miércoles, 12 de enero de 2011

¿Qué ha sido de... Ahn Jung-Hwan?

Con la Copa Asia en acción no he podido evitar dedicar la sección de hoy a uno de los futbolistas del continente más carismáticos de los últimos años. Lo fue por muchas cosas. Por ser una estrella en su país dentro y fuera de los terrenos de juego, por ser uno de los rostros visibles de la Corea de 2002, por el gol que cambió su vida...

Formado en la Universidad de Ajou le bastó solo un año como profesional para darse a conocer en el panorama nacional. Fue en el Busan Daewoo, donde sus actuaciones individuales en liga le valieron para ser nombrado jugador del año en Corea del Sur con tan sólo 22 años. Sus actuaciones le valieron para ganarse el ansiado salto a Europa.

Este llegó en el año 2000, cuando se fue cedido al Perugia italiano, antes de aquella etapa turbia en la que el hijo de Gadafi era uno de los jugadores de la primera plantilla. Allí no fue noticia por sus actuaciones con su club ni por los goles en el Calcio, sino por otro anotado en su país, concretamente durante el Mundial.

Sucedió en el partido de octavos de final contra Italia, aquél del famoso arbitraje del ínfimo Byron Moreno que apeó a los transalpinos de la Copa del Mundo. El calentón sufrido por su país adoptivo tras la eliminación llevó al presidente del Perugia a decir aquello de Roma no paga a traidores y a cancelar su contrato. Posteriormente, seguramente más de cara a la galería, se ofreció a recomprarlo pero el daño ya estaba hecho y Ahn, despechado, se marchó.

Y aunque su intención, tras su buen Mundial, era seguir en el Viejo Continente, las cosas no le salieron como esperaba y el Busan, dueño de su transfer, no accedió a sus peticiones y acabó vendiéndole al Shimizu S-Pulse nipón.

Allí siguió dando muestras de su habilidad con el balón en los pies, lo que le sirvió para dar un pequeño salto cualitativo hacia el Yokohama Marinos, que a la postre sería su trampolín definitivo para regresar a Europa.

Y lo hizo en el Metz francés, donde apenas duró año y medio en el que solo fue capaz de anotar dos goles. A pesar de sus escasas cifras anotadoras y de no ser un habitual en las alineaciones consiguió un nuevo contrato en una gran liga, la alemana. Fichó por el Duisburgo, donde hizo cifras parecidas a las de su anterior club.

Con el descenso del equipo germano Ahn fue dejado en libertad y aunque intentó seguir viviendo del cuento en nuestro continente durante un tiempo más no lo consiguió y tuvo que volver a Asia, concretamente a tierras surcoreanas. Se enroló en el Suwon Bluewings y un año más tarde regresó al Busan, el equipo que le vio crecer. En diciembre de 2008 se desvinculó del club y quedó en libertad.

Según cuentan le llegaron ofertas de Australia y Estados Unidos pero bien porque no cuajaron o porque más valía pájaro en mano que una nueva aventura extracontinental que terminara en fracaso, decidió aceptar un contrato temporal de tres meses con el Dalian Shide en 2009. Aquél primer acercamiento funcionó y desde entonces la carrera del ambos van de la mano hasta el punto de que Ahn, con 34 años ha sido nombrado esta temporada capitán del equipo.

3 comentarios:

Tartarus dijo...

Quizá Ahn pensó como Iniesta cuando tuvo que decir unas palabras en Las Moncloa : Si lo llego a saber no marco el gol .

Un saludo

Anónimo dijo...

Un futbolista que brilló en el Mundial de 2002 pero que luego nunca terminó de explotar. Le tenía perdido.
Saludos!

Nahuel Bargas dijo...

Hola Carlos, ya me he convertido en seguidor de tu blog.
Seguí así , que cada vez este espacio esta más bueno.