viernes, 17 de octubre de 2014

Diario de una selección

En ocasiones el periodismo deportivo te regala experiencias para el recuerdo. Me ha sucedido durante la última semana, cuando tuve que seguir de cerca todos los movimientos de la selección venezolana durante su estancia en tierras españolas. Días intensos donde descubrí lo cercano a un campamento de verano que puede resultar una concentración, lo normales que son los futbolistas cuando no están sometidos a los designios de sus clubes y pueden comportarse de forma transparente. Esta es la cronología de la convivencia bien avenida entre un modesto periodista y los ídolos de una nación. 

Día 1: Conociendo a la Vinotinto

Todo comienza como suele ser habitual en este tipo de coberturas, con un email inesperado que perturba una tarde tranquila y ya planeada. Depende de la antelación del encargo, el sobresalto varía. En esta ocasión la cobertura se asemeja a una gymkana. Hay un dato, que la selección entrena por la tarde. El dónde, el cuándo y quién puede responder a mis preguntas es un misterio. Toca levantar teléfonos, wasapear a gente enterada y acto seguido ponerse en camino. Apenas faltan quince minutos para que empiece la fiesta en el Polideportivo Dehesa de Navalcarbón y llegar sin pisar a fondo el acelerador parece impensable.

Una vez allí el escenario resulta particular y entrañable. Sobre el tapete, algunos de los veintidós mejores futbolistas de Venezuela y el cuerpo técnico. A escasos metros, grupos de niños practican atletismo en el tartán. Los hay que saltan vallas, otros que realizan sprints. Varios valientes, incluso, se atreven con la pértiga. Me presento a Néstor, jefe de prensa de la selección, un hombre cuya paciencia nunca agradeceré lo suficiente. En lo estrictamente noticioso, Juan Falcón realiza un mal movimiento y se lesiona. No tiene buena pinta.

Día 2: La vida en doble sesión

Asumido ya que seré la sombra del combinado sudamericano durante los días que permanezcan concentrados, me preparo mentalmente para acudir a los dos entrenamientos diarios. Reconozco que es un trabajo agradable pero requiere ciertos esfuerzos como acostarse antes, modificando así los hábitos de conducta. Ya no hay tranquilidad en la ingesta de la tostada y los boletines de las diez en punto, centrados en el ébola, indican que se acerca la hora de la sesión mientras uno se encuentra fagocitado por el atasco.

Las facilidades para trabajar resultan algo fuera de lo común si tomamos como baremo a ciertos equipos de Primera. También es verdad que lo normal debería ser esto, situarse a escasos metros de los jugadores y poder entrevistarles con calma cuando todo acaba. Mientras sigo de cerca las evoluciones de los hombres de Noel Sanvicente, se aproxima a mi una de las personas fundamentales en este relato. Cercano a uno de los internacionales, no tardamos demasiado en hacer buenas migas. No diré su nombre, pero sí que me cuenta un par de buenas historias que me apunto para sacarles punta en días sucesivos.

En busca de un buen protagonista para estrenar la grabadora, decido apostar por Nicolás Fedor "Miku". Atacante de sobra conocido tras pasar por la liga española, reconozco que le tengo cierto "cariño" al haber jugado en el Salamanca. Off the record hablamos de su etapa allí, que recuerda con bastante cariño. Vuelvo a casa a comer y a pasar los contenidos antes del entrenamiento de la tarde.

A las seis, más madera. Viendo lo fácil que resulta llevar a cabo la labor de periodista, me he traído conmigo la cámara de fotos a fin de darle más lustre a las informaciones. También mi camiseta de la extinta Unión para inmortalizarme con Miku. No suelo tomarme fotos con los jugadores, pero en este caso creo que la excepción lo merece. Mientras sigo familiarizándome con las caras de algunos futbolistas, me comentan el alcance de la lesión de Juan Falcón.

Día 3: Día de reencuentros

El cielo encapotado que cubre Madrid a primera hora de la mañana no presagia nada bueno. Pese a todo resiste la tentación de escupir agua durante la sesión que se celebra por la mañana. Saco la cámara y de repente alguien se dirige a mi. Qué grata sorpresa descubrir que quien lo hace es Melgar, ex futbolista del Leganés al que no veía desde que coincidiéramos en el curso de entrenadores. Tras una breve charla sigo con mi tarea hasta que tropiezo con otro viejo conocido, que ahora ha centrado su actividad en el scouting. Durante nuestra conversación me cuenta qué le ha llevado hasta allí y cómo es su día a día. Ha progresado en lo suyo y eso me alegra.

Le doy al botón rojo y empiezo a registrar mi entrevista con Ayrton Páez, para muchos el chico con más futuro del país. Tiene la cabeza sobre los hombros y varias similitudes con el héroe del pueblo, Juan Arango. Actualmente en la cantera del Mallorca, su relato vital es de gran interés porque explica muy a las claras el carácter familiar que hasta hace no demasiado tenía el fútbol allí. Sobrino del que fuera seleccionador Richard Páez, hijo y primo de internacionales, emparentado asimismo con más hombres que han tenido protagonismo en la Vinotinto de alguna forma u otra; sobre su apellido se cimentó gran parte de lo que hoy está construido.

En lo deportivo, la noticia positiva es la llegada de Amorebieta. El central del Fulham está lesionado pero se ejercita en solitario y está cerca de sus compañeros. No puede decir lo mismo Juan Falcón, obligado a abandonar la concentración por sus problemas físicos. Por la tarde, partidillo bajo la lluvia. No será el único.

