Siempre he pensado que salvo en un caso concreto, el de Pelé, un jugador sólo puede ser considerado importante si ha conseguido triunfar en Europa. Y por eso siempre me he mostrado receloso hacia Landon Donovan, al que mis prejuicios en este aspecto hacían que le considerara sobrevalorado.
Y bien es cierto que sigue sin parecerme un futbolista vistoso. No es elegante, no tiene una clase estratosférica, tampoco es un rematador nato ni tiene la velocidad punta de un extremo puro. Además carece de ese halo de divismo que vende camisetas por su apariencia, pues es un tipo de lo más normal, una de esas caras que pones a cualquier persona que va en el metro escuchando el ipod, ejerciendo de reponedor en un supermercado o vestido de traje y corbata con un maletín en la mano (y si no me creéis haced la prueba).
Y sin embargo, sin destacar por encima de los demás en nada, sin tener las características de un crack mundial, ha conseguido con su trabajo levantar a una nación entera y despertar en ella el amor por el fútbol.
Su goles y sus asistencias , su pundonor, sus apariciones heroicas han conseguido movilizar a Estados Unidos en torno a un televisor para ver algo por lo que jamás sintieron el más mínimo interés. Porque Donovan no entrará en el olimpo de los dioses y de hecho pienso que con el paso del tiempo será recordado como un futbolista normalito, pero ha puesto la primera piedra para que los que vienen después construyan el edificio.
He necesitado una analogía para entender su importancia. El diez americano es como la figura de Pau Gasol o Fernando Alonso en España. La del pionero, esa que invita a los niños a decantarse por un deporte y no por otro y a los padres a animarles a hacerlo.
Lo agónico de su gol se ha vivido en el país como el acontecimiento deportivo del siglo. Para ellos es como la justicia divina en contraprestación por el atropello del trencilla maliense contra Eslovenia. La imagen general es que en la selección de Estados Unidos ganan como héroes, que al fin están atravesando ese proceso de madurez que les hace sentirse un rival respetable.
Ahora tienen un camino "plácido" para llegar al menos hasta semifinales. Un éxito semejante será el fósforo definitivo que encienda la mecha de la inversión. Y una vez que eso suceda la explosión definitiva es cuestión de tiempo.
Porque esa es otra, todas las combinaciones estelares rocambolescas que podrían darse se han sucedido. Uruguay, la propia Estados Unidos, Ghana o Corea del Sur, jugarán las semifinales de un Mundial. Una situación que podría ser incluso más kafkiana si, Dios no lo quiera, España pasa como segunda de grupo. En ese caso, al primer cuarteto de aspirantes se unirían Paraguay, Suiza, la decadente Portugal y Japón o Dinamarca.
Por mucho que para la mayoría esto suponga un fracaso del modelo, personalmente creo que tendremos unas eliminatorias apasionantes. Por un lado los grandes enfrentándose entre sí y por el otro los outsiders intentando aprovechar la oportunidad de su vida. Tiene buena pinta.
jueves, 24 de junio de 2010
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2 comentarios:
Esto de los semifinalistas sorprendentes ha pasado ya un millón de veces, Bulgaria y Suecia en el 94; Croacia en el 98; Corea y Turquía en el 2002... e incluso Suecia que jugó la final del Mundial en el 58... Por mucho que la prensa se empeñe en venderlo así, no va a ser algo exclusivo de este mundial, y como tu dices, ver a las selecciones pequeñas en semifinales, le da un toque especial a las mismas.
Solo espero que España sea capaz de ganar a Chile, por que el camino a semifinales sería de lo más plácido, y una vez en semifinales... pude pasar de todo.
amg
Esto de los semifinalistas sorprendentes ha pasado ya un millón de veces, Bulgaria y Suecia en el 94; Croacia en el 98; Corea y Turquía en el 2002... e incluso Suecia que jugó la final del Mundial en el 58... Por mucho que la prensa se empeñe en venderlo así, no va a ser algo exclusivo de este mundial, y como tu dices, ver a las selecciones pequeñas en semifinales, le da un toque especial a las mismas.
Solo espero que España sea capaz de ganar a Chile, por que el camino a semifinales sería de lo más plácido, y una vez en semifinales... pude pasar de todo.
amg
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