Voy a cerrar el serial sobre los jugadores peculiares fichados por Boca Juniors con el camerunés Alphonse Tchami, quizás el futbolista africano, de los pocos que pasaron, que dejó mejor recuerdo en la entidad xeneize, a la que llegó tras la disputa del Mundial de Estados Unidos del año 94.
Eran tiempos de decadencia para la selección, que había sido goleada con estrépito por Rusia y afrontaba la retirada de Roger Milla, perdiendo a pasos agigantados en el continente el prestigio que se había ganado tras su éxito en Italia 90. Por entonces Alphonse ya contaba con cierta experiencia en Europa, forjada en Dinamarca cuando jugó para las filas primero del Velje y luego del Odense.
En este último club había experiementado una ligera progresión que sirvió para animar a Boca Juniors a apostar por él como el primer africano de la entidad en un momento en el que el club gozaba de cierta relevancia con Maradona y Caniggia en sus filas. Quizás una apuesta por la juventud y el exotismo, o porqué no, una ligera estrategia de marketing para conquistar nuevos mercados.
El caso es que al final su rendimiento fue aceptable. En una plantilla en la que la técnica la ponían otros, Tchami se ganó el corazón de la grada y de la directiva con esfuerzo, hasta el punto que viendo sus progresos, decidieron darle incluso la oportunidad en las categorías inferiores a su hermando Bertrand en una apuesta que salió rana.
Al final la competencia acabó con la carrera de Alphonse en Boca Juniors y le mandó de nuevo a Europa, donde probó suerte en el Hertha de Berlín sin demasiada fortuna. Tras dos temporadas en la que apenas vio portería se marchó con 28 años al Al Wasl emiratí pisando así como futbolista su cuarto continente (pasó sus primeros años en el Unisport Bafang de su localidad natal). Su siguiente destino fueron las islas británicas.
Se probó en el Bolton sin éxito y acabó en el Dundee United donde el clima y el ambiente no l ayudaron mucho. De nuevo como una cabra en un garaje se marchó a un territorio tradicionalmente prolífico para los africanos: Francia. Tampoco logró adaptarse y tras media temporada dejó el Niza para dar palos de ciego en el Chernomorets.
Más de lo mismo. Viendo que la cosa no funcionaba hizo las maletas y emigró a China para jugar en el Shenyang Ginde, paso inmediatamente anterior a su fichaje casi fantasma por el Nejmeh libanés, donde solo estuvo tres semanas. De ahí se marchó de nuevo a Francia, al Épernay, donde se retiró en 2005 con 34 años y una carrera de lo más atípica a sus espaldas.
Finalizada la historia de Tchami no me gustaría cerrar esta serie de posts sin hacer mención a un último nombre, el del haitiano Roody Lormera, que también pasó por el club bonaerense en sus categorías inferiores. Allí llegó procedente de la sub-20 de su país y posteriormente se incorporó a las inferiores de Quilmes y al modesto "El Porvenir". Tras pasar por el Pumas UNAH y el Hispano FC de Honduras, hoy juega en el Puntarenas Costarricense. Otro más de esa lista en la que hay otros nombres como los de los chinos Yao Li o Guoxu Li. Tipos que un día llegaron a Boca con un sueño en mente y a los que el destino finalmente ha llevado a otros lugares.
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