viernes, 3 de junio de 2011

Repaso del año: Francia

Lo reconozco, para mi la liga francesa es tan inteligible como un tratado de física cuántica avanzanda. Soy de letras lo que viene a significar que me veo incapaz de comprender las fuerzas sobrenaturales que mueven la competición. Me remito a la sucesión de campeones en los últimos 19 años.

En el año 1992 el "todopoderoso" Marsella conquistaba el campeonato. Éxito que repetía en el 93 pero que le sería arrebatado por sus embustes, lo que implicó que el título quedara desierto. En el 94 ganó el PSG, en el 95 el Nantes, en el 96 el Auxerre, en el 97 el Mónaco, en el 98 el Lens, en el 99 el Burdeos y en las dos campañas sucesivas de nuevo el Nantes y el Mónaco. Osea, ocho modelos de reinado distinto en 10 años.

Nueve en once con la primera liga del Lyon. La primera de una serie de siete consecutivas en las que se pasearon tranquilamente por el país. Y cuando parecía que los de Aulás estaban condenados a convertirse en campeones por sistema, hace tres años perdieron su reinado ante el Burdeos y de nuevo vuelta a empezar. Tras los bordeleses un título para el Marsella y el de este año para el Lille. Completamente kafkiano.

No obstante matizaré que lo inexplicable es el modo en el que se subastan los campeones en el país vecino, no el triunfo de los de Rudi García la presente temporada. Eso es una de las cosas más fáciles de razonar. Han sido los campeones porque de largo han sido los mejores en todos los sentidos. Parece una verdad de perogrullo y en realidad lo es pero el juego bonito del conjunto bien merecía el doblete en una especie de justicia divina.

El Lille había tenido ya tentativas anteriores que no cuajaron y quizás su mayor virtud haya sido la paciencia, seguir apostando por el mismo modelo de trabajo durante las últimas temporadas. Solo tres entrenadores han tenido en los últimos 13 años -incluido el periodo de seis campaña de Puel en el que se jugó Champions por primera vez en la historia- y todos han seguido patrones similares exprimiendo al máximo lo que les ofrecía una plantilla con pocas variaciones de estilo pero si de nombres.

Su caso se asemeja, salvando por supuesto las grandes diferencias existentes, al del Oporto. Un club vendedor que es capaz de encontrar recambios incluso mejores que las estrellas de las que se desprende con frecuencia. Siempre buscando una media de edad joven, un marcado carácter ofensivo y peloteros con una gran técnica.

El más claro ejemplo es sin duda Eden Hazard, el único "nuevo Zidane" que parece contar con el beneplácito del original. Sin duda una auténtica joya que podría quedarse en 2012 con la disputa de la Champions, probablemente no mucho más allá. Su clase y el olfato goleador que ha aportado de forma sorpresiva el senegalés Sow han sido los principales argumentos de una entidad cuyo único pero ha sido no cerrar antes la conquista liguera probablemente fruto de la inexperiencia del plantel.

Un problema del que no adolece el Marsella, que firma un digno subcampeonato a pesar de su nefasto tramo final de la temporada en el que sumaron cuatro empates y una derrota en los últimos seis partidos. Sin duda el mayor activo es su entrenador, Didier Deschamps, quizás uno de los más infravalorados del mundo. Su ratio de triunfos-fracasos se decanta clarísimamente en dirección positiva y a pesar de todo sigue sin entrar en las quinielas de ningún grande. Carente de lógica.

Quizás un buen destino para él sería el Olympique de Lyon ahora que todo hace indicar que a Puel se le ha acabado definitivamente el crédito tras varios años caminando por el alambre. Su primer año se rompió la dictadura en el país, el segundo pintaba horrible aunque las semifinales de Champions le salvaron el pellejo y como todo lo que va mal puede incluso ir a peor, el club este año ha sufrido para acabar tercero y jugar la máxima competición europea. Ya no hay excusas. Toca darle el timón a otro y cambiar el rumbo.

