El Mamadou que quiere la Juve

Lo confieso, me encanta volver a ver al PSG en los puestos de arriba, no sólo por ser el equipo de la capital, sino porque siempre me gustó Paul Le Guen como entrenador. Tras muchos años naufragando parece que el club ha encontrado la tecla, mezclar jugadores experimentados del país como Makelele, Giuly o Luyindula con jugadores jóvenes y muy prometedores, algunos salidos de una cantera que siempre ha estado minusvalorada.

Me gusta mucho Chantome, un mediocentro defensivo con mucho progresión y qué decir de Hoarau, al que he alabado repetidas veces en el blog. Pero hoy me quiero detener en uno de los defensores con mayor progresión de Europa, Mamadou Sakho, al que ya sigue medio continente, ansioso de echar sus redes en este mercado invernal antes de que su caché se revalorice en verano. La Juve parece ser la más interesada, toda vez que necesita rejuvencer su línea de atrás y buscar un jugador de garantías para pelear por la Champions pero al acecho ya está Wenger y el Newcastle, uno de esos equipos que siempre suena se hable de quien se hable.

El caso es que el interés está más que justificado. A punto de cumplir 18 años ya es el capitán más joven de la historia del equipo y de la Ligue 1. Sakho es un tipo espigado (1,87 m), lo que le permite ir bien de cabeza, y potente. Zurdo, su posición natural es el lateral izquierdo aunque se desenvuelve también con soltura como extremo, quizás porque en sus inicios jugó como punta y tuvo que ser relegado a posiciones defensivas ante la falta de efectivos. Si llamativo es su juego, también lo es su peinado, una especie de corte psicodélico en el que se mezclan la cresta de mohicano con el estilo tribal.

Algunos le comparan ya con Thuram, que podría haberle sido de gran ayuda en su formación si finalmente hubiera firmado por los parisinos el pasado verano. Sus problemas físicos abortaron la operación y Mamadou se verá ahora obligado a crecer sólo.