lunes, 7 de noviembre de 2011

Bodas de plata, años dorados



Empiezo a escribir este post en el salón de mi casa, uno de esos "rincones" que todos tenemos y donde nos encontramos cómodos. De fondo tengo puesto el televisor con una cadena digital. A mi lado, un móvil de última generación que conseguí sacarle a mi compañía telefónica con la típica amenaza del cambio a otra diferente. Mientras aporreo las teclas del portátil, suena de fondo en la radio Rihanna, esa belleza de ébano que se ha puesto tan de moda últimamente. Y no puedo evitar distraerme con los periódicos digitales al leer que Ángela Merkel, canciller de Alemania, ha llamado personalmente al ínclito Papandreu para despedirse.

Todo ello, ni la televisión digital, ni el móvil ni el internet ni el portátil como los conocemos hoy, ni Rihanna, ni la Alemania unificada; existían el 5 de noviembre de 1986. Tampoco mi salón. Es más, a punto estuve de no existir ni yo, que un día antes acababa de celebrar mi primer santo tras haber venido al mundo en el mes de mayo.

Desde entonces ha pasado un cuarto de siglo, que es lo que le digo con sorna a todos aquellos de mi quinta cada vez que soplan velas en 2011. Porque enunciarlo así tiene más poder que decir veinticinco a secas. Lo contextualiza dentro de un todo lejano y, dependiendo de en qué circunstancias, le da mayor relevancia a lo que se trata.

Si el asunto es la efeméride que el sábado cumplió Álex Ferguson al frente del Manchester United, creo que el primer término es el que mejor hace justicia. Sobre todo teniendo en cuenta que el fútbol no se extiende en su historia más allá de 150 años, en el caso de los "Diablos Rojos" 109 con su actual nomenclatura y 133 con la anterior de Newton Heath LYR Football Club.

El técnico escocés, mirada arrogante y un color rojo a juego con la camiseta del equipo implantado de forma perenne en su cara, es uno de esos hombres sin los que no se entendería la historia del fútbol. Porque gracias a su batuta el United ha vuelto a recuperar el sitio que había perdido desde tiempos de los aclamados "Busby Babes" e incluso alcanzando cotas interplanetarias jamás soñadas.

Por encima de su personalidad, desglosada con impresionante precisión en cientos de artículos publicados a lo largo de este fin de semana en los que se habla de sus anécdotas y sus cifras, de Ferguson hay que destacar su habilidad para hacer realidad un modelo casi onírico que un día pasó por su mente. Hablamos de una especie de Steve Jobs del deporte rey, capaz de coger un producto en decadencia y llevarlo a la cima mundial de la popularidad conjugándolo con el máximo rendimiento. Y todo ello consiguiendo que pareciera "un accidente".

Primero Cantona, luego Beckham, más tarde Cristiano Ronaldo y últimamente Rooney se han convertido en iconos globales gracias al Manchester y al buen hacer del Sir, tan apto en el manejo de la mano derecha como en el de la izquierda. A todos los ha sabido atar en corto y a todos ha sabido rodearlos de los hombres adecuados para hacerles más grandes.

Hombres como Giggs, como Scholes, como Ferdinand, como los hermanos Neville... Si repasáramos las adquisiciones y debuts de canteranos a lo largo de estos últimos 25 años descubriríamos que el ratio de acierto/error es más que favorable así como el de fidelidad de los mismos, que solo han atendido a cantos de sirena procedentes de Madrid.

Mucho ha tenido que ver en ello la fiabilidad y la garantía. Fichar por el United es como enrolarse en una banda de rock. Asegura éxito, dinero y fama bajo el auspicio del ojo que todo lo ha visto desde la marcha de Ron Atkinson. Alguien capaz de imponer su criterio a pesar de manejar con sus manos dinero de los demás.

Amo y señor del United siempre he pensado que lo suyo tiene un tremendo mérito. No ya por aguantar tanto tiempo en la entidad en la que desarrolla su actividad sino por tener la misma ilusión que el primer día y lograr que la grada la comparta con él. Ya son muchos años con el mismo modelo, con los mismos mecanismos sobre el césped, con el mismo sistema de juego no siempre vistoso pero generalmente efectivo. Como diría Loquillo en su canción "Treinta y tantos" con las mismas caras, con los mismos cuentos. Ojala este título sea una premonición. Ya no quedan tipos como Ferguson.

El miércoles no habrá post al ser día de fiesta en Madrid. Aprovecho para deciros que no me olvido de todos aquellos que en el algún momento me habéis pedido enlazaros en la lista de blogs recomendados de "De paradinha". Lo haré en cuanto tenga algo de tiempo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

he leido tu blog desde el primer dia y sin duda este es tu muy mejor post, bravo artista!!!!

Antonio

Rafa dijo...

Hola Carlos, te escribo desde Deporta2 para decirte que me ha gustado mucho tu blog. Tiene muy buenos posts y escribes muy bien. Por eso, si es que tu aceptas, te ofrezco que hagamos un intercambio de links. Yo ya te agrego a mis recomendados. Un saludo Rafa.
http://deporta2.blogspot.com/