lunes, 21 de marzo de 2011

El regreso triunfal de Valverde

No es lo habitual pero sucede en contadas ocasiones que el fútbol concede segundas oportunidades a esas personas que en su día hicieron algo grande por un club. Le ha pasado a Ralf Ragnick en el Schalke 04 y con anterioridad, el verano pasado, aconteció con el español Ernesto Valverde.

El técnico extremeño salió escaldado del Olympiakos pese a conseguir el doblete patrio y contar con el apoyo incondicional de una afición que, acostumbrada al naufragio europeo de su equipo, se conforma cada año con reinar en tierra helenas. Él, que había implantado un modelo ganador con jugadores de nivel medio en el Viejo Continente, se veía obligado a coger las maletas e irse.

Al final se le abrió la puerta de Villarreal, un escaparate espectacular que no supo aprovechar y en el que se vio superado por la alargada sombra de Pellegrini. Después de dar ese paso atrás parecía que Valverde necesitaría otra muy buena actuación para volver al primer plano. Y sin embargo, en ese momento de bajón, volvió a surgir inexplicablemente la figura del club ateniense.

Una especie de telenovela balompédica en la que tras la ruptura los miembros de la pareja empiezan a verse con otras personas para darse cuenta de que no pueden vivir el uno sin el otro y que deben darse una segunda oportunidad. Una segunda oportunidad que, como siempre, llega condicionada. Que si tienes que pasar menos tiempo con tus amigos, que si tenemos que hablar más... Traducido al fútbol, que yo me traigo a los jugadores que yo quiera y te prometo a cambio títulos y estabilidad.

Precisamente esto último era lo que necesitaba el promiscuo Olympiakos que se vio hasta con cinco entrenadores en un año antes de comerse su orgullo. Tuvo que hacerlo porque no le quedaba otra después de finalizar segundo en la liga regular y sexto tras los playoffs por los puestos europeos.

La decisión a la postre ha sido acertada. Valverde conquistaba ayer la Liga con un conjunto en el que parece que vuelve a existir la férrea estructura que desmontaron los que estuvieron entre su primera y su segunda etapa. Ha convertido en importantes a cuatro jugadores que pasaron por su manos en España como fueron Moisés Hurtado, Ibagaza y especialmente David Fuster y Riera.

Este último llegó apenas una semana antes del aterrizaje del técnico como uno de los fichajes más caros del fútbol griego y ha dejado actuaciones más que notables recuperando pinceladas del nivel que mostró antaño. En el caso de Fuster todo ha sido más sorprendente. Tras pasar varias temporadas en la cantera del Villarreal explotó con 26 años en el Elche, siendo recomprado por el equipo castellonense, donde dejó buenas actuaciones.

A pesar de ello decidieron dejarle marchar el pasado verano rumbo a Atenas y allí, a sus 28 años, parece haber dado su explosión definitiva convirtiéndose en titular indiscutible y en una de las principales sorpresas del equipo este año. Un enorme acierto por parte de Valverde al que se han sumado otros dos nombres clave.

Uno es del belga Kevin Mirallas, cuya cesión se solicitó en el mes de junio, antes de la llegada del preparador extremeño. Procedente del Saint Ettiene sus trece goles han hecho que se haya desembolsado por él los 2,5 millones de euros que solicitaba el club galo, cifra que quizás se quede corta dado su rendimiento.

El otro es el díscolo argelino Rafik Djebbour, fichado en el mercado de invierno tras romper su contrato con el AEK de Atenas debido a las desavenencias que mantenía con Manolo Jiménez. Sus cinco goles en seis partidos le han servido al Olympiakos para dar el empujón definitivo al frente de la clasificación.

A todos ellos hay que añadir nombres secundarios pero no por ello menos importantes como el del prometedor Jose Holebas, el trabajador François Modesto o los veteranos Olaf Mellberg y Marko Pantelic, miembros todos ellos de un vestuario complicado en el que se mezclan ni más ni menos que doce nacionalidades distintas.

Y por supuesto con la ayuda inestimable de la afición, a la que los actos deleznables que realiza la desacreditan por completo y me impiden defenderla pero cuyo ánimo ha sido fundamental para conseguir pleno de victorias en los partidos como locales. Con la sensación del trabajo bien hecho y la garantía de que, esta vez sí, podrá seguir con su proyecto, Valverde tiene mucho tiempo por delante para planificar una temporada en la que también se haga un buen papel en Europa, de momento su cuenta pendiente.

1 comentario:

Machaco dijo...

Está el fútbol griego algo encorsetado con necesidad de importar talentos de fuera, tanto a nivel de jugadores como de entrenadores.
Necesita mayor repercusión a nivel internacional y si dejan trabajar a medio plazo pueden transformar esta situación.
Vivió Grecia una Eurocopa hace unos años que ni ellos mismos se la creían y no deben dejar pasar escaparates como ese.
Valverde tiene talento y ha sabido hacer de nuevo un equipo con gente, sobre todo, de su confianza.
Le deseo lo mejor de aquí en adelante.
Saludos.