jueves, 22 de mayo de 2014

¿Qué ha sido de... Los compañeros de Zanetti (III): Kerlon Moura?


De un tiempo a esta parte la FIFA, la UEFA y en general todos los organismos futbolísticos parecen concienciados para proteger a las estrellas de la violencia física que sufren en innumerables ocasiones por parte de defensas con poca cintura pero variados recursos físicos. La política es de alabar pero uno se pregunta por qué no llegó a tiempo para salvar a "La foca".

Este es el sobrenombre con el que saltó a la fama el brasileño Kerlon Moura; un muchacho que suplía su endeblez física con una habilidad patentada, casi circense, pocas veces vista. Un truco maestro que le hacía imparable y le dio fama durante la Copa América sub-17 de 2005. Cuando lo veía claro, el atacante elevaba el esférico en dirección hacia su cabeza y recorría la banda dando ligeros toques por vía aérea. 

Ese don hacía inútiles los esfuerzos de los zagueros por arrebatarle la posesión y le convirtió en receptor de algunas entradas que podrían llevar la rubrica de Vinnie Jones si no fuera por el desfase temporal entre ambos. Ninguna acabó con él pero eso no le libró de sufrir todo tipo de lesiones, las mismas que han arruinado su prometedora carrera.

El calvario comenzó poco después de asomar en el panorama internacional. Defendiendo los intereses del Cruzeiro, se rompió el tobillo izquierdo. Un lance que le mantuvo fuera de los terrenos de juego siete meses. Ese fue el tiempo que le llevó también recuperarse de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que experimentó acto seguido.

Completaría la pesadilla un nuevo paseo por el quirófano, esta vez para solucionar unos problemas en la rodilla izquierda producidos durante un encuentro de Libertadores ante el Cerro Porteño en enero del 2008. Kerlon apuntaba pues a ex futbolista cuando ni siquiera había disputado cincuenta partidos como profesional. 

Sin embargo el historial médico del chaval pareció importarle bastante poco al Inter de Milán, que decidió importarle al Viejo Continente. Eso sí, su primera oportunidad en el Giuseppe Meazza se haría esperar ya que primero fue cedido al Chievo Verona. El préstamo fue poco provechoso y tuvo un segundo episodio en el Ájax de Ámsterdam. 

Salvo las fotos posando con la camiseta, pocas más quedan de él. Ninguna con el balón en juego ya que, una vez más, se hizo un fijo en la enfermería. Descartado un posible triunfo en Europa, cogió avión de vuelta a Brasil. Entre sus paisanos, intentó de nuevo encontrar su sitio jugando para clubes como el Paraná y el Nacional de Nova Serrana. 

Sin destacar demasiado y libre para firmar por quien quisiera recibió una extraña oferta procedente del Fujieda MYFC, club de los escalones inferiores del balompie nipón. Aceptó y hasta allá se marchó. Por descontado, el campeonato se le quedaba corto a alguien que había sido el mejor jugador de un torneo internacional de las inferiores ni más ni menos que con la "canarinha". Y pese a ello no consiguió permanecer mucho tiempo. ¿El motivo? Sí, una dichosa lesión.

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