Tenía pensado contaros la historia que tenía pendiente el miércoles pasado y cuyo relato tuve que posponer como consecuencia de los horribles sucesos acontecidos en Egipto durante la disputa del un partido de fútbol. Sin embargo, lo confieso, ha sido un día duro y prefiero escribirla otro día con más calma porque creo que merece la pena.
En lugar de ese protagonista, menos conocido pero realmente interesante, os acerco la historia de otro mucho más cercano que consiguió hacerse un hueco en nuestra liga a base de esfuerzo, que progresó desde segunda hasta la selección española antes de seguir el camino inverso y bajar los escalones que había subido.
Henrique Guedes da Silva nació en la localidad de Recife, la capital del estado occidental de Pernambuco. En una de las ciudades más grandes de Brasil, a él le tocó vivir la realidad más dura, la de los barrios humildes. Sin dinero pero con un balón, como tantos otros, fue desarrollando sus habilidades en ese fútbol de porterías improvisadas que busca la diversión como escape de los problemas.
Las buenas maneras que apuntaba le permitieron dar un paso más y desplazarse a Río de Janeiro para ingresar en las inferiores del Fluminense. Nunca llegaría a debutar y se vería obligado a probar suerte en otro club, el Sao Cristovao. Hubiera quedado en anécdota si no fuera porque allí coincidió un par de semanas con Ronaldo, que por entonces apenas contaba con quince primaveras.
Apodado, en su etapa como pelotero del Flu, con el nombre de un cangrejo autóctono del estado de Río de Janeiro en su siguiente aventura de desplazaría un año a otra gran urbe como es Sao Paulo para enfundarse la camiseta del Uniao Sao Joao. Como quiera que aquello no salió como esperaba, hizo las maletas rumbo al Centro Sportivo Alagoano, entidad radicada en Maceió.
Máximo goelador de la liga local en su segunda campaña, fueron sus actuaciones allí las que le valieron como carta de presentación para viajar a Europa no sin antes recalar en el Paysandú de la primera brasileña. Por cuestión de idioma, algo que siempre facilita la adaptación, entró por Portugal de la mano del Os Belenense. No triunfó y, en una época en la que el Salamanca se obsesionó con traerse a gente de tierras lusas (junto a él vino Giovanella y ambos se unieron a nombres como Taira, Pauleta o César Brito) se desplazó sin pena ni gloria a Castilla y León.
Una cesión en el Leganés fue la siguiente piedra en su trayecto. Sus cifras mejoraron y llamó la atención del Málaga, que se encontraba en segunda. Se conoce que el sol le sentó bien pues fue en Andalucía donde comenzó su ascenso hacia el clímax. En su primer curso logró el ascenso cornándose como máximo goleador. En el segundo, ya entre los más grandes, compartió el segundo puesto del pichichi junto a Hasselbaink, solo por detrás de Salva.
Por ello el Celta le convirtió en el fichaje más caro de su historia al desembolsar 2,3 millones de euros. Fue dejándose ver en ese buen escaparate cuando le llegó la gran oportunidad de su vida, enfundarse la camiseta de la selección. Fueron tres partido (contra Israel, Austria y un amistoso contra Holanda) en los que le valió para convivir con aquél combinado. Con el tiempo, justo antes del Mundial, defendería en una entrevista que la decisión de apartar a Raúl del combinado nacional era a su entender acertada.
Tras enfundarse "La Roja" no volvió a ser el mismo. Se contagió de la mala dinámica de los celestes y juntos se fueron a la división de plata. Los gallegos necesitaban vender y por ello le traspasaron con 31 años al Krylia Sovetov Samara. No funcionó y tuvo que hacer parada en Os Belenenses antes de regresar a España.
Quizás pudiera haber aceptado otra cosa pero estaba dispuesto a seguir disfrutando con el fútbol. Por ello renunció a más dinero para formar parte de un proyecto interesante como era del Linares. Lo que parecía un sueño se tornó en pesadilla y cuando los problemas económicos arreciaron puso rumbo al Unión Estepona, al que llevó de tercera a Segunda B. Con el objetivo cumplido, regresó a Brasil, a sus orígenes. Hoy se encuentra de nuevo en el Clube Sportivo Alagoense (CSA) y suena con retirarse a los 41 años, los mismos con los que lo dejó Romario.
Por cuestiones de agenda el próximo viernes no se publicará post por lo que el blog permanecerá inactivo hasta el lunes. Aprovecho para deciros que ya ha salido una nueva edición del programa de fútbol internacional "90minutos". Podéis escucharlo haciendo click en la columna derecha del blog.
jueves, 9 de febrero de 2012
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3 comentarios:
Saludos,
Somos de la web MallorcaGol (www.mallorcagol.com), os hemos añadido en nuestros enlaces web en la sección Fútbol 2- Blogs de Fútbol.
Esperamos que vosotros también nos añadáis a vuestros enlaces.
No sabía que seguía jugando, siempre es bueno saberlo. Tuvo sus altibajos en España, especialmente en el Celta, pero lo recuerdo como un buen jugador
Para mí Catanha es y será siempre un ídolo. No he visto aún a ningún jugador que luchara tantísimo con los defensas y pusiera en tantos apuros a cualquier portero que se atreviera a jugar el balón con los pies. Es verdad que a veces era muy fallón pero es que tenía muchísimas ocasiones de gol porque el solito se las buscaba con gran variedad de movimientos, algunos muy estraños jajaja pero no era para nada tan estático como la gran mayoría de los delanteros de hoy en día. Yo disfruté de sus 50 goles en el Málaga en solo 2 temporadas. Saludos y gracias por este post.
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