Hoy tenía pensado tomarme un descanso en el blog pero el hecho de que sea fecha señalada me ha obligado a escribir unas pocas líneas. Porque un nueve de julio de hace cuatro años Italia se proclamaba campeona del mundo en Berlín.
Aquello queda ya lejano, difuminado entre la mediocridad en la que ha caído la azzurra y el camino semejante seguido por la otra finalista, Francia. Sin embargo la senda vital que hemos recorrido los amantes del fútbol nos obliga a hacer parada y fonda para reflexionar sobre todo aquello que nos hemos ido encontrando a nuestro paso.
En este tiempo la retirada del gran Zidane ha dejado paso a la irrupción del gran Messi, siempre con permiso de Cristiano Ronaldo, que ya en nada se parece a aquél niño de veintidós años que se echó encima a todo su país adoptivo por la acción con Rooney. Brasil en cambio sigue ofreciendo la imagen poco convincente que dejó en tierras germanas al tiempo que los equipos de fuera de Europa han ido creciendo en importancia, por mucho que sean dos escuadras del Viejo Continente las que se jueguen el trofeo el domingo.
Una de ellas será España. ¿Quién nos iba a decir tras el palo de 2006 que dos años después ganaríamos la Eurcopa y cuatro más tarde jugaríamos la final de un Mundial? Seguramente nadie. Quizás la revolución de "La Roja" haya sido la mutación más grande jamás vista, sin duda apoyada por un gran Barcelona, capaz de conseguir lo que nadie había logrado a lo largo de la historia.
Yo personalmente me sigo pareciendo al de entonces y sólo ha cambiado que ahora tengo un título de periodista bajo el brazo (nada del otro mundo) y esta humilde bitácora en la que puedo contar reflexiones como estas, que me vienen a la cabeza según aporreo el teclado. Quizás este no estará entre mis mejores posts pero me veía en la "necesidad" de escribirlo, golpeado por una mezcla de nostalgia y reflexión momentánea. Cómo pasa el tiempo.
viernes, 9 de julio de 2010
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1 comentario:
El fútbol ha cambiado para bien. El campeón será alguien que practique un juego más bonito para el espectador que aquella Italia.
Saludos desde La Escuadra de Mago
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