viernes, 1 de julio de 2011

¿Qué ha sido de... las estrellas de los Mundiales sub 17 (I)?

En primer lugar me gustaría pedir disculpas por no haber publicado el miércoles pasado. El encadenamiento de diversos quehaceres fue el motivo. De hecho uno de ellos tiene que ver con el fútbol. Entre las cosas que me "secuestraron" se encontraba la narración del partido de octavos de final del Mundial sub-17 entre Brasil y Ecuador.

Fue buscando datos de los equipos y preparando el duelo cuando me pregunté que habría sido de algunos de los jugadores que en su día llamaron la atención en el torneo. Qué les deparó el futuro a aquellos futbolistas que ganaron la Bota o el Balón de Oro. Hay casos de todo tipo, desde los que han triunfado hasta los que han caído en el olvido, desgraciadamente más de los segundos que de los primeros. Os traeré estos nombres a lo largo de dos entregas, la segunda el próximo miércoles.

Marcel Witeczek: De origen polaco, fue la Bota de Oro de la edición de 1985 con Alemania. Por entonces se encontraba en la cantera del Oberhausen pero ese verano cambió de aires rumbo hacia la del Bayer Uerdingen, el equipo que le haría debutar en la Bundesliga y que hoy naufraga por las categorías más modestas del país tras sus problemas financieros. Pasó allí cinco temporadas y comenzó a subir escalones. Después de una estancia de dos campañas en el Kaiserslautern alcanzó su cenit en el Bayern Munich. De hecho algún aficionado del Barcelona le recodará con cierto rencor pues fue el autor de dos goles que servirían para eliminar al conjunto azulgrana en las semifinales de la UEFA del año 1997. Posteriormente fichó al borde de la treintena por el Monchengladbach, donde se convirtió en un habitual de las alineaciones durante cinco ejercicios. Sus últimas incursiones en el balompié tuvieron lugar en el Wattenscheid de Regional y en el Albstadt de quinta división, a quien prestó sus servicios antes de dejar la práctica deportiva en 2007.

Moussa Traoré: No hay que confundir a su homólogo actual con este jugador de Costa de Marfil que fue Bota de Oro en la edición canadiense del año 1987. Pese al boom que supuso este logro, no salió de su país hasta tres años más tarde. Lo hizo para atender una llamada del Rennes, único equipo de su carrera que conoció la Ligue 1. Apenas duró un año antes de emprender un largo periplo por Francia que le llevó primero al Olympique Alés y luego al Angers, al Créteil Lusitanos y finalmente al Stade Tamponnaise. En este último coincidió durante varias temporadas con el mítico ex jugador del Oviedo, Franck Ravaribony.

Philip Osundu: En un Mundial, el de Canadá, en el que los africanos brillaron con luz propia; Osundu fue nombrado Balón de Oro pese a que Nigeria no se alzó con el trofeo. Fue seguramente la única alegría que se llevó en toda su carrera. Las dudas sobre su edad real siempre persiguieron su figura, incluso cuando el Anderlecht le dio la oportunidad de jugar en Europa. La fuerte competencia hizo que encadenara sucesivas cesiones. Primero al RWDM, luego a La Louviere y finalmente al Union Saint Gilles. Viendo el cariz que tomaban las cosas decidió dar un giro radical a su vida y aceptó un puesto de limpiador en el aeropuerto de Zaventem, trabajo en el que se desempeñó tres años antes de que primero el Diegem y posteriormente el Merchtem 2000 le dieran la oportunidad de dar sus últimas patadas al esférico. Finalmente se retiró en 2004.

Fodé Camara: Otro futbolista africano que se hizo famoso gracias a la cita, en concreto a la que tuvo lugar en Escocia en el año 89. El guineano se coronó como máximo goleador del torneo con tres dianas, la cifra más pobre de la historia de un pichichi. Tres equipos belgas han marcado principalmente su carrera. El primero de ellos es el Sint-Niklase, con el que debutó como profesional y en el que estuvo cuatro temporadas. Por entonces su vida era estable, una tónica que se convertiría en el futuro en poco habitual. El segundo es el Waregem, que se hizo con sus servicios en el año 95. Allí pasó una temporada antes de marcharse al Kortrijk, el tercero de los equipos en cuestión. La trayectoria que siguió desde entonces fue la siguiente.

Tras una campaña en este último volvió al Waregem. Un año en su ex equipo, movimiento hacia el Harelbeke y en el siguiente mercado veraniego de nuevo al Waregem en una tercera etapa. Como siempre no pasó de un ejercicio. En el 2000 se marchó para jugar en el Yunnna Hongta de la liga china y en 2001 era el Chengdu Wuniu el que se hacía con sus servicios. Acostumbrado a los contratos cortos, acabada la temporada fichó de nuevo por el Kortrijk. Un año en Bélgica y vuelta a Asia para jugar en el Bontang de la liga indonesia entre el 2003 y el 2006. No obstante "la cabra siempre tira al monte" y a pesar de que allí parecía feliz regresó de nuevo al Kortrijk. No le debió gustar lo que vio o debía tener billete de ida y vuelta porque al acabar el curso regresó al Bontang. Jugó un ejercicio, recogió sus cosas y puso rumbo a su Guinea natal para enrolarse en el Fello Star. Y cuando todo apuntaba a que se quedaría allí a vivir, recibió una sorprendente oferta del Nonthaburi tailandés, donde sigue jugando con 37 años.