Ese bronce simbólico del Lyon ha sido un castigo excesivo para el Paris Saint Germain. Los capitalinos han merecido más en un ejercicio tremendamente meritorio en el que además fueron finalistas coperos. Lo bueno es que tras unos años de dramática abulia da la sensación de que comienzan a hacerse las cosas bien.

Jugarán la Europa League junto a los azulgrana dos completos outsiders. Conjuntos totalmente antagónicos pero que han firmado una actuación excelente pese a sus limitaciones con respecto a los demás. Por un lado aparece el Sochaux, que ha ido de menos a más. Y por otro el Rennes, que ha ido de más a menos.

Los lionceaux eran undécimos en la jornada 28 a diez puntos del PSG, el club que cerraba los puestos europeos. Sin embargo una racha de siete victorias, dos empates y una sola derrota en el ocaso liguero les ha dejado más cerca de la Champions que de no viajar por Europa el año entrante. Ojo a la pareja atacante Modibo Maiga-Ideye Brown. Veintitréas años el primero, veintidós el segundo, y quince goles cada uno.

En cuanto a lo del Rennes, posiblemente hablemos de uno de los casos más bizarros del fútbol moderno. Con 38 goles a favor es el equipo que menos ha visto puerta de todos los que han sacado billete directo a Europa en las grandes ligas. Es más, hasta 12 equipos en Francia han superado esa cifra. Con todo, llegaron a ser colíderes a falta de quince jornadas. A partir de ahí su racanería ofensiva les pasó factura. Siete goles en las últimas 12 jornadas. Una victoria, cuatro empates y siete derrotas. A buen seguro el verano les sentará bien.

Y por debajo de ellos, el caos absoluto. Solo el Lorient del impresionante Kevin Gameiro (22 goles), el Saint Ettiene y el Burdeos llegaban matemáticamente salvados a la última jornada. Con el Arles y el Lens ya descendidos hasta nueve equipos peleaban por no ser sus compañeros de viaje. Entre ellos el Toulouse, que finaliza el año en octava posición o el Auxerre, que cierra como noveno tras un comienzo de temporada para olvidar.

Eso demuestra la igualdad de la competición y por supuesto que no es oro todo lo que reluce. Me refiero por ejemplo al caso de Phillipe Montanier, al que quieren vender en España para dirigir a la Real Sociedad tras su "gran campaña" en el Valenciennes. Cierto es que el equipo ha ocupado la decimosegunda posición pero no lo es menos el hecho de que en la penúltima semana estaba a un punto del descenso.

Al final el drama le tocó al Mónaco, que dependía de sí mismo pero cayó en casa contra el Lyon. Ni los aficionados del equipo ni los de todo el globo alcanzamos a entender realmente como un equipo que disputaba la final de Champions en el año 2003 ha ido cayendo progresivamente en desgracia hasta este fatal desenlace. Con una plantilla de jugadores completamente secundarios, de los tiempos de gloria ya no queda nada. El club por el que pasaron Barthez, Henry o Trezeguet es hoy de segunda.

Paradojas de la vida, en uno de los años en los que el trío coincidió, 1998, se creaba el Dijon FCO y la misma campaña en la que el club monegasco acariciaba la Champions, 2003, veía la uz el Évian Thonon. Ambos serná, junto al Ajaccio, equipos de primera el ejercicio que viene.

1 comentario:

Machaco dijo...

De esta liga francesa recién acabada, destaco varios aspectos:
El desarrollo y trabajo del Lille, equipo muy bien dirigido por Rudi Garcia, con varios cracks en sus filas, Gervinho, Sow, Hazard,
Igualmente, me ha llamado la atención el equipo de Lorient, con un demoledor Gameiro y un gran Amalfitano.
Me han parecido muy vulgares las campañas de Girondins y de O.Lyon...
Lo de Monaco pienso que se veía venir, un equipo sin afición, muy escasa, que o tira de cartera o no es capaz de nada... Mal, muy mal los monegascos.
Se presenta interesante el verano para ver con que plantilla afronta Lille la próxima Champions....
Saludos !!