Fue entre mediados y finales de los 90 cuando la representación nigeriana cobró gran importancia en nuestra liga coincidiendo con el éxito en el Mundial de Estados Unidos de las llamadas "Superáguilas". Si bien hoy apenas quedan futbolista del país africano (Ikechukwu Uche e Ighalo en el Granada y algún que otro caso aislado fuera de la ciudad nazarí), en su momento llegaron a coincidir nombres relevantes como Finidi, Ikpeba, Yekini, Amunike, Rufai... y Ohen y Mutiu, ambos fichados por el Real Madrid para formar parte de su cantera.
Hoy me centro en el segundo, pues del primero apenas hay cosas que decir. Simplemente fichó por el Compostela en el año 1991 y tras diez temporadas en la entidad (con una cesión en el Besiktas) se marchó al Leganés justo antes de regresar a su país para colgar las botas en el Julius Berger de Lagos, el equipo en el que se dio a conocer al igual que Mutiu. Ambos llegaron de allí al conjunto blanco.
Adepoju sin embargo ya había tenido una experiencia previa en el Shooting Stars de su nativa Ibadan, una gran ciudad situada a 128 kilómetros de la capital. Allí adquirió las habilidades que le traerían a España persiguiendo el sueño de debutar como local en el Bernabeu. Nunca lo consiguió a pesar de que dejó buenas sensaciones en la cantera.
Sin embargo peleó por su sueño y, aunque con otros colores, sí acabaría saltando al césped del coliseo blanco. Lo haría defendiendo la camiseta del Racing de Santander, donde se ganó el corazón de los aficionados después de ser clave en el ascenso a primera división de los cántabros tras seis campañas.
Consolidado y adaptado al frío norte, no se marchó muy lejos cuando abandonó la entidad racinguista. En concreto apenas viajó 227 kilómetros, los que separan Santander de San Sebastián. Su primer ejercicio allí fue bueno y parecía que el fichaje saldría rentable. Sin embargo su protagonismo se fue diluyendo y acabaría dejando nuestro país por primera vez en 11 años.
Su destino... el Ittihad saudí. Se reencontró con las buenas sensaciones y a la mínima que puedo regresó a España para aceptar una oferta del Salamanca. Como seguidor del conjunto charro que soy, al principio me ilusioné con la opción. Me duró poco, lo que tardó en saltar al campo y demostrar que sus días de fútbol iban tocando a su fin.
Y el caso es que no iba mal encaminado, aunque aún intentaría pelear un tiempo por seguir disfrutando de lo que más le gustaba, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Extramuros probó suerte en el Samsumspor turco y en el AEL Limassol chipriota, aventuras ambas infructuosas.
En nuestro país, rebajó sus pretensiones y acepto entrar en vestuarios de Segunda B. Primero en el del Eldense y posteriormente en el del ya extinto Cobeña, donde coincidió con otro ex madridista como Luis Miguel Ramis. Después de aquello decidió dejarlo y regresar a Nigeria. Encontró acomodo en el club que le dio la alternativa como profesional, donde ahora se desempeña como secretario técnico.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
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