¿Qué ha sido de... Jan Koller?

Sin duda una de las selecciones que más se echará de menos en el Mundial será la República Checa, cuya etapa de maudrez en pelno proceso de rejuvenecimiento no ha llegó a tiempo para ser capaz de atravesar con garantías el duro calvario de la fase de clasificación para la cita de Sudáfrica.

De esta forma, mientras los checos se lamen las heridas toda vez que los eslovacos si estarán, miran con nostalgia a aquellos ídolos caídos que un día convirtieron al combinado en uno de los más temidos del Viejo Continente. Uno de los jugadores que nunca faltaron en ese periodo es el tanque Jan Koller, un jugador de área con más recursos de los que su simple apariencia descartaba y que incluso jugó la última Eurocopa.

De hecho tras ese torneo decidió retirarse del combinado nacional para luego volver e intentar solucionar los malos resultados. Jugó el decisivo partido contra Eslovaquia e insatisfecho volvió ha anunciar su retirada definitiva.

El delantero debutó en el año 1994 jugando para el Sparta de Praga equipo al que llegó con 21 años y en el que debutó como profesional. Sin duda empezar con fuerza en el mejor equipo del país le auguraba un futuro prometedor si bien le faltó la continuidad suficiente para fichar por un grande.

Decidió entonces probar fuera y viajar al país que cambió su vida. El Lokeren fue el primero que le dio una oportunidad en Bélgica. Llegó cuando el equipo estaba recién ascendido y sus goles ayudaron a asentarlo en la máxima categoría. Koller fue incluso pichichi en su última temporada en el club consiguiendo clasificar al equipo para la Intertoto

Con todo hecho dio su primer gran paso al ser contratado por el Anderlecht. El checo demostró no tener problema alguno de adaptación y repitió el éxito del pichichi en la primera de sus dos temporadas. Sus cifras anotadoras hicieron que el Borussia apostara por él.

En Alemania ganó una Bundesliga y llegó a una final de la UEFA ante el Feyeenord en la que vio portería a pesar de la derrota. Sin embargo quizás su logro más curioso fue el de "portero de la semana" en la liga alemana, honor que consiguió tras dejar la portería a cero ante el Bayern Munich durante medio segundo tiempo.

Con 33 años el Mónaco se arriesgó con su fichaje y el experimento no salió bien. En plena decadencia por temas de la edad, el punta checo no se adaptó al fútbol galo y volvió de nuevo a Alemania para jugar con el Nuremberg junto a una nutrida colonia checa. De nuevo cayó en desgracia y el equipo bajó a segunda.

Por un millón de euros probó suerte en Rusia jugando para el Krylia Sovetov y el pasado mes de diciembre fue traspasado, a sus 36 años, al Cannes francés de segunda división. La edad no parece importar ni a uno ni a otro porque ha firmado hasta 2011.