Estar en el paro resulta frustrante. Sin embargo si tengo que encontrarle alguna cosa positiva esa es la posibilidad de tener tiempo para llevar a cabo esas ideas a veces disparatadas que uno tiene. En mi caso esta no es otra que aprender portugués, más concretamente en su rama del brasileño debido al centro en el que me imparten las clases.
Llevo pocas lecciones pero en una de las primeras ya ha salido a relucir un tema recurrente como es el de los gentilicios regionales. Y claro, eso, aplicado al fútbol, siempre da mucho juego. En mi caso este repaso me devolvió a la memoria a Juninho Paulista, no el Pernambucano que tan magistralmente lanzaba las faltas en el Lyon y que apura su carrera jugando para el Al-Gharafa.
Para los que no identifiquéis aún al protagonista os lo dejaré más claro. Juninho, Osvaldo Giroldo Junior, el del Atlético. Aquél que inició un horrible calvario de lesiones con aquella entrada de Míchel Salgado en Vigo que le rompió el peroné y de paso sus ilusiones de disputar el Mundial 98 cuando estaba llamado a ser un fijo.
Esa imagen será la que muchos asociarán al brasileño, un pequeño gran hombre cuya fragilidad no fue óbice para convertirse en ídolo allá donde jugó. Especialmente en Inglaterra, donde los aficionados del Middlesbrough decidieron nombrarle mejor jugador de la historia del club por su aportación futbolística en las cuatro etapas en las que se enfundó la elástica del equipo.
La primera de ellas coincidió con su primera experiencia en Europa, a donde llegó procedente del Sao Paulo. El equipo inglés acabó descendiendo y el Atlético comprándolo por 12 millones de libras. Una mala inversión pues aunque se ganó el corazón de la grada tuvo que estar gran tiempo fuera de los terrenos de juego por sus problemas físicos.
De esta forma Juninho alternó partidos magistrales con periodos de largos parones y diversas cesiones al Vasco de Gama, al Flamengo y anteriormente al Middlesbrough en la que fue su segunda etapa. Precisamente allí regresaría tras abandonar España y ganar el Mundial de Corea y Japón en 2002 para jugar dos años más en una tercera experiencia.
Seducido por el fútbol de las Islas su siguiente destino fue el Celtic de Glasgow, donde la falta de minutos y de adaptación supusieron un tremendo lastre que le devolvió de nuevo a su Brasil natal, primero al Palmeiras y luego de nuevo al Flamengo. Fue entonces cuando con 34 años, casi en el ocaso de su carrera, Juninho decidó probar una experiencia distinta.
Está no fue otra que convertirse en el futbolista franquicia del Sidney FC durante unos meses, los que antecedieron al anuncio de su retirada en 2008. Cuando esto sucedió manifestó su deseo de entrenar y su primera experiencia fuera de los campos no fue mal encaminada. En una cuarta etapa trabajando para el Boro, el club le colocó como representante en Sudamérica.
Un cargo más de cara a la galería que no convenció del todo a Juninho, que ambicionaba algo más. En una figura bastante peculiar decidió ejercer a la vez de presidente y futbolista del Ituano, el equipo en el que debutó. La idea, aunque efímera, fue un éxito y acabó con final feliz cuando un gol suyo le permitió al club salvarse en la última jornada y a él tener la retirada digna que se le negó en su día.
jueves, 20 de enero de 2011
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4 comentarios:
Recuerdo que cuando el Atleti le fichó yo estaba totalmente entusiasmado. El fichaje coincidió con una final de la FA Cup en la que el Boro, liderado por Juninho, perdió contra el Chelsea de Zola. El Atleti se gastó un pastizal en Juninho y Vieri y ambos hicieron una muy buena temporada. Al final, Vieri, como le ocurrió siempre, terminó seducido por el dinero y a Juninho le cortaron la progresión en aquel partido de Balaídos. Creo que hubiese podido dar mucho más de no haber sido por aquella lesión. Si no recuerdo mal, después llegó a formar una maravillosa dupla de ataque en Vasco junto a Romario. Un jugador muy poco brasileño en su estilo con unos primeros años muy buenos.
Un saludo.
No me acordaba que hubiera habido tantos equipos en la carrera de Juninho, de veras. Gracias por refrescarnos la memoria a todos.
Lo de que en Boro le nombraran mejor jugador de la historia con solo 4 temporadas es una milonga. Me explico, si realmente con los números en la mano un futbolista es el mejor de la historia de un club con 4 temporadas y además alternas, eso no dice mucho de un club.
Creo, además, que jugadores como Julio Arca son un ejemplo de fidelidad a los colores del Boro. Y que digan eso cuando figuras de renombre como Brian Clough, Jimmy Hasselbaink, Alen Boksic, Paul Merson, Gary Pallister, Bryan Robson e incluso Fabrizio Ravanelli también vistieron la elástica roja....
En fin, buen post.
Me llamaréis locos, pero Míchel Salgado es el responsable de que Juninho no haya sido considerado uno de los mejores jugadores de la historia reciente. Su fútbol en estado puro, está a la altura de los grandes genios. Lástima que su calidad sólo la pudiésemos ver con cuentagotas, per "the little fella" es y será una leyenda viva, el mejor jugador de la historia del Middlesbrough y un personaje de culto en el mundo del fútbol, más allá que no estuviese muy reconocido mundialmente o terminase jugando en Australia. Casos como los de Juninho o Le Tissier creo que son entendibles sólo para románticos del fútbol, alejados del hoy en día "fútbol mod€rno" entre los cuales me incluyo. buen post. GRANDE JUNINHO
Mierda de lesiones :( Igual que Angel Cuéllar en el Barça, se lesiono contra el Valladolid y ya nunca más fue el mismo. La sensación de que los grandes jugadores no están protegidos sigue hoy en dia, sobretodo como los comentarios de no se quien de sudamerica de "vamos a ir a por los tobillos de Messi". Patético.
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