¿Qué ha sido de... "Mono" Montoya?

Conforme empiezo a escribir estas líneas me doy cuenta de que, sin quererlo, los últimos protagonistas de esta sección han sido porteros. Me parece que no deja ser entrañable el homenaje a esos jugadores que muchas veces ponen la salsa del fútbol con sus actuaciones y sus extravagancias.

De hecho, uno de los más peculiares hombres que se han visto bajos palos en los últimos años es nuestro protagonista de hoy, el "Mono" Montoya, un trotamundos del fútbol que, si no me equivoco (aunque podría pasar), ha sido el único futbolista en jugar en primera división con los dos equipos extremeños. Eran los tiempos en los que se daba a conocer en España, donde también formó parte de la plantilla del Tenerife.

Sin embargo hubo vida para el "Mono" antes de la tournée por tierras hispanas y además fue una vida provechosa, que comenzó a labrarse como profesional en el año 1984, momento en el que Alfio Basile le dio la alternativa con Vélez Sarsfield.

Tras dos años en el equipo se marchó al Independiente Santa Fé de su país, Colombia, sólo unos meses después de ser convocado por los cafeteros para eliminatorias previas al Mundial. Esa decisión le privó a la postre de jugar con Argentina, su patria chica, ya que cuando todos los trámites estuvieron solucionados ya era mayor para enfrentarse a una cita como la de Francia 98.

Tras su paso por Independiente retornó a Vélez para fichar el año siguiente por Boca Juniors, en donde hizo historia al convertirse en el jugador con más partidos consecutivos como titular y en el guardameta del equipo que aguantó más tiempo imbatido, récords que añadió en lo personal a los muchos títulos colectivos del equipo.

Luego viajó a España en la etapa anteriormente reseñada y en 2001 volvió a Sudamérica para fichar por el Deportes Concepción chileno. Una campaña después, viendo en su país adoptivo que aún estaba en condiciones de rendir a buen nivel pese a su edad, firmó por el Chacarita y, posteriormente, por Independiente, donde acabó perdiendo el favor del entrenador en beneficio de los porteros de la cantera.

Sin embargo, a sus 39 años, sentía que aún no le había llegado la hora de la retirada y emigró al Gimnasia y Esgrima, donde fue titular indiscutible. Viendo su estado de forma probó en Brasil jugando para el Atlético Paranaense pero allí comenzó su caída al perder la forma por no jugar. En 2007 pasó por Nueva Chicago y por Olimpo de Bahía Blanca, y tras una breve estancia en el Luján de Cuyó, se marchó a Tacuarembó uruguayo.

Allí se convirtió en capitán y en un mito al dejar constancia de su compromiso con la plantilla y su profesionalismo. Él sólo se erigió como el baluarte contra la directiva cuando ésta retrasó los pagos e incluso llegó a las manos con el presidente. Montoya recibió el apoyo no sólo de sus compañeros sino de todos los aficionados del equipo y de la Mutua de futbolistas. Al final, en julio del pasado año y con 43 primaveras, anunció su retirada del fútbol después de que su contrato fuera rescindido.