lo largo de la historia. Los últimos en hacerlo el italiano y el español. En el caso de ambos, la jugada tiene mérito. Pirlo ya había fallado uno con anterioridad y además estaba en mitad de una tanda de penaltis en la que su equipo iba por detrás. Ramos había sido el hazmerreir de Europa tras mandar al limbo una pena máxima contra el Bayern de Munich en semifinales de Champions. Tanto uno como otro saldaron cuentas pendientes.

Once ideal: Iker Casillas (España); Joao Pereira (Portugal), Sergio Ramos (España), Matts Hummels (Alemania), Jordi Alba (España); Sergio Busquets (España), Xabi Alonso (España), Andrea Pirlo (Italia); Andres Iniesta (España), David Silva (España) y Antonio Cassano (Italia).

martes, 3 de julio de 2012

¡Cómo hemos cambiado!

"A pesar de la victoria, con grandes goles pero poco juego colectivo, el seleccionador ha perdido el norte. Por favor, que lo larguen ya, que no se puede ir dando esa imagen".

"espana es una puta mierda"

"Muy sencillo, a un Segunda Divisón español.¡Vaya mérito! ¿Y eso es un partidazo? Vamos, no me hagais reir".

"¿QUE HA GANADO ESTE ENTRENADOR? NADA NADA NADA. Estamos jugando una previa del EUROPEO, ESPAÑA aún no se ha clasificado y aunque lo haga, creeis que va ha ganar algo? NOOOO-COMO SIEMPRE Y MENOS CON ESTE PÀTETITCO ENTRENADOR. ¿QUE HA GANADO LUIS? NADA NADA NADA. ASI ES QUE DEJAROS DE DEFENDER HA ESTE TIO QUE DE SABIO TIENE LO QUE TIENE MI HIJA DE TRES AÑOS".

Estos eran, transcritos de forma literal, algunos de los comentarios que acompañaban a la versión digital de una crónica fechada el 13 de octubre del año 2007. No eran la mayoría, es cierto. Por lo general los lectores habían optado por no hacer mención al encuentro y sí a la ausencia de Raúl. Mientras unos soltaban chascarillos sobre el "carro", otros realizaban soflamas reivindicando su figura.

También estaban los que alababan un gran gol de Riera pero pasaban de puntillas por el que había anotado Ramos, probablemente porque muchos veían en él un golpe de suerte o porque el aficionado español medio no tenía el paladar acostumbrado a aquella fantasía coral de la que participaron nueve futbolistas (todos menos Casillas y Albelda) paseando el balón por el campo con veintisiete pases. El cuero llegó al borde del vómito a la red, casi pidiendo clemencia, mareado y desorientado como muchos aficionados.

Aquél partido fue el que enfrentó en Aarhus al combinado de Luis Aragonés con Dinamarca, un duelo vital para viajar rumbo a la Eurocopa de Austria y Suiza. El campo tenía la consistencia de un sembrado y el ambiente no era lo que se dice una caldera. Pocos grados y poco público. Animando a 'La Roja' solo unos cuantos Erasmus aburridos de los que escriben en una cartulina "Mamá, mándame lentejas" o "Aunque no lo parezca, te prometo que he venido a estudiar". No lo sabían, pero ellos fueron testigos directos del nacimiento de todo.

Poco más de cinco años después esa orgía de pases y desenfreno, de movimientos veloces, de apoyos y desmarques de ruptura; volvió a repetirse en el césped de Kiev en la final de una Eurocopa y con Silva poniendo la guinda al pastel. De nuevo una jugada antológica quedaba reducida a la vulgaridad pero esta vez no era por ser considerada un hecho azaroso. La culpa la tenían la euforia de acariciar el tercer gran trofeo consecutivo y el aburguesamiento de los seguidores, acostumbrados ya a este tipo de genialidades.

Mucho ha cambiado la historia en poco tiempo. El patito feo es ahora un cisne que luce su plumaje con elegancia, sin levantar la voz por encima de los demás. Se pasea con la cabeza alta mientras los demás le miran con envidia. Atrás queda ya el mantra de los malditos cuartos. España se ha ido enfrentando uno a uno a sus viejos fantasmas y siempre ha salido victoriosa. En esta Eurocopa se ha cargado a Francia e Italia, conjuntos a los que nunca había vencido en partido oficial. También a Portugal, verdugo en esa Eurocopa donde los lusos eran anfitriones.

Y lo han hecho deslumbrando al mundo una vez más con un juego virtuoso, inalcanzable. Toque, toque y más toque. Siempre con sentido, sin rifar balones, monopolizando la posesión. Tirando de casta y con un poco de suerte, la del campeón, en algunos momentos clave. El destino deportivo sonríe a España, un país que por cultura balompédica ansiaba y merecía un premio semejante, que aún no se lo cree cuando se pellizca.

Futbolistas que han contribuido a engrandecer su deporte pero que no reciben ese feedback que merecen. A pesar de lo conseguido, a nivel individual siguen sin levantar el escurridizo balón de oro. En una constelación donde brillan todas las estrellas, nadie quiere destacar a alguna. Y ese miedo, ese respeto, la necesidad de buscar la confrontación directa entre dos candidatos que no serían lo mismo si no estuvieran escoltados por alguno de los nuestros; es castigada con el olvido.

Bendito e injusto problema. Un daño colateral más de ese sueño colectivo del que nadie quiere despertar. Ese que arrancó una fría tarde de otoño en un lugar remoto y que ya no es solo monopolio de una noche de verano, que se ha convertido en una sana costumbre que valoraremos cuando, Dios no lo quiera, todo haya acabado. Aún así nunca lo olvidaremos. Me comprometo a contárselo a mis nietos.