Uruguay se recupera ya de la resaca después de la gran victoria cosechada en la Copa América el pasado domingo. El 3-0 frente a Paraguay coloca a los charrúas como el equipo con más entorchados en la competición, reeditando el último éxito, que databa del año 1995. En aquella plantilla, que contaba con jugadores como Francescoli o Fonseca, estaba además Rubén Sosa, también conocido como "El poeta del gol".
Por entonces tenía 29 años y una próspera carrera a sus espaldas que había empezado en el año 1982, cuando el Danubio (esa gran escuela de la que salieron hombres como Recoba, Suárez o Forlán) de Makarián le dio la alternativa en el profesionalismo con apenas 15 años. Obviamente era cuestión de tiempo que emigrara hacia una liga más poderosa. Y eligió la española aceptando una oferta del Real Zaragoza.
En la capital aragonesa dejó buenas tardes de fútbol y fue vital para la conquista de la Copa del Rey del año 86 anotándole dos goles al Madrid en semifinales y otro al Barcelona en la final. Sus buenas cifras y su descomunal técnica llamaron la atención de los equipos italianos. La Lazio se llevó el gato al agua en un primer momento pero no pudo retenerle más allá de cuatro años, momento en el que el Inter se interesó por él.
Y fue en los nerazzurri dónde explotó definitivamente y abrió del todo el tarro de las esencias. Se convirtió en el máximo goleador de la plantilla en dos temporadas consecutivas y ayudó sobremanera a levantar la Copa de la UEFA de 1994. Sus méritos, sin embargo, no evitaron que acabara cerrándole el paso la llegada de Dennis Bergkamp.
Decidió entonces probar suerte en Alemania y aceptar una oferta del por entonces puntero Borussia de Dortmund. La temporada de su llegada, los germanos ganaron la Bundesliga pero el uruguayo apenas tuvo protagonismo y fue transferido al Logroñés. Una segunda etapa en España que fue meramente testimonial pues abandonó el club cuando recibió la llamada del Nacional, su equipo de toda la vida.
Aterrizó en Montevideo con 31 primaveras y se visitó la camiseta durante cinco temporadas, cuatro seguidas y otra más tras un paso de un año por el Shanghai Senhua. Con los tricolor conquistó tres ligas y el corazón de la grada y de la entidad entera. Hasta el punto que allí sigue a día de hoy, echándole una mano en la dirección técnica a otro mito del fútbol sudamericano como es Marcelo Gallardo, actual entrenador.
miércoles, 27 de julio de 2011
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