Nacido en 1837 nunca tuvo la oportunidad de ver en vida un partido de fútbol. Claro que en la situación en la que desarrollaron sus días el deporte era algo completamente secundario. Originario de Karlovo, la ciudad donde dio el salto como profesional Trifon Ivanov como el otro día reseñé, vino al mundo en un país que se encontraba bajo el yugo del imperio otomano.
Tras pasar por la escuela su destino pasó a estar ligado a la religión y debido a ello se ordenó monje ortodoxo en el monasterio de Sopot. No obstante aquello no le alejó de sus inquietudes políticas, que tenía muy enraizadas y que iban encaminadas hacia la independencia de su terriotrio.
Así desarrolló un proyecto de liberación nacional al tiempo que se alistaba en la Legión Búlgara liderada por Rakovski. Además desarrolló los principios de una República Democrática que a posteriori fue la forma del futuro Gobierno. Su participación en diversas escaramuzas sin embargo no le salió gratis. Una denuncia de su tío Basilio le llevó tres meses a un penal de Plovdid tras lo cual ocupó un puesto en la sombra dedicándose a la enseñanza pero sin abandonar la causa.
De hecho seguía acabó volviendo al ruedo como coordinador de los Comités Revolucionarios que él mismo crearía. Con el epicentro situado en la ciudad rumana de Lovech, extendió sus tentáculos con ataques a intereses otomanos. En uno de estos, partidarios suyos fueron capturados y confesar el papel de líder de nuestro protagonista, lo que evidentemente le puso en una situación comprometida.
En el ojo del huracán, era cuestión de tiempo que fuera capturado, algo que finalmente sucedió el 4 de enero de 1873 precisamente en la ciudad de Lovech. Cuando esto sucedió, su destino estaba ya escrito. Poco más de un mes después, el 18 de febrero, era ejecutado en la ciudad de Sofía sin poder ver una Bulgaria independiente. Sin embargo si que puso las bases para que su anhelo se llevara a cabo cinco años después tras la Guerra Ruso-Turca.
Os desvelo el secreto por el que está en el blog. A pesar de su nombre de pila, todo el mundo acabó conciéndole por el apodo. Y con él ha sido reconocido por sus paisanos como el hombre más importante en la hsitoria del país. Este no era otro que "Levski" (león), modo en el que algunos compañeros le bautizaron tras observar su potente capacidad de salto durante unos pruebas. Por ello hay un Levski Sofía y por ello el estadio nacional se llama Vasil Levski.
No hay comentarios:
Publicar un comentario