viernes, 14 de enero de 2011

Nombres del fútbol: Joao Havelange

Si hay una figura emblemática en los organismos balompédicos internacionales no ya de los últimos años sino también, porqué no decirlo, de la historia esa es la del brasileño Joao Havelange, un equivalente para el mundo del fútbol a lo que fue el ya fallecido Juan Antonio Samaranch para el olimpismo.

Podría incluso decirse que, para bien o para mal, el deporte rey es hoy en día tal como lo conocemos gracias a él, hombre clave para su boom y para su implantación en diferentes territorios, iniciativas de las que además sacó tajada la FIFA no sólo a nivel de control sino también a nivel económico.

Nombrado presidente del máximo organismo directivo del fútbol mundial en 1974, Havelange ya había vivido con anterioridad en su Brasil natal una vida ligada al deporte en sus diferentes facetas, primero prácticándolo y luego controlándolo. De hecho llegó incluso a participar en dos Juegos Olímpicos, los del año 36 en Berlín como nadador y los del 52 en Helsinki como waterpolista.

Posteriormente, ya en los despachos, comenzó su carrera en la Confederación Brasileña de Deportes y de ahí se marchó al Comité Olímpico Nacional, previo paso a sus prósperos años al frente de la FIFA. En concreto fueron veinticuatro, justo los anteriores al mandato actual de un Blatter que, en la medida de lo posible, ha intentado seguir el camino iniciado por su predecesor.

Algo lógico teniendo en cuenta que fue con Havelange cuando el organismo despegó económicamente con una serie de decisiones polémicas pero que muchos consideraron necesarias para el fútbol. Él ha sido el máximo responsable de la comercialización del fútbol, del deporte como negocio, como un espectáculo de masas capaz de llegar a cualquier rincón del mundo.

De su cabeza salió la idea de aumentar el número de representantes de todo el mundo en los Mundiales y de llevar estos a rincones vírgenes del planeta como Estados Unidos o Asia, legado que posteriormente a tomado su sucesor trasladando el torneo de torneos a África. Sin embargo nadie da duros a pesetas y de estas medidas la mayor beneficiada a sido la FIFA, que gracias a él comenzó a incrementar poderosamente sus arcas en materia de derechos de televisión y de merchandising y publicidad.

Hoy el máximo organismo del fútbol tiene un fuerte poder de decisión, en ocasiones mucho mayor de lo que se desea. Pero guste más o menos no es sino Havelange, que tras su retirada fue nombrado presidente de honor y dio su nombre al estadio de los Juegos Panamericanos, el creador de un modelo que amenaza con permanecer durante muchos años. Aunque no siempre llueva a gusto de todos.

Os recuerdo que aún podéis votar en los premios De paradinha dejando un comentario en el post del pasado lunes.

3 comentarios:

David F. Pascual dijo...

Heeeeei sí señor el gran Joâo Havelange. Todo un factotum del fútbol mundial. Desde luego que es del tipo de dirigentes que no deja indiferente a nadie. La comercialización y apertura del fútbol a nivel mundial era algo que por entonces nos parecía bastante bien a todos por aquello de globalizar nuestro deporte rey. Pero ahora..... Corea del Sur llega a semis en su mundial con ayudas arbitrales, Rusia se lleva la organización de un mundial, Qatar otro... Esto ya nos huele a que el que pone más pasta se lleva las cosas y no gusta para nada. No sé que opinarás tú. Y como bien apuntas Blatter no es más que una continuación de Havelange.
Gran post!

Anónimo dijo...

Como dato, él tenía una gran amistad con Guillermo Cañedo de la Bárcena un empresario y directivo del fútbol mexicano (el estadio azteca llegó a llevar su nombre), una vez estando reunidos, el mexicano le dijo que si por alguna razón el mundial de Colombia 86 no se llevaba a cabo, se lo diera a México, y éste se lo prometió.

Por eso cuando pasó lo de Colombia,el brasileño ni tarde ni perezoso, le prometió a Estados Unidos su mundial cuando tuviera su liga de fútbol ya que la antigua NASL acababa de desaparecer y le dio a México su mundial, aún y cuando unos meses antes acababa de sufrir un devastador sismo en la capital del país, pero cumplió su palabra!

Salu2!

Anónimo dijo...

Desconocía a este chico. Excelente artículo y gracias por enseñarme algo:

Saludos, Carlos!