viernes, 11 de diciembre de 2009

La victoria más amarga de Nikopolidis

Aunque parezca mentira por la buena forma en la que se encuentra, el sempiterno Antonios Nikopolidis, que ya peina unas lustrosas y elegantes canas en su cabeza, esta a menos de un mes de alcanzar los 39 años. El hombre que ayudó a levantar la Eurocopa griega es un viejo guerrero de los terrenos de juego y el miércoles, con la posibilidad de acceder a octavos de final de la Liga de Campeones, tenía enfrente un nuevo reto de esos que ayudan a un profesional a mantenerse en activo.

El camino estaba despejado ya que el rival era un Arsenal que no se jugaba nada y el veterano Nikopolidis, que ya se había visto en muchas de esas, sabía que a poco que hiciera su equipo la victoria sería un mero trámite. Sin embargo algo me dice que en el plano personal jugó el que probablemente haya sido uno de los partidos más duros de su carrera.

Sobre el césped de su propio estadio, en el que en tantas tardes descubrió la gloria, se alineaba frente a él un grupo de púberes imberbes y descarados a seis de los cuáles doblaba en edad. Aquél equipo, compuesto de niños y que perfectamente podría ser el de un juvenil, seguramente le hizo pensar que los años pasan para todos y que era el momento de abrir el camino a las nuevas generaciones. Por suerte no encajó ningún gol de sus oponentes, ya que de ser así no hubiera sido descartable que se decidiera a colgar los guantes sobre el mismo terreno de juego.

Y es que el técnico del Arsenal, Arsene Wenger, volvió a dar una nueva lección de saber hacer. Sin nada que perder apostó por un equipo que tenía mucho que ganar en todos los sentidos. El francés no sólo permitía a sus titulares descansar de su diabólica temporada sino que ofrecía una oportunidad única a un grupo de chavales llamados a comerse el mundo. La misma oportunidad que en su día tuvieron entre otros Cesc Fabregas, hoy capitán "Gunner" con tan sólo 22 años.

Wilshere, Bartley, Tom Cruise (no confundir con el actor de Hollywood) y compañía no consiguieron la victoria pero dejaron una excelente imagen y a su club y a su entrenador en muy buen lugar. Quizás los beneficios del trabajo con la cantera no lleguen este año, ni el que viene. Pero en Londres ya han demostrado que frente a la carencia de dinero está la virtud de la juventud.

El equipo está en clara inferioridad económica frente a sus rivales en la Premier y más teniendo en cuenta que aún arrastran las deudas derivadas de la construcción del flamante Emirates Stadium. La única solución pasa por criar a sus propias perlas para hacerlas progresar o para venderlas al mejor postor. La confianza de Wenger y su gusto por el fútbol rápido y de salón hacen, de momento, el resto. Por muchos jóvenes prometedores que aparezcan, al final, el futuro, está en manos de un señor de 60 años. God save Arsene!.

2 comentarios:

Tomàs Martínez Pés dijo...

Este partido me puede recordar un poco al Gamper porque el Barça jugó 45 minutos con el equipo "B" y le plantó cara al City, dejando a Hughes muy impresionado.
El Arsenal sabe que con el poco dinero que tienen comparado con los equipos más ricos de su liga, deben conservar su cantera y sacar a muchos jugadores de allí. Seguramente Wenger venderá a Cesc cuando vea a Ramsey y a Wilshere preparados para dar ese último salto de calidad para la titularidad definitiva.
Entonces el Arsenal se podrá permitir fichar y cuando vuelva a salir otra perla y ya tenga a otra en la recámara preparada ,la venderá.(Ashley Cole - Clichy - ahora Gibbs) o (Vieira - Cesc)

Saludos desde http://ojeadorinternacional.blogspot.com/

Willy dijo...

Gran artículo