Nada será lo mismo en una de las ciudades con más tradición futbolística de Europa. Seguirá rodando el balón cada fin de semana, es cierto, pero el deporte rey sabrá agridulce. Igual que Oliver Aton no se entiende si no se enfrenta a Mark Lenders, hay clubes a los que les falta algo cuando no pueden medirse a su rival histórico, a su enemigo natural.
Probablemente en Boca Juniors no hayan disfrutado tanto esta temporada en la que River se agostaba en Segunda y lo mismo sucederá a buen seguro con los seguidores del Celtic en las campañas venideras tras ver como ha caído en barrena una de sus razones de ser, ese otro equipo completamente antagónico con el que año sí y año también se jugaban la liga a cara o cruz.
El descenso a los infiernos del Rangers por sus problemas económicos supone una pérdida irreparable para el fútbol escocés en líneas generales. Si la competición doméstica era el paradigma a no seguir por la superioridad de los dos equipos de Glasgow con respecto al resto, todo apunta ahora al monopolio incontestable del verde y el blanco sin que nadie sea capaz de toser a los católicos salvo hecatombe.
La inhercia y la lógica aplastante les condena a ser campeones sin tener que pedir permiso a nadie, casi por imperativo legal. Llenarán las vitrinas con más trofeos y tendrán un par de días de felicidad al año. Pero sin los "Old firms" la tarea se volverá rutinaria, carente de mérito. Y lo que es peor; en los pubs desaparecerán las discusiones en torno a unas pintas, en las oficinas se empezará a hablar del tiempo; se perderá la magia hasta que el Rangers, como todo el mundo intuye que sucederá, resurja de sus cenizas.
Ayudará a ello que su poderosa masa social arrime el hombro y ponga dinero para ello. Y que este no se malgaste, por supuesto. Que renuncien a vivir por encima de sus posibilidades guiados por la competencia atroz con sus vecinos. Que no gasten miles de millones como en su día sucedió con nombres como Gascoigne o Brian Laudrup. En definitiva, que aprendan la lección para evitar un sonrojo como el que ya han sufrido.
Reconstruir el palacio costará mucho esfuerzo, mucho sacrificio y al menos tres años presuponiendo un ascenso cada campaña, algo que no es fácil. Toca cambiar el chip, empezar de cero con la mente clara. Asimilar que el rival en el derbi será el Queen's Park y no el Celtic, que a excepción de los primeros y East Stirlingshire (originario de Falkirk) el resto de rivales representan a localidades que podrían sentar a todos sus habitantes en las gradas de Ibrox Park y tan solo llenar una cuarta parte del aforo.
Es el castigo justo para un ídolo de oro con pies de barro al que la codicia y las ganas de ser el rey de la ciudad le han llevado a la perdición. Ahora, convertidos en mendigos, tendrán que usar su ingenio para salir adelante y volver a ocupar un trono al que siempre han aspirado, restituyendo así el honor perdido. Suena a novela caballeresca propia de las Highlands. Por el bien del fútbol, el único final feliz solo puede ser un nuevo "Old Firm".
2 comentarios:
Es una lástima la desaparición de un histórico como el Rangers . Espero que sirva de aviso a navegantes , y otrs clásicos del fútbol no tropiecen en la misma piedra .
Un saludo
Es una verdadera pena que la liga escocesa pierda a uno de sus grandes como es el Rangers, pero en éstos momentos el fútbol no está en su mejor momento y las malas gestiones se notan muchísimo ahora.
En España tenemos una 2ªB imposible para muchos equipos ya, y equipos de primer nivel con muchos problemas. En Escocia la cosa ha ido a más, y ha afectado seriamente a uno de los dos grandes, algo terrible para la liga como ya comentas tú.
Esperemos que el tiempo (esperemos que corto) pongo de nuevo al Rangers en la élite y volvamos a poder disfrutar del mítico 'old firm'
Publicar un comentario