miércoles, 17 de diciembre de 2014

¿Qué ha sido de... Algunos hombres de Wenger (y X): Néstor Fabián Caballero?

Todo lo bueno tiene un fin y también este especial en la sección, dedicado a algunos de los fracasos de Arsène Wenger en lo que a fichajes se refiere. Durante diez entregas he aprovechado para repasar esos nombres que no tuvieron suerte con la camiseta del Arsenal a las órdenes del técnico francés. Jugadores olvidados como este argentino, apodado "Tyson" por su ceño siempre fruncido.

Nacido en la localidad de Misiones fue en el Guaraní Antonio Franco, club llamado así en honor a su primer presidente, donde el jugador se formó antes de dar un salto importante a las inferiores de Estudiantes de La Plata. Probablemente ese movimiento fuera precipitado ya que no tardaría demasiado en descubrir que allí se le cerraban las puertas.

Fue así como, en busca de una oportunidad, acabó en Paraguay. Le fichó primero el Tembetary y posteriormente el Cerro Porteño, uno de los grandes del país. Con estos últimos, en estado de gracia, alcanzaría las semifinales de la Copa Libertadores. Un argumento suficiente para que el Arsenal se fijara en él y pidiera su cesión.

Pronto encontró acomodo en el equipo reserva. No era lo más glamouroso pero le permitía estar disponible para un técnico "gunner" que contó con él en tres ocasiones. Sin embargo la más recordada será la primera, un partido de la Copa de la Liga en la que los suyos acabaron perdiendo por 5-0 contra el Chelsea.

Poco más pudo aportar antes de coger vuelo de vuelta, esta vez con parada en el Sol de América. Resultó un viaje provechoso hasta el punto que sus goles le trasladaron de nuevo a tierras británicas. esta vez al Dundee FC. Aguantó cinco temporadas en un lugar donde hubo que vender el estadio para pagar deudas. Como era de esperar, acabó llegando un descenso y su contrato fue rescindido.

Libre decidió iniciar su enésima aventura en Paraguay, esta vez atendiendo a la llamada del Olimpia de Asunción y posteriormente la del Tacuary. Sin apenas protagonismo en estos últimos, consideró que cerca de las tres décadas ya no iba a conseguir lo que no había logrado antes y puso tierra de por medio para llenar la cartera en el Daejeon Citizen.

Sin embargo aún le quedaban ganas de dar guerra, de seguir dándose paseos por el Viejo Continente. Solo eso explica sus fichajes por el Alki Larnaca y el Panachaiki, dejando entre medias un pequeño espacio para el respiro en las filas del Provincial Osorno chileno. Caballero acabaría esparciendo gran parte de la magia que le quedaba por dos clubes paraguayos más -el Nacional y el Tacuary- y por el Municipal guatemalteco. Eso sí, se dejó un poco para etapas postreras en el Sportivo Ameliano (donde ejerció de jugador-entrenador) y en el Deportivo Recoleta.

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