miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿Qué ha sido de... La delantera del gran Nantes (y III): Reynald Pedros?

Siempre me gustó de pequeño este jugador con el que cierro la trilogía dedicada al excelso trébol atacante del Nantes. No sabría explicar el motivo, probablemente porque el nombre me gustaba o porque era una de las estrellas en uno de esos juegos de manager de ordenador a los que jugaba.

El caso es que con el paso del tiempo me he dado cuenta de que le tuve en una estima que superaba con mucho las cifras que finalmente han reflejado su carrera, solo exitosa en las filas de "Les Canaris" y en la media temporada que pasó en el Marsella, periodos estos que terminaron con la llegada del año 1997.

Fue ese momento en el que se animó a salir de su país para ir a un club que por entonces era importante. Además un cambio de aires no le venía mal después de un hecho puntual acontecido meses antes. Pero vayamos por partes y arranquemos por su debut en el año 1986, cuando aún no le acompañaban Ouédec y Loko.

De hecho fue el que más aguantó del trío. Hasta diez años pasó en la entidad, seis de ellos en la primera plantilla. Comenzó jugando poco los dos iniciales pero a partir de ahí todo fueron partidos, minutos y triunfos. Sin ser tan goleador como sus compañeros de fatiga, sus acciones les facilitaban muchísimo el trabajo. Él era el que movía el equipo en el tramo final del campo, el que ponía la velocidad de la visión.

Por todo ello fue convocado por Francia e incluso se puso la elástica hasta en 25 ocasiones. Sin embargo, una de ellas será recordada más que las demás. Fue el 26 de junio de 1996. Aquella tarde Francia disputaba las semifinales de la Eurocopa ante la República Checa. Tras empatar a cero en el tiempo reglamentario y prolongar ese resultado en la prórroga, ambos se fueron a los penalties.

Los primeros cinco de cada uno fueron a la red, una tanda perfecta. Entonces llegó la cruel pero necesaria muerte súbita. Y ahí fue dónde entró en juego Pedros. Su penalty, mal lanzado, fue detenido por Petr Kouba. Posteriormente Kadlec anotaría el suyo y el sueño acabaría. Todo el país cargó contra él y aunque ese mismo verano fichó por el Marsella y se convirtió en un habitual, comenzó a sentirse un extraño en su propia tierra.

El siguiente invierno, solo unos meses después, decidía aceptar una más que interesante propuesta procedente del Parma. En ningún momento encontró allí su sitio. Primero se marchó medio año cedido al Nápoles y posteriormente uno entero al Lyon antes de volver al Parma para pasar otra temporada casi inédito.

Finalizado su pase por Italia retornó una vez más a Francia para juntarse una vez más con Loko y Ouédec en el Montpellier. De esa aventura ya hemos hablado con anterioridad y hemos dado buena cuenta de su fracaso. Al final Pedros se bajó del barco como los demás y puso rumbo al Toulouse.

Fue su penúltimo paso en el fútbol profesional pues el definitivo lo dio en el Bastia, donde militó dos campañas en la Ligue 1. Tras probar sin fortuna en el Maccabi Ahi Nazareth y en el Al-Khor Sports Club se marchó al modesto Imphy-Decize de cuarta división y posteriormente al Bouchemaine La Baule-Escoublac de sexta y al FC Baulmes suizo para poner la guinda.

Después de aquello optó por sacarse el carnet de entrenador. Tras una experiencia primigenia en el Saint-Jean-de-la-Ruelle, hoy en día dirige al Saint-Pryvé Saint-Hilaire, noveno clasificado de aquella cuarta divisón en la que él estuvo un día y donde tiene de rivales, entre otros, al Cognac o segundo equipo del Nantes.

1 comentario:

Ramontxu Pérez dijo...

Hola crack, llevo bastante tiempo siguiendo tu blog y la verdad es una delicia. A mí también me sedujo Reynald Pedros en mi infancia y, justamente por una razón que citas: me molaba su nombre.

Te invito a que veas mi blog, donde también le dediqué una entrada.

Saludos.

http://crisoldefutbolistas.blogspot.com/search/label/Pedros