1. Sobrecarga de partidos: La Copa América llega después de una temporada realmente dura en la que las estrellas han tenido que jugar en su mayoría partidos cada tres días. Las piernas evidentemente lo notan y por supuesto la cabeza también. Apenas ha habido tiempo para cambiar el chip y la exigencia, lejos de frenarse en algunos casos incluso ha aumentado.
2. Cambio de clima: Sería absurdo negar que ahora mismo el invierno en Sudamérica lo es para todos igual, pero unos lo notan más que otros. Sobre todo aquellos que acaban de terminar la liga en los países del Mediterráneo, es decir, casi todos los que juegan en Europa. Cambia el clima, cambia las circunstancias y el organismo lo nota.
3. Futuro incierto: Decía antes que la sobrecarga de partidos y la ausencia de vacaciones tocaba los tornillos en el aspecto psicológico. En algunos casos concretos hay que añadir una variante más: La de no saber dónde estará el futbolista la temporada siguiente. Muchos se fueron a disputar el campeonato con las cosas por hacer y aunque por profesionalismo tiendan a aislarse, no son de piedra. Los rumores, las preguntas, las negociaciones... todo eso supone una losa.
4. Estrellas bajo presión: Cuentan que Messi se ha planteado dejar la selección y no es algo que resulte sorprendente. Defender la albiceleste para él, acostumbrado al reconocimiento semanal, parece haberse convertido en un lastre. No le han ido mejor las cosas a Neymar, el niño maravilla. Con todos los ojos puestos sobre él, se ha notado que aún tiene diecinueve años. Son sin duda los dos grandes damnificados.
5. Premio al trabajo bien hecho: Por supuesto no todo es demérito de los favoritos. Hay que reconocer la buena labor de los semifinalistas, principalmente de Venezuela y Perú. Su éxito es la culminación de un proyecto en el que se lleva trabajando desde hace años. Ambos son planteles en los que se mezclan jóvenes con veteranos y que están comenzado a acoplarse en este momento. En el caso de la "vinotinto", todo empezó con la última edición del torneo continental en el que fueron anfitriones y el objetivo es llegar a disputar un Mundial. En lo que se refiere a los andinos, buscan dar un salto de calidad tras una generación perdida en los escándalos.
6. Un torneo para olvidar un mal año: Algunos jugadores han encontrado en la Copa América el lugar ideal para recuperar las buenas sensaciones tras un annus horribilis. Hay tres ejemplos que destacan por encima de los demás. Uno es el del uruguayo Diego Forlán, convertido en el blanco de las iras de la afición atlética. Los otros son los de los peruanos Guerrero y Vargas, que se han echado a sus espaldas la presión y han sabido monitorizarla hacia un buen fin. La "recuperación" de ambos es una buena noticia.
7. Dos selecciones de relleno: La aparición de México y Costa Rica ha sido más perjudicial que beneficiosa. Ambos países priorizaron su participación en la Copa de Oro y han traído a Argentina equipos de segunda fila que no han dado un buen rendimiento. Encima los aztecas montaron un escándalo en la previa que acabó con la expulsión de ocho futbolistas de la concentración. Dentro de lo que cabe, los ticos al menos presentaron a Joel Campbell al mundo.
8. Organización mejorable: La ausencia de Japón por razones obvias destapó todas las vergüenzas de la Federación sudamericana. Se pensó en España, una selección de un nivel mucho más alto que la nipona y al rechazar ést,a se apostó a última hora por un combinado inferior como el de Costa Rica. En ningún momento hubo sensación de tener claro lo que se buscaba. Además conviene criticar también, en general, el mal estado del césped de los estadios.
9. Juego brusco medido con doble rasero: A nadie se le escapa que en el juego físico planteado por algunos equipo, el contacto ha sido una seña de identidad, en muchas ocasiones llevado hasta los extremos. Y sin embargo no siempre se ha castigado de la misma forma. Durante el torneo solo se han mostrado nueve tarjetas rojas, ocho de ellas distribuidas en cuatro partidos. Esto demuestra que no todos los árbitros se han comportado de la misma forma.
10. Apuesta por el fútbol defensivo: Conscientes de su inferioridad con respecto a otros equipos u optando por la defensa como el mejor argumento, muchos combinados han apostado por los planteamientos conservadores. A la postre han resultado efectivos pero han perjudicado al espectáculo. ¿El resultado? Pocos goles y una sensación de tedio flotando en el ambiente, por lo menos para un servidor.
2 comentarios:
Estoy de acuerdo con casi todo lo que decís.
Me parece que al respecto del terreno de juego, sólo puede ser criticable el de la ciudad de La Plata, ya que las demás sedes está en perfecto estado.
Para retomar con el Estadio Único, es una verguenza que se gasten millones en infraestructura, pero en lo fundamental que es el campo para que se desarrolle el juego no se lo tenga como una de las prioridades.
Saludos
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