Día 4: Agua para todos

El mal estado del césped por el agua caída durante la noche obliga a mover la práctica matinal a otro de los campos de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, este de césped artificial. Guarecido bajo la techumbre, observo una sesión de gran carga táctica en la que se aprecia la gran intensidad con la que vive su oficio Noel Sanvicente. Tras varios días aplazando nuestro encuentro por diversas causas y de forma muy educada, toca el momento de hacerle preguntas. Es consciente de que está ante su gran oportunidad después de ganarlo todo a nivel nacional con diferentes clubes. Descubro que es cercano, abierto, sincero y directo; cualidades que seguirá demostrándome en días sucesivos. A nuestro lado un fotógrafo inmortaliza a Rondón en una portería. No es un detalle baladí. Mi compañero de confidencias desde el comienzo, aquel que seguía de cerca a uno de los futbolistas, se marcha de España. Por la tarde toca descanso para todos, incluido para mí.


Día 5: Cambio de estilo

Los negros nubarrones que escupen agua sobre Las Rozas no presagian nada bueno. Los malos augurios se cumplen cuando me acerco al césped donde entrena el equipo.  Desde esta mañana, queda prohibido pasearse por el perímetro después de que la prensa invadiera, involuntariamente, el área de ejercicios el día anterior. La orden de alejamiento me devuelve a la triste realidad del día a día. Pese a todo, aún se puede conversar tranquilamente con los jugadores después de la ducha. Aprovecho para entrevistar a Roberto Rosales, al que el técnico parece dispuesto a situar como mediocentro a juzgar por los ensayos. Otra cobertura, en este caso la final de la Supercopa Femenina de baloncesto, hace que me pierda la actividad vespertina y de paso me genera un conato de infarto mientras intento ajustar los tiempos. Quedo en hablar con las personas que coordinan todo para saber a qué hora se retoma el asunto el domingo.

Día 6: Viaje en vano

La opacidad del hotel a la hora de dar datos acerca de sus huéspedes me impide solventar la duda que arrastraba el día anterior. Guiándome por mi intuición me desplazo de nuevo hasta Las Rozas bajo el aguacero para estar puntual a las diez y como era de esperar... los miembros de la expedición han decidido descansar. Madrugón innecesario un domingo, paseo absurdo y vuelta a casa para comer antes de subirme otra vez al coche para emprender el trayecto Madrid-Ciudad del Fútbol.

Las limitaciones siguen en pie y me veo obligado a verlo todo desde la grada. Allí conozco a unos compañeros bastante simpáticos, redactores en el recomendable blog "Fútbol desde Francia" y voces en DEM FM. Amorebieta ha vuelto a casa y Dani Hernández se reincorpora tras viajar con el Valladolid a Soria. Me atiende la estrella del seleccionado, José Salomón Rondón. No rehúye su importancia en el vestuario y se sabe ejemplo para los jóvenes. Serio, más bien tímido y con las ideas muy claras; me ha sorprendido mucho en los días anteriores verle en acción. Ambicioso por naturaleza, competitivo en grado sumo, se trata de un delantero de potencia demoledora que entrena como juega.

Día 7: Conociendo al cuerpo técnico

Rodolfo Paladini es uno de esos hombres que no necesita dar voces para hacerse escuchar. Pausado, de mente lúcida y verbo reposado; compartir un rato a su lado resulta muy gratificante. Argentino de nacimiento y venezolano de adopción, el actual preparador físico de Venezuela creció profesionalmente con Sanvicente, se dejó caer en los brazos de Martino cuando este dirigía a Newells y retornó con su "hermano" en esta nueva experiencia al saber que no tendría sitio en el Barcelona. Pese a todo no guarda rencor al Tata, solo agradecimiento y alabanzas.

Por la tarde, sigue la incesante lluvia pero sale el sol. Es una metáfora para explicar que hemos vuelto a ganarnos la confianza del grupo venezolano y podemos acercarnos a los alrededores del verde para observar a escasos metros el buen ambiente que traen los juegos diseñados por Paladini. Sanvicente, siempre atento a todo lo que sucede, aprovecha también para observar los movimientos que unos jóvenes realizan en un campo cercano. Escudriña lo que hacen y se suelta para intercambiar impresiones conmigo, que pasaba por ahí. Descubro entonces al hombre que se esconde bajo la gorra, un tipo sencillo que ofrece café y no tiene dobleces, consciente de lo que ha logrado en el fútbol pero lo suficientemente humilde como par alcanzar más logros.

La "alcachofa" tras el paso por los vestuarios está destinada en esta ocasión a Tomás Rincón, uno de los hombres con más batallas en el fútbol patrio. Se le ve ilusionado por su reciente llegada a Italia y algo dolido por el modo en el que salió del Hamburgo. En lo referente a lo balompédico, resulta gratificante ver integrado junto a los demás a Alejandro Guerra, que hasta ese momento se había pasado la semana conviviendo con las molestias físicas.

Día 8: La despedida

La última sesión, el último aliento, la hora de decir adiós. Mientras los protagonistas de estas historia se enfrentan a partidos en superficie reducida, el personal de apoyo comienza a desinflar los balones para el vuelo de regreso. Todo lo cubre una ligera cortina acuosa, la misma que no ha dado tregua desde hace días. Momento de pedir correos, de desear buen viaje a todos aquellos que han sido como una pequeña "familia" estos días. Para cerrar esta especie de campamento, decido poner la firma con Oswaldo Vizcarrondo. Nadie mejor que él para recoger las impresiones. Su espíritu de superación, su garra y su hambre de logros resumen el sentir de una selección que se encuentra cada vez más cerca de disputar su primera Copa del Mundo. 


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