viernes, 26 de octubre de 2012

Caída libre

 
Debo comenzar este post hablando de algo completamente diferente al tema que lo ocupa. El motivo es que debo hacer una matización con respecto a lo que escribí el pasado miércoles sobre Omari Tetradze. Puede que sea gafe, pero hoy se ha confirmado que el técnico ha decidido abandonar el Khimki, el club en el que entrenaba, de mutuo acuerdo por lo que se encuentra ahora mismo en el paro.

Dicho esto, paso al asunto que me traía entre manos. Ayer ante el Málaga se confirmó lo que todos ya sabíamos, que el Milán a día de hoy da verdadera lástima y que está más cerca del ridículo espantoso que de la imagen lúcida y brillante que ofreció hace no demasiado tiempo, cuando Kaka y Shevchenko se encontraban indudablemente entre los mejores jugadores del mundo.

No hay nada, absolutamente nada, que invite a ver un partido del conjunto italiano más allá de la simpatía hacia unos colores que gozan de gran popularidad y comprobar como evoluciona la figura de El Shaarawy, un futbolista de un potencia tremendo que a día de hoy es probablemente el jugador franquicia, y eso que cumplirá veinte años pasado mañana.

Es una situación más que ilustra el caos y el desconcierto de una entidad que navega a la deriva guiada por un entrenador sin carisma, representada por una plantilla carente de estrellas de primer nivel y en manos de un dueño que alcanzó la gloria pero que desde hace tiempo -dados sus desmanes por todos conocidos- está ya tocado y hundido, encerrado en una cueva, alejado de los medios de comunicación y haciendo Dios sabe qué.

Las cosas hace mucho que a los rossoneri se les fueron de las manos. Con la necesidad de ingresar en las maltrechas arcas dejaron envejecer a una plantilla que había logrado cosas grandes demasiado tiempo atrás. A estos los mezclaron con futbolistas de nivel medio fiando el éxito a dos o tres talentos naturales como Thiago Silva, Pirlo o Ibrahimovic.

El modelo auguraba tormenta pero ha desembocado en tsunami cuando se ha extirpado la base del castillo de naipes. El Milán es a día de hoy el más rico del cementerio. Y ni eso, porque ese dinero ingresado por las ventas millonarias está destinado a tapar agujeros. Sin sus mayores activos, sin su identidad, sin nada, la excusa es reconstruir todo desde las cenizas apelando a la juventud de sus nuevas adquisiciones y al crecimiento de los que se han quedado.

Sin embargo Boateng anda desaparecido. Bojan sigue sin adaptarse a Italia. Robinho está más cerca de ser ex jugador. Alexandre Pato disputa un partido y se lesiona tres. Montolivo no puede él solo con el peso del centro del campo. Pequeños fracasos personales que sumados generan un marasmo indescriptible que solo sale a flote porque, a pesar de todo, la calidad marca la diferencia.

Resulta difícil vaticinar cuánto tardará todo en volver a la normalidad, cuándo el Milán volverá a ser el Milán. A recuperar el presitigio en Italia y en Europa. Por lo pronto peligra el pase a la siguiente fase de la Champions en un grupo asequible y los ingresos derivados de ellos. Sin ese dinero se ralentizará el proceso y costará más salir del pozo. Tocará entonces derramar más lágrimas por el ídolo caído. Por el bien del deporte rey, ojalá todo sea un mal sueño.

1 comentario:

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