lunes, 18 de noviembre de 2013

Top-10: Repescas mundialistas

Ya no hay marcha atrás. Esta semana se conocerán todos los equipos que van a disputar el Mundial de fútbol de Brasil. Algunos ya tienen hechos los deberes, otros sabrán en noventa minutos si hay premio o no para los viajes interminables a rincones inhóspitos de su continente durante años, para los encuentros a temperaturas extremas y para las goleadas copiosas pero insustanciales. Las repescas dejan momentos únicos, algunos de los cuales he querido refrescar en este blog. Un top-10 de eliminatorias que merecen ser contadas bien sea por su emoción, porque han dejado alguna acción para la historia o por lo extraño de los contendientes.
 
10. Rusia-Eslovenia (Sudáfrica 2010): Ha sido sin duda una de las grandes sorpresas en esta clase de partidos. Los rusos, con mejores nombres y más potencial, llegaban como favoritos y lo refrendaron marcando dos goles en la primera parte del partido de ida ante su público. Todo parecía resuelto pero se complicó. Un tanto de Pecnik en el 88 daba esperanzas a los eslovenos, que finalmente pasarían gracias al valor doble de las dianas en campo contrario después de vencer 1-0 en Maribor con anotación de Dedic.
 
9. Australia-Argentina (Estados Unidos 1994): Poco habituados a estas situaciones, los argentinos tuvieron que sudar para no perderse la cita en Norteamérica. Australia, que se había impuesto a Canadá en una ronda previa, dio más problemas de los previstos. Sin embargo para solucionar la papeleta apareció Diego Armando Maradona. El astro albiceleste, que tenía treinta y tres años y salía de una sanción de quince meses, regaló el tanto que marcó su equipo en el empate a uno de la ida. En el choque de vuelta, celebrado en el Monumental, un autogol de Alex Tobin certificó el pase. Cómo bien me ha apuntado @snedecor_rdn en Twitter, con los años uno de los temas de los que más se habló en relación a esta eliminatoria fue el del "Café veloz", que explica muy bien el diario "Marca" en este artículo. http://www.marca.com/2013/11/12/futbol/mundial/1384279824.html?a=f22f29a08c3432145e9557613c0cff4c&t=1384868675
 
8. Hungría-Yugoslavia (Francia 1998): La eliminatoria quedará, quizás, como el momento cumbre de una generación yugoslava en la que coincidieron nombres como Djukic, Mijatovic, Savicevic, Milosevic o Mihaijlovic. El combinado que dirigía Santrac Slobodan fue inmisericorde y pese a vencer por 1-7 en la ida no bajó el ritmo y le endosó a los húngaros una manita en la vuelta.
 
7. Gales-Israel (Suecia 1958): El camino de Israel rumbo al Mundial de Suecia fue de lo más peculiar. Los hebreos quedaron encuadrados con Turquía en la primera ronda de clasificación y pasaron al negarse los otomanos a jugar por cuestiones políticas. Lo mismo sucedió con Egipto en la segunda y con Sudán en la tercera. La FIFA no quiso que nadie viajara al Mundial sin disputar un solo partido y les cruzó con Gales, que ganó por 2-0 a la ida y a la vuelta disfrutando por primera y única vez de la máxima competición de selecciones. Además se salvaron dos vidas, las de Jimmy Murphy y Colin Webster. Pertenecientes ambos al United, gracias al servicio que le prestaron a su país sortearon el accidente aéreo de Múnich.
 
6. Irán-Australia (Francia 1998): Hasta que Australia consiguió inscribirse en el grupo asiático y no tener que jugarse su clasificación siempre a una carta en la repesca sufrió numerosos sinsabores. Quizás el menos esperado fue este, solo explicable desde la casta de los iraníes. Australia se puso por delante 0-1 en el partido de ida y 2-0 en el de vuelta. Pese a todo Irán consiguió empatar ambos, clasificándose por el valor doble de los tantos en feudo ajeno.
 
 5. Uruguay-Australia (Alemania 2006): Pese a los varapalos, Australia también ha tenido motivos para la celebración en ocasiones aisladas. Uno fue en el doble enfrentamiento que decidía si ellos o los uruguayos estarían en Alemania. Todo tuvo que decidirse en los penaltis después de que la ida y la vuelta terminaran 1-0.
 
4. Trinidad y Tobago-Bahrein (Alemania 2006): Probablemente sea la repesca más underground que se recuerda. No mucha gente sabía de la existencia de los triniteños y menos aún los situaban en el mapa. Lo mismo sucedía con Bahrein, país perdido en el caos emiratí. Pese a todo los dos tuvieron opciones de disputar un Mundial. Lo lograron finalmente los caribeños gracias a un gol de Lawrence en territorio asiático.
 
3. Suiza-Turquía (Alemania 2006): Dos equipos igualados ofrecieron un partido de ensueño cuyo guión era difícil de imaginar. Suiza venció 2-0 en la ida y se puso por delante en Estambul gracias a un penalti transformado por Frei en el minuto 2. Sin embargo nada estaba hecho. Un doblete de Sanli y un tanto de Ates permitieron pensar en el milagro. Con 3-1, y en plena vorágine, Streller anotó otra pena máxima. Pese al varapalo, un nuevo gol de Sanli mantuvo la emoción hasta el último aliento. Clasificados por el valor doble de sus dianas, los helvéticos tuvieron que retirarse a la carrera del césped entre una lluvia de objetos y ya en el túnel se enzarzaron en una vergonzosa pelea con sus rivales que inició Huggel propinando una patada fuera de tono a un miembro del cuerpo técnico contrario que se cruzó en su camino.
 
2. Francia-Irlanda (Sudáfrica 2010): No fue el mayor espectáculo futbolístico, ni la repesca más intensa. De hecho casi nadie se acordaría de ella si no fuera por una acción que dio la vuelta al mundo. "La mano de Henry" se ha convertido en una imagen icónica, en uno de los errores arbitrales más flagrantes del fútbol moderno. ¿Picardía? ¿Juego sucio? De poco sirvió. Los irlandeses se quedaron sin Mundial y Francia hizo el ridículo.
 
1. Rusia-Chile (Alemania 1974): De nuevo la política y el fútbol cruzaron sus caminos en una repesca mundialista. Con el golpe de estado de Augusto Pinochet aún caliente, Chile se desplazó a Rusia para disputar un encuentro que terminó con empate a cero. La vuelta nunca se celebró. Los soviéticos, en protesta por la situación del país transandino, se negaron a jugar en el Estadio Nacional de Santiago, convertido por los militares en algo semejante a un campo de concentración. Así pues once futbolistas chilenos saltaron al césped en el día y a la hora señalada... pero en el césped no había contrario. El seleccionado local sacó de centro y se dirigió hacia el marco rival para culminar la pantomima marcando un gol. 

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