martes, 16 de marzo de 2010

¿Qué ha sido de... los "Spice Boys"?: Robbie Fowler (I)

Comienzo hoy una nueva serie dentro de esta sección. Si hace unos meses los que pasaban por el blog eran los "Goleadores efímeros" hoy son los llamados "Spice Boys", aquella generación de jóvenes rebeldes que pasó por el Liverpool a mediados de los 90.

Ese grupo lo compusieron Robbie Fowler, Steve McManaman, Stan Collymore, Jamie Redknapp, David James y Jason McAteer y fue bautizado así no sólo por la coincidencia con el fenómeno de las "Spice Girls" sino porque además relacionaron a Fowler con Emma Bunton -una de las componentes, la rubia concretamente- y porque la gimnasta ahora reconvertida en cantante dance, se dedicó a lanzar piropos vía trabloide a Steve Mc Manaman.

David James sigue jugando, en el Portsmouth concretamente, mientras que la vida posterior al fútbol de Jason McAteer apenas tiene interés, siendo lo más relevante su experiencia como segundo del Tranmere Rovers. Mas chicha tiene la de los otros cuatro, que irán pasando de forma semanal por el blog empezando por Robbie Fowler, quizás el más relevante junto con McManaman.

Tan genial como polémico el punta ha sido sin duda una de los iconos del fútbol inglés en la década de los 90. Con 18 años cumplió su sueño de debutar con la primera plantilla del Liverpool, el equipo en el que ingresó con tan sólo 9 años.

De esta forma tomaba la alternativa un chaval que había mamado desde pequeño de los pechos de los reds y que sabía a la perfección la idiosincrasia del club. Eso y su carácter competitivo le convirtieron de forma instantánea en uno de los ídolos de "The Kop". En sólo un año ya era titular indiscutible y poco a poco fue creciendo su improtancia en el vestuario con la ayuda de sus conflictivos compañeros de quinta.

Quizás fue eso lo que le dio alas para convertirse en un tipo conflictivo no sólo por su pertenencia a los "Spice Boys" sino por un par de desagradables incidentes sobre el campo de fútbol. Uno de ellos llegó tras anotar un tanto frente al Everton. Ese día solo se le ocurrió pasar su nariz por la línea de cal como si estuviera esnifando cocaina en una celebración que dio la vuelta al mundo.

Su entrenador Gerard Houllier, en el colmo del ridículo, intentó justificar la acción alegando que todo era una celebración de estilo camerunés que le había enseñado su compañero de equipo Rigobert Song y con la que pretendía aparentar la ingesta de hierba. Fowler le desmintió y reconoció sus verdaderas intenciones, que no eran otras que atacar a los aficionados del Everton que le tachaban de cocainómano.

A ese incidente hay que añadir otro con el defensa del Chelsea Graeme Le Saux, del que se burló contoneando su trasero hacia él (en clara alusión a los rumores de homosexualidad que circulaban sobre este segundo). La FA puso en un pack completo las sanciones por ambos incidentes y decidió premiarle con 32.000 libras del multa y seis partidos de sanción.

Todo hacía indicar que su carrera se iba a pique pero el año siguiente a estos incidentes volvió a recuperar un buen estado de forma y ayudó a que el Liverpool levantara la UEFA ante el Alavés y recordando por momentos a aquél jovne jugador que tiene el record del hat-trick más rápido en la historia de la Premier, logrado en 4 mintus y medio ante el Arsenal en el año 1994.

Poco a poco la relación con Houllier se fue empeorando y al final se consumó como un fracaso cuando Fowler se marchó al Leeds y cargó duramente contra el preparador galo en la prensa local. En su nuevo destino promedió medio gol por partido durante dos temporadas aunque la mala clasificación del equipo en la segunda y los problema económicos le obligaron a venderlo al Manchester City.

A pesar de que rayó a buen nivel cuando jugó y de que incluso fue considerado una temporada jugador del año por los aficionados los problemas con las lesiones hicieron que se prodigara menos de los esperado, siendo especialmente dura su última temporada en el club. Con la carta de libertad volvió a su casa de toda la vida para jugar una temporada. De nuevo fue recibido con honores de "God" (su sobrenombre) por los aficionados y no realizó una mala actuación anotando ocho goles en 30 partidos.

Sin embargo volvió a quedar en libertad y fichó por el Cardiff. De nuevo los problemas en la rodilla le jugaron una mala pasada y apenas jugó algunos partidos con el equipo galés. Recuperado, su equipo le ofreció un contrato en función de los partidos jugados pero se decantó por la oferta del Blackburn Rovers, que entrenaba su amigo Paul Ince. Firmó un contrato por partidos jugados de tres meses de duración que no le fue renovado y tuvo que marcharse, poniendo destino a Australia.

Allí, en el North Queensland Fury se encuentra ahora su presente. Allí, a sus 35 años, es el primer capitán de la historia del club y la figura indiscutible. Sin embargo sus glorias están ahora en otros lugares, concretamente en el mundo de la inversión. A sus triunfos en las carreras de caballos, donde invirtió junto con McManaman hay que añadir otros en el campo del negocio inmobiliario que le hacen formar parte de la lista de los 1.000 británicos más ricos y ser uno de los caciques del sector en el país hasta el punto que, durante su estancia en el City, se hizo popular la canción "We all live in a Robbie Fowler House" (Todos vivimos en una casa de Robbie Fowler).

2 comentarios:

FI dijo...

Fenomenal, me pongo de paradinha con esta entrada.

A Robbie ya lo tenía perdido, y su festejo es buenísimo.

Saludos.

Iñaki dijo...

Un tipo tan curioso y polémico como genial. Siempre me cayó bien y un goleador con buen olfato de gol. No sabía que andaba todavía jugando por Australia.

Un saludo desde 'El Futbolín'