Es común en ocasiones usar la expresión "equipo del gobierno" cuando, estando en el poder un partido político, el equipo del que su líder suele ser aficionado comienza a ganar. A menudo suele ser una afirmación injusta y una buena forma de meter presión a los árbitros y prefiero pensar que sigue siendo así y que el Fenerbache de la década de los 40 ganó porque era el mejor.
Nunca lo sabré pues aquella es una época que me pilla un poco alejada pero si que queda en los registros que el equipo tuvo una época floreciente coincidiendo con la presidencia de nuestro protagonista de hoy, que bautiza al estadio del equipo de Estambul. Hasta 19 títulos en 16 años de mandato consiguió sumar Saracoglu, si bien es cierto que por aquél entonces había multitud de trofeos dispersos.
Nacido en 1887, se marchó a estudiar ciencias políticas a Génova con 28 años dejando de lado su vocación de profesor de matemáticas en la ciudad de Izmir. No regresó allí hasta que esta fue ocupada por los griegos. Una vez allí se puso al frente de los turcos y participó como diputado de su ciudad a la Asamblea Nacional, ejerció como Ministro de Educación y además fue nombrado presidente de la Comisión de Población encargada de negociar con los helenos.
Entonces, al más puro estilo picassiano, comenzó una nueva etapa, la de los asuntos económicos. Tras una etapa como Ministro de Hacienda fue enviado a los Estados Unidos para tratar varios asuntos comerciales y posteriormente a París para solucionar los problemas de la deuda pública otomana.
Sus servicios a la patria fueron bien reconocidos y a su vuelta en 1933 se ganó un jugoso puesto como Ministro de Justicia y, posteriormente, uno aún más relevante como titular de Exteriores. Por aquella época, en la que se le vaticinaba un futuro político relevante, ya estaba al frente del Fenerbache, al que empezó a presidir en 1934.
Tras cuatro años al frente de la cartera de los asuntos relacionados con el extranjero, era cuestión de tiempo que cayera en sus manos el cargo de Primer Ministro, algo que sucedió en 1942 tras la muerte de Rafik Saydam. Durante su mandato, como musulmán, recibió numerosas críticas como consecuencia de una ley de impuestos que castigaba de forma excesiva a los ricos de las minorías no musulmanas y que apenas duró dos años.
Mientras todo esto sucedía en ningún momento dejó su cargo al frente de su equipo de fútbol, que conquistó ocho títulos, incluídas tres ligas nacionales, durante 1942 y 1946, año en el que Saracoglu fue nombrado Presidente de la Gran Asamblea Nacional hasta 1950. Entonces, con 63 años a sus espaldas, dejó la política y el fútbol y se retiró de la vida pública para morir tres años más tarde.
viernes, 24 de septiembre de 2010
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