Tras dedicarle un hueco en esta sección a Pascal Feindouno la semana pasada, es buen momento para darle cabida en la misma a otros grandes goleadores africanos de la época reciente. Es el caso del egipcio Amr Zaki, que tuvo su moemnto de mayor gloria hace no demasiado tiempo y que cuenta en su currículum con cinco goles en la máxima competición continental de selecciones.
Nacido en Mansoura, al norte del país, se formó en el equipo de la ciudad antes de dar el salto al ENPPI. En este club, cuyo extraño nombre es una acrónimo relacionado con una empresa petrolífera, destacó hasta el punto de convertirse en el máximo goleador de la competición. Un éxito individual al que le siguió el colectivo de la conquista del título copero más un subcampeonato de liga.
Le sonreía por entonces la fortuna ya que no solo en materia de clubes iba cobrando relevancia. Con la zamarra nacional, el punta firmó una gran Copa de África 2006 que hizo que le quemara el teléfono. Finalmente de entre todas las ofertas escogió la del Lokomotiv de Moscú, entidad con la que no llegó a debutar.
Decepcionado en su primer salto a Europa decidió desandar sus pasos y firmar por el Zamalek solo unos meses después. Dicha alternativa, que podría verse como un fracaso, fue en el fondo un impulso ya que volvió a cobrar relevancia hasta el punto de ganarse sobrenombres tan intimidantes como el "Gladiador egipcio" o el "Bulldozer".
Con semejante campaña de marketing, era cuestión de tiempo que otro club del Viejo Continente llamara a su puerta. Lo hizo el Wigan, que decidió importarle a Inglaterra por algo más de un millón y medio de libras. Su irrupción fue sorprendente. Tanto que el propietario David Whelan osó compararle con Shearer y su entrenador, Steve Bruce, se mostró encantado de tenerle.
Sin embargo, donde dije digo digo Diego. El propio Bruce, ese que le había alabado, acabaría poniéndole la cruz con el paso del tiempo considerándole muy poco profesional. Viendo que los castigos monetarios no surtían efecto en el ariete, finalmente optó por deshacerse de él. Tras aquello le firmó de nuevo el Zamalek, club que pudo abandonar dado el interés del Portsmouth. Pese a ello Zaki rechazó la propuesta para evitar compartir vestuario con argelinos e israelíes. Por descontado aquella decisión no le hizo ganar puntos de popularidad.
Aún tendría una oportunidad más en Inglaterra cuando le adquirió prestado el Hull. Fue un traslado que no le sirvió para mejorar su cartel, motivo por el cual volvió una vez más al Zamalek. Por tercera vez, volvió a demostrarse un elemento clave en la entidad y por tercera vez volvieron a preguntar por él desde fuera.
Nada fructificó, bien porque no quería su club de origen o porque el Blackpool y el Middlesbrough amenazaron mucho y concretaron poco. Mucho ruido y al final unas miseras nueces que llegaron en forma del Elazigspor turco. Era de esperar que, conociendo los precedentes, el idilio no tuviera demasiada duración.
Solo unos meses después Amr ya estaba libre. Arrancó entonces un rosario de experiencias de nivel más bien bajo. El Al-Salmiya kuwaití, el Raja Casablanca ( club con algo más de nivel que el resto donde no debutó en partido oficial debido a una lesión y las disputas médicas que tuvo con los marroquíes al respecto), el Al Ahed libanés y el Arab Contractors completan hasta la fecha su currículum.
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