jueves, 4 de febrero de 2010

¿Qué ha sido de... Rodrigo y Zeferino?


Lamento el retraso en la publicación del post de los miércoles que ha sido cuestión de ajetreos y horarios. Hoy pasan por el baúl de los recuerdos dos jugadores de nefasto recuerdo para el madridismo (en el caso de Rodrigo también para el Atlético) por cuanto se convirtieron en fiascos que nadie se esperaba. Ambos estaban llamados a grandes cosas (uno por su juego en la cantera y otro por sus dotes de pelotero en Brasil) pero ninguno llegó a cuajar.

Rodrigo Fabri llegó al Madrid con 22 años y un buen cartel tras unas grandes temporadas en Brasil en las que fue incluso nombrado como uno de los mejores centrocampistas de la liga local. Sin embargo los dirigentes blancos no tardaron en darse cuenta del error que supuso su contratación. En los cinco años que perteneció a los merengues no pasó de los cinco partidos ya que sólo viajaba a la capital de España para saber dónde sería su siguiente cesión. Tras una primera (y nefasta) experiencia en el Santos marchó a Valladolid donde realizó una excelsa temporada que no le sirvió para hacerse un hueco en el club blanco. Este le cedió al Sporting de Lisboa, donde volvió a bajar su nivel, y posteriormente al Gremio.

Allí volvió a consagrarse como un jugador de nivel que además anotaba goles como lo demuestra el hecho de que fuera pichichi junto a Luis Fabiano. En una maniobra arriesgada el Atlético decidió volverlo a reclutar para la liga española y tras un año en el que se convirtió en un jugador de banquillo con minutos volvió de nuevo a su tierra. Acostumbrado a la itinerancia pasó por cuatro equipos en cuatro años (Mineiro, Sao Paulo, Paulista y Figueirense). Especialmente duro fue su paso por el segundo, donde comenzó a ausentarse de los entrenamientos tras ser relegado al equipo B. Con 34 años y una carrera casi forjada a sus espaldas hoy juega en el equipo de su ciudad natal, el Santo André.

En el caso de Zeferino su carrera fue aún menos provechosa. El futbolista guineano fue fichado procedente de la cantera del Oporto como un proyecto de futuro. Aterrizó en la capital de España con 17 años y sorprendió a los técnicos del Castilla, que le hicieron habitual durante los cinco años en los que jugó. Cansado de esperar una oportunidad algo que coincidió con el cansancio del Madrid por no verle despuntar, se marchó cedido primero a Las Palmas y luego al Badajoz.

Desvinculado del Real Madrid se marchó con la carta de libertad al Alverca portugués, donde estuvo cuatro años jugando con asiduidad. Posteriormente probó suerte sin éxito en el D.C United y acabó pasando dos veces por el Umm-Salal, por el Logroñés y por el Hibernians. Tras la experiencia escocesa busca equipo.
Lamento decir que hoy tampoco podré colgar los goles. Espero poder hacerlo el viernes.

4 comentarios:

FI dijo...

Bien decía mi hermano: "Los brasileños tienen un gran defecto, y es el cómo terminan su carrera".

Saludos

Nico García dijo...

No los conocía, pero todos los años se aprende algo.
Saludos desde La Escuadra de Mago

snedecor dijo...

Ostras Zeferino, ya casi ni me acordaba... fue la época portuguesa de Mendoza, cuando ficharon también a Agostinho, Tinaia y alguno más que prometía mucho, jugaban bien en el filial pero sólo disputaron algún amistoso con el primer equipo y luego desaparecieron del mapa (bueno, Agostinho tuvo una buena etapa en el Málaga). Y de Rodrigo pues más de lo mismo, a este lo ficharon como a Canabal, para tenerle de cesión en cesión... seguro que algún espabilado se llevó una buena comisión

Anónimo dijo...

En el Logroñés, no llegó a jugar. A los dos días de pretemporada se le dio la baja por una lesión crónica