jueves, 17 de junio de 2010

Diario de un Mundial 6 (16-06-10)

"Mañana es el gran día, ese en el que nuestra selección deberá empezar a mostrar al mundo que tiene ganas y está capacitada para ganar su primer Mundial. Me agrada saber que, por primera vez, somos el rival a batir, que el resto de selecciones nos respeta y nos admira y que el mundo entero espera ansioso nuestro debut para volver a ver fútbol tras el paseo de Alemania frente a Australia. Ha llegado el momento de que dejemos de ser el pupas, la selección que cae en cuartos, para aspirar a algo más".

Estas líneas pertenecen al post de ayer, en el que en un estado de euforia incontrolada me lanzaba a vaticinar un futuro brillante de color de rosa. Hoy sigo manteniéndolo, creo que España sigue siendo una de las favoritas, si no la principal. Pero, aunque corra el riesgo de ser tachado de oportunista al escribir a toro pasado, me voy a permitir cambiarlo ligeramente.

"Mañana es el gran día, ese en el que nuestra selección deberá empezar a mostrar al mundo que tiene ganas y está capacitada para ganar su primer Mundial. Me agrada saber que, por primera vez, somos el rival a batir, que el mundo entero espera ansioso nuestro debut para volver a ver fútbol tras el paseo de Alemania frente a Australia. Ha llegado el momento de aspirar a algo más".

¿A qué la diferencia casi no se nota? ¿A qué el sentido del párrafo viene a ser el mismo? Pues para mi esas dos pequeñas frases que he suprimido representan el presente de la selección española. Y he necesitado el día de hoy para darme cuenta, con la camiseta puesta y la bufanda al cuello, mientras oia como el comentarista de Univisión, acompañado de Chilavert, nos ninguneaba.

Porque jugamos mejor que nadie, tocamos mejor que nadie, damos más sensación de peligro que nadie, pero seguimos siendo España. No Italia. No Alemania. No Argentina. No Brasil. España. Y como España tenemos detrás un pasado. Y mientras el resto de equipos que he mencionado saltan al campo con un halo de invencibilidad invisible nosotros lo hacemos como el rival a batir... batible. Porque aún no somos capaces de decidir un partido con la bandera, porque necesitamos un Mundial para poder hacerlo. Porque una Eurocopa es importante pero nadie se mostró más dubititativo contra los griegos cuando la ganaron.

Nos falta dar esa sensación de que el gol de Italia contra Paraguay acabaría entrando de una forma o de otra, nos falta esa fuerza que le encogía la portería brasileña a los norcoreanos y les hacía disparar desde larga distancia como si el área quemara. Carecemos de esa característica que convierte a los teutones en hombres gigantes capaces de comerse un oso vivo.

Y por eso a los suizos hoy no les ha temblado la pierna, no se ha visto en ellos ningún síntoma de debilidad mental. Porque sí, España ha tirado veintitrés veces, ha tenido ocasiones clarísimas, y podía haber ganado perfectamente 5-1 si hubiera tocado menos y definido más o incluso sin hacerlo. Pero solo damos el miedo actual, el momentáneo, el que dio en su día Freddie Kruger cuando"Pesadilla en Elm Street" se puso de moda pero no el que da el "Hombre del saco", omnipresente generación tras generación.

Y eso se nota a la hora de competir, donde un equipo ilusionado y motivado con la cabeza bien amueblada y las ideas claras utiliza esas armas como escudo y la fortuna, porque sí, los suizos hoy han tenido mucha fortuna, como espada. Por suerte aún hay clase, calidad y fútbol para cambiar la historia en Sudáfrica.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón del mundo y me adhiero a tu optimismo.

Inmejorable post.

Un saludo

CMG

Tomàs Martínez Pés dijo...

Gran entrada, realista pero optimista. Muy buena reflexión sobre esta ola de optimismo y sobre esta derrota que nos vuelve a poner los pies en el suelo.

Un saludo!