El sueño hondureño

Sé que la jornada de selecciones invita irremediablemente a hablar de la crisis de Argentina y Portugal pero no deja de parecerme un tema manido por lo que creo que pasaré por encima de él y me centraré en otro totalmente distinto. Lejos del glamour de los grandes cracks europeos y de las filigranas sudamericanas Honduras lidera la fase de clasificación de la CONCACAF para el Mundial.

Sin duda puede tratarse de algo anecdótico pues la igualdad es máxima, empatados a 13 puntos con Estados Unidos y sólo uno por delante de Costa Rica y Méjico; los cuatro equipos que se van a repartir las plazas para Sudáfrica (tres directas y otra por repesca). A pesar de ello no se puede restar mérito a una selección que sólo ha participado una vez en la gran fiesta del fútbol. Fue en España 82 y aunque no probaron las mieles de la victoria estuvieron cerca de lograrlo cosechando dos empates, uno de ellos contra "La Roja".

Eso sí, y conviene matizar, sólo una vez participaron pero fueron dos las que se clasificaron. En el año 1978 un bloque similar logró la hazaña de ser los pioneros pero las cuestiones derivadas de la llamada "Guerra del fútbol" hicieron que el Gobierno prohibiera a Honduras viajar a Argentina debido a que en la competición también participaba El Salvador.

Conviene recordar el conflicto, que nada tiene que ver con la del siglo XXI que mantienen Sogecable y Mediapro por hacerse con los derechos del fútbol televisado. El enfrentamiento, bautizado así por el célebre Ryszard Kapuscinski aunque también conocido como "Guerra de las 100 horas", dejó entre 4.000 y 6.000 civiles muertos. Aunque el problema de fondo fue la deportación de multitud de campesinos salvadoreños del país vecino la excusa que se puso para iniciar la lucha armada es que ésta se derivó de unos disturbios entre los seguidores de ambos combinados nacionales tras la disputa de un encuentro de clasificación para el Mundial del año 1970.

Evidentemente poco queda ya de aquello, que terminó con la retirada de las tropas salvadoreñas de Honduras tras negociar la OEA un alto al fuego. Con todo olvidado pero con una situación política que aún sigue siendo inestable en Tegucigalpa (el pasado 28 de junio hubo un "Golpe de Estado" que derrocó a Manuel Zelaya y puso en el poder a Roberto Micheletti) los habitantes encuentran en el fútbol un buen motivo para la esperanza.

Los "catrachos" (gentilicio con el que se bautiza a la selección) tienen una de las mejores generaciones de su historia y el pasado sábado pasaron por encima de un combinado recientemente mundialista como es Trinidad y Tobago (4-1). A sus 35 años Carlos Pavón -al que quizás recordéis de su paso por el Valladolid, por el Udinese o por el Nápoles- se ha convertido en estilete mientras que David Suazo, lesionado de gravedad esta temporada, volvió a ver puerta en su regreso seis meses después. Si a todo ello añadimos la generosa contribución que ha hecho el Wigan en los últimos años, llevando a la Premier a Wilson Palacios (ahora en el Tottenham), a Hendry Tomas y a Maynor Figueroa encontraremos la clave del éxito. Con jugadores dotados de la experiencia suficiente en las grandes ligas todo apunta a que esta vez sí, Honduras volverá un Mundial. Sudáfrica es la meta. La primera victoria en la Copa del Mundo, un reto cada vez más cercano.

Aprovecho para agradecer desde el blog el buen trato recibido por Luis Rodríguez del Teso, de "La pizarra de Luis", en mi visita a Salamanca este fin de semana. Ambos coincidimos y disfrutamos de una magnífica tertulia futbolística con vistas a la Plaza Mayor. Uno de esos lujos que de vez en cuando conviene darse.