martes, 4 de marzo de 2014

El despertar de los parias


Cuando la crisis aprieta, el ingenio es más una obligación que una opción. Tocado de cerca por los problemas económicos que lastran al país, el fútbol griego se ha visto obligado a reinventarse para sortear de la forma más digna posible sus problemas. Algunos, como el Panathinaikos, se han adaptado con dificultad a su nueva situación. Otros, como el Olympiakos, han sabido encontrar en el caos una oportunidad para apostar por algo diferente.

Convertido en uno de los equipos de moda del balompié europeo, el conjunto ateniense lo fió todo a un riesgo calculado y el experimento es de momento un rotundo éxito. Sabedores de que iban a tener nulas complicaciones para alzarse con el entorchado nacional dadas las limitaciones de sus rivales y sin ningún tipo de presión mas allá de sus fronteras, este y no otro era el momento ideal para introducir un elemento exógeno y observar su evolución.

Con una inversión limitada de apenas tres millones de euros, que han dado incluso beneficios meses después, la entidad capitalina importó ocho futbolistas con un nexo común; su pasado en la liga española. Una política deportiva basada en un razonamiento tan simple como aplastante: Si aquellos hombres se habían adaptado con solvencia a un país con un clima y un modo de vida semejante pero donde el deporte rey era mucho más competitivo, no había motivo para que no lo hicieran a las tierras helenas.

Más si entre ellos eran capaces de arroparse en torno a un idioma común bajo el mando de un técnico como Michel, conocedor de sus virtudes y habituado a las grandes noches continentales como jugador. Alguien capaz de devolver la ilusión y la ambición a aquellos que parecían haberla perdido tras ser ninguneados por equipos y aficiones exigentes necesitadas de un rendimiento inmediato.

A una plantilla en la que ya estaba Ariel Ibagaza y David Fuster se les unió a cambio de dos millones y medio de euros otro ex futbolista del Villarreal como Hernán Pérez. También costó dinero, medio millón, el lateral Miguel Torres. Los demás con experiencia en España, bien por ser libres o bien por ser cedidos, no supusieron gasto alguno más allá del pago de sus fichas.

Es el caso del portero Roberto Jiménez, que llegó para ganar tiempo en lo que se decidía el futuro de Courtois, y ha optado por renovar y quedarse; quizás a la espera de que alguien venga con el dinero por delante en verano. También hasta el cierre del curso vestirán de rojiblanco Joel Campbell, autor de un tanto estratosférico contra el United, e Iván Marcano. El cántabro cambió el frío de Kazan por la brisa del Mediterráneo. 

La ciudad tártara no le es ajena al paraguayo Valdez, incorporado a última hora para suplir el golpe anímico que supuso la salida en inverno del ídolo Kostas Mitroglou. El ex del Valencia competirá por el puesto con su predecesor, el "Chori" Domínguez, y con el argentino Javier Saviola. Operaciones redondas todas ellas que quedan eclipsadas por la de Vladimír Weiss.

El eslovaco, en su día centrocampista del Espanyol, aterrizó gratis entre las ruinas y se marchó meses después por más de cinco millones de petrodólares cortesía del Lekhwiya SC. El fichaje ayudó a equilibrar la balanza y dejar el montante global de la temporada en números verdes, que lo pueden ser más mientras nadie les despierte del sueño de la Champions.

Son los réditos de una gestión ejemplar nacida desde la osadía y la necesidad. Las ganas de comer del Olympiakos se han juntado con el hambre de protagonismo de aquellos que un día fueron desterrados de la Primera División. Unos marginados de lujo a los que acompañan en el vestuario una minoría de aguerridos griegos que batallan desde centro del campo hacia atrás y un grupo de caras cosmopolitas de distinta procedencia. Con la gloria garantizada hasta el estío, el expolio llegará cuando pique el sol. Será el momento de reconstruir la estructura. Quizás desde el empirismo, el futuro hasta que pase la tormenta económica esté ya garantizado.

1 comentario:

Fernando dijo...

Muy buen post Carlos. Si la liga griega ya era de por sí de un nivel medio, en los últimas 2-3 temporadas ha pegado un bajón tremendo. Yo la compararía a una 2ª división española siendo generoso. Quitando a los grandes de Atenas, los de provincias poco o nada tienen q hacer. El Panathinaikos mismo tiene jugadores muy mediocres y ninguna estrella q pudiera jugar en una liga de alto nivel. Por cierto, a ver cuando un especial sobre Escocia y el nuevo Glasgow Rangers. Espero q ascienda en un par de temporadas para competir con el Celtic, esa si q es una liga aburrida desde entonces!!