martes, 10 de julio de 2012

Domingueros de alto standing


Resulta difícil entender cómo aquella campaña publicitaria pudo tener tanta acogida. Budweiser solo necesitó dar vida a tres ranas y a un par de camaleones para penetrar en las casas de infinidad de telespectadores. Una estrategia que no ha variado con los años. Aquellos simpáticos animales fueron sustituidos por perros y caballos y el resultado ha sido igual de óptimo. Lo demuestra el hecho de que, cada año, sus anuncios con los nuevos protagonistas siempre están entre los más valorados por los espectadores de la Superbowl; ese gran termómetro del consumismo.

Una vez conquistado Estados Unidos sin que el que escribe llegue a entender los motivos (cuando vivía en Miami me vi obligado a pasarme a una cerveza japonesa buscando algo de sabor), el objetivo es ahora penetrar con fuerza en el Viejo Continente mudando los hábitos de países que se jactan de ser grandes consumidores. De todos ellos Inglaterra parece ser un blanco fácil.

Conocedores de su target, la compañía norteamericana ha decidido llegar a los paladares y a los estómagos de los ingleses por la vía rápida: El fútbol. Para ello han invertido una importante suma de dinero en patrocinar la FA Cup, el torneo más antiguo del mundo y motivo de orgullo para los habitantes del país que invento el deporte rey.

Lejos de quedarse en eso, la apuesta parece ir un poco más allá. En un alarde de imaginación y de indentificación con el bebedor medio, ha decidido realizar todo un experimento sociológico a ver qué sucede. El club que hará de conejillo de indias -porque todo en el marketing cuenta- es el Wembley FC, el mismo que lleva el nombre del estadio donde se jugará la final. ¿El objeto de estudio? Ver cómo se comportan una serie de jugadores con más de cuarenta años y barriga cervecera en un torneo con caché

Dicho así nada tiene de especial tratándose de un equipo de barrio que intenta progresar desde las primeras rondas. Lo que hace diferente a  esta iniciativa son los nombres que van a participar en ella. Como el dinero todo lo puede, el sentido del ridículo no abunda en nuestros días y la clase nunca se pierde (tópicos todos ellos muy arraigados); bajo la asesoría técnica de Terry Venables estarán solo en esta competición David Seaman, Graeme Le Saux, Ray Parlour, Martin Keown, Brian McBride y... Claudio Cannigia. 

Todos ellos suman en total 261 años, más horas vuelvo que cualquier equipo del país y vivencias que servirían para ilustrar una enciclopedia de varios tomos. Podrían disputar perfectamente una liga de empresas y hace tiempo que dejó de interesarles todo lo que tuviera que ver con el esférico. Pero es innegable que la idea es buena y que más de un aficionado se sentirá identificado con estos jugadores pasados de primaveras y de peso con los que podrían cruzarse cualquier noche en un pub a discutir a voz en grito sobre los últimos fichajes.

Una vez más la marca de bebidas alcohólicas americanas ha demostrado que domina las estrategias de mercado y que, independientemente de lo que suceda, ya ha vencido este partido por goleada asociando su figura al noble arte del balompié igual que en su día lo consiguió con el fútbol americano. La puesta en escena de este vodevil en el que solo falta la enana barbuda se antoja de lo más divertida. Será el próximo once de agosto a las 15.00 horas en su modesto estadio de Vale Farm (que así se llama el feudo de 3.000 espectadores donde juega como local) ante el Langford, un club que al igual que ellos milita en la novena división. Si algún lector está pensando en ir a ver los Juegos Olímpicos, mi deber es tentarle diciendo que en ese momento no hay pruebas y que solo necesita desplazarse ocho minutos en coche partiendo desde Wembley o coger el autobús 182 para poder asistir a tan magno evento. Ahí lo dejo.

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