Los que me leéis, y si no podéis tirar de hemeroteca para comprobarlo, sabréis que siempre he sido un más que firme defensor de la Bundesliga por muchas cosas. En primer lugar porque la consideraba menospreciada a pesar de su nivel, en segundo por su espectacularidad y por último debido a un aspecto meramente emocional ya que mis mejores experiencias en la narración las viví en partidos del Bayern o el Eintracht.
Sin embargo no por ello he dejado de ser objetivo y siempre he defendido ese dogma innegociable de que las mejores ligas europeas son la Premier, la española y el Calcio. Siempre hasta hoy, cuando tengo argumentos poderosos para rebatirlo. Sería absurdo ocultar que las dos primeras están en otro nivel pero sí se puede debatir acerca del tercer escalón.
Mientras el fútbol en Italia da la sensación de estancarse en todos los sentidos, el que llega de Alemania parece haber perdido todos los complejos históricos y mejora a pasos agigantados con cada día que pasa. Tanto en marketing como en vistosidad y probablemente con un poco más de tiempo también en jugadores, la Bundesliga empieza ya a discutir al Calcio como tercera potencia sin que desde territorio transalpino que haga nada al respecto.
Bien es cierto, conviene no pasarlo por alto, que el vigente campeón europeo es el Inter de Milán pero no lo es menos que logró su entorchado a partido único contra el Bayern, el mismo que tiene grandes papeletas para eliminarle en octavos de final este año. Y lo hizo con el que probablemente sea el mejor entrenador del mundo en el banquillo, estratega que ya no está para sacarle las castañas del fuego.
Con una competición doméstica bastante desvirtuada en la que Juventus y Roma han dejado de ser alternativas a los equipos de Milán y en la que de momento solo mantiene el pulso con ambos el Nápoles, el panorama fuera de las fronteras es aún más desolador. La Sampdoria ni siquiera pudo colarse en Champions eliminada por el Werder y los tres que han llegado a octavos cayeron como locales en la ida ante equipos a priori inferiores como el Shakhtar Donetsk, el Tottenham y en mucha menos medida el Bayern.
Por si fuera poco sólo un representante del país llegó vivo a dieciseisavos de la Europa League, una competición en la que la Fiorentina es el único equipo que ha pisado las semifinales en los últimos cinco años. Ese dato demoledor contrasta con el de la Bundesliga, que ha colocado a cuatro equipos diferentes en la penúltima ronda, dos de los cuales, el Werder y el Hamburgo, además han repetido.
Este año al menos el Leverkusen paladeará los octavos, una ronda que espera pasar en Champions además del Bayern el Schalke de Raúl tras el empate a uno cosechado en su visita a Valencia. El del español es uno de los nombres que han comenzado a darle lustre a la competición teutona, dónde cada vez aterrizan más jugadores prometedores conscientes de que es un trampolín inmejorable para ir a la Premier o a España.
En una liga en la que las defensas, y esto desde luego es uno de los puntos débiles, son una verbena los jugadores ofensivos lucen mucho más de cara al exterior. Basta mencionar el dato que dice que por los 8 empates a cero que se han visto en las 24 jornadas que llevamos de la Bundesliga, se llevan 28 en las 27 que se han jugado hasta ahora en el Calcio.
Es cierto que los amantes del fútbol más táctico tienen en muy alta estima que las porterías se mantengan imbatidas pero es innegable que el anárquico fútbol alemán tiene mucho de atractivo para el espectador. Anárquico, por supuesto, cuando hablamos de clubes. Porque a nivel de selecciones el cantar es otro bien distinto.
Con un combinado compuesto en su mayoría por futbolistas que juegan en el país, la Mannschaft funcionó como un engranaje perfecto durante el pasado Mundial, algo que no puede decir la selección italiana con un grupo semejante. Muchos defenderéis, normal, que Italia fue campeona del mundo hace cuatro años. Impepinable. Pero aquella competición en Alemania fue el empujón necesario para convertir al país en potencia mientras que lo de la azzurra fue nadar para morir cruelmente en la orilla, el último hálito de una grandeza que se ha ido perdiendo.
Los fogonazos esporádicos que ofrecen los clubes transalpinos en Champions dan ligeros argumentos a la UEFA, de momento, para mantener el actual sistema de asignaciones a nivel europeo. Pero... ¿Por cuánto tiempo? Ya hay voces que se levantan pidiendo más presencia de la Bundesliga en detrimento del Calcio y los argumentos para ello cada vez son más poderosos. La poderosa maquinaria germana está engrasada y promete no tener piedad con la ajada industria italiana.
lunes, 28 de febrero de 2011
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1 comentario:
Hace varios años que la liga alemana había experimentado un gran mejoría que este año se está confirmando. Tienen razón en que es un torneo que no está valorado, cuando está por encima de ligas como la italiana o francesa.
Un saludo!
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