Adriano Gerlin da Silva: Si Traore se ha convertido en un referente de la transhumancia futbolística el caso del máximo de Italia 1991 y Balón de Oro del Mundial sub 20 de 1993 no le va ni mucho menos a la zaga. El primero de estos dos éxitos le sirvió para ganarse su primer contrato profesional con el Guaraní y el segundo le llegó cuando ya estaba en las filas del Neuchatel Xamax suizo. Sin embargo poco a poco se fue diluyendo y tras tres campañas en las que no terminó de explotar para jugar primero en el Botafogo, luego en el Juventud y posteriormente dos campañas en el Sao Paulo, donde fue cortado.

A partir de ahí consiguió lo que probablemente sea un récord absoluto: Jugar en catorce equipos durante once años. A saber: En 1999 pasó por Naútico y Mineiro, en el 2000 por el Sport Recife, en el 2001 por el Urawa Reds, en el 2002 de nuevo por el Sao Paulo, en el 2003 por el Bahía y por el Naútico, en el 2004 por el Portuguesa Santista, en el 2005 por el Pogon Szczecin polaco, en el 2006 por el Bragantino, el Clube Regatas y el Nacional de Medellín, en el 2007 por el Juventus brasileño y finalmente ese mismo año por el Oeste Paulista, donde aguantó dos temporadas antes de retirarse.

Nii Lamptey: La suya es una historia realmente trágica. Todo comenzó en aquél Mundial sub 17 de Italia en el que se convirtió en Balón de Oro por delante de jugadores como Verón o Del Piero. Su selección se proclamó campeona y fue bautizado como "el nuevo Pelé" por el propio O Rei. Lamptey empezaba pues a ver la luz al final del túnel tras una infancia traumática marcada por la figura de un padre alcohólico que le pegaba, que le insultaba desde la banda cuando jugaba al fútbol y que le echó de casa después de divorciarse.

Tras maravillar al mundo con su actuación individual en aquél torneo, Lamptey fichó por el Anderlecht. Allí confirmó su progresión hasta el punto que se marchó al PSV justo después de ser finalista en el Mundial sub 20 al que hacíamos referencia con nuestro anterior protagonista. Lejos de dar un bajón su rendimiento incluso mejoró, lo que hizo pensar que había nacido una estrella.

Sin embargo la mala suerte volvió a cruzarse en su camino en forma de agente. Lamptey cedió sus derechos a un sinverguenza de origen italiano que comenzó a especular con él y que aceptó una oferta del Aston Villa, equipo que por entonces era mucho peor que los holandeses, con tal de embolsarse una buena comisión. Fue allí, en Inglaterra, donde comenzó su declive. A su pobre campaña le siguió otra igual en el Coventry y una más en el Venecia, equipos en los que estuvo antes de marcharse al Unión Santa Fe colombiano.

Allí volvió a sufrir una desgracia personal más, el fallecimiento por enfermedad de su hijo Diego cuyo cadáver no puedo expatriar, tuviendo que se enterrado en el país sudamericano. Aquello le dejó tocado e incluso dejó el fútbol por un tiempo antes de aceptar la oferta del Ankaragücü primero y del Uniao Leiria después. Asentado pues en Europa se marchó a Alemania para firmar por el Greuther Fürth, donde su vida se vio obligada a sufrir nuevos reveses.

Al vacío y la marginación sufrida por sus compañeros de equipo en una liga donde los contrarios le castigaban con dureza se unió la pérdida de su hija Lisa, que tuvo que recibir sepultura en Alemania. Cuando ya no pudo aguantar más se marchó a China a seguir con su vida en el Shandong Luneng, donde según sus palabras por fin fue feliz. Tras un año allí fichó por el Al Nassr saudí y posteriormente por el Asante Kotoko de su país antes de retirarse en el Jomo Cosmos sudafricano. Hoy vive a las afueras de Accra, donde tiene una granja de ganado.

Wilson Oruma: Era el capitán nigeriano cuando fue Bota de Oro en el Mundial sub 17 celebrado en Japón en el año 93. Un año después de aquello ya estaba dando el salto a Europa, como tantos jugadores africanos a Francia. El club que apostó por él fue el Lens, donde pasó cuatro años con una cesión al Nancy entre medias. No terminaba de cuajar y al final el dinero de los turcos acabó llevándole al Samsuspor en una breve etapa de un año antes de volver al país galo para enrolarse en el Nimes.

Un paso atrás en su carrera al que siguió otro, el que le llevó al Servette. Allí volvió a recuperar las buenas sensaciones hasta tal punto que, previo paso por el Sochaux, se ganó un contrato con el Marsella. Aquello sin embargo le llegó tarde, al borde de la treintena. Tres temporadas después de marchaba al Guingamp y finalmente al Kavala griego, donde se retiró en 2010.

1 comentario:

juan chenlo dijo...

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