miércoles, 30 de abril de 2014

¿Qué ha sido de... Frank Leboeuf?


Después de repasar las dos semanas anteriores la trayectoria de algunos futbolistas que vistieron la camiseta del Atlético de Madrid años atrás, he pensado que sería una buena idea hablar de un hombre que defendió los intereses del Chelsea, su rival esta noche en la lucha por acceder a la final de la Liga de Campeones en Lisboa.

Nacido en Marsella poco antes de la década de los setenta, fue por la zona donde le empezó a crecer el pelo. De hecho tuvo durante sus primeros años como profesional, si bien mucha gente solo le recuerda por su aspecto fiero y la cabeza rapada al cero a juego con la del portero y compañero de selección, Fabien Barthez.

En Laval y en Estrasburgo, al menos, pueden certificar que lucía una frondosa mata sobre sus hombros. Al primero llegó procedente de los escalones más bajos de fútbol galo dejando un currículum cincelado en el filial del Toulon, el Hyères y el Meaux. Al segundo como consecuencia de su evolución natural en el puesto de central. Entre ambas etapas pasaron ocho campañas de su carrera profesional. Eran otros tiempos, en los que los jugadores mostraban más fidelidad que los actuales.

Sin embargo toda vinculación tiene un fin y la de Leboeuf con los estrasburgueses terminó tras su participación en la Eurocopa del año 1996, último torneo previo al nacimiento de la gran Francia que acabaría coronándose campeona del mundo ante los suyos. Dos millones y medio de libras desembolsados por el Chelsea facilitaron el traspaso.

Lejos de sufrir en su nuevo destino, como sucedió en el caso de otros muchos compatriotas se adaptó sin apenas sobresaltos a la Premier League inglesa. Asentado en los onces y ganando peso específico con el devenir de las campañas, llegó a jugar casi 200 partidos oficiales con el conjunto londinense marcando veinte goles. Algunos de ellos nacieron de su habilidad para ejecutar penas máximas, otros gracias a su poderío por alto.

Ya entrado en la treintena, consideró como válida la opción de poner fin a su carrera en la ciudad que le vio nacer. El Olympique  de Marsella abonó una cantidad por encima del millón y medio de euros y le dejó cumplir su sueño. Leboeuf militó dos temporadas allí si bien posteriormente valoró la opción de prolongar un poco más sus actuaciones.

Por ello aceptó marcharse a jugar a Qatar, un retiro dorado del que también disfrutaban otros futbolistas de su generación. Contratado por el Al-Sadd, colgó las botas en el Wakrah. Comenzaba entonces la vida fuera de los terrenos de juego y la necesidad de ganarse el pan con menesteres diferentes que no tenían que pasar precisamente por pisar el césped.

Así fue como se marchó a hacer las américas en busca de un sueño, ser actor. Para no perder la forma se apuntó al Hollywood United Football Club. Mientras, aceptaba papeles en películas como "Talking Sides" y cameos en series al estilo de la franco-canadiense "Un gars, une fille". No se trataba esta de una cualquiera pues sirvió en su día para conocer al oscarizado Jean Dujardin, que acabaría casado durante cuatro años con la co-protagonista.

Más allá del celuloide, también se atrevió con las tablas participando en la obra "Le Intrus", que fue representada en el teatro "Le temple" de París. Y con la pequeña pantalla. Comentarista en diferentes eventos para cadenas como M6, TF1, Eurosport, la india NEO SPORT o ESPN; formó parte de "Koh-Lanta, le choc des héros" (un equivalente a la isla de los famosos) y sonó para figurar entre los participantes de la versión gala de "Tu cara me suena".

Debido a los días de fiesta que se vienen encima, el blog no se actualizará hasta el próximo lunes. Disculpad las molestias.

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