viernes, 28 de junio de 2013

El drama que no cesa

Horas antes del encuentro que debía medir a España con Italia en la Copa Confederaciones, el mundo del fútbol conocía la noticia del fallecimiento de Stefano Borgonovo, delantero que militó en diferentes equipos transalpinos durante la década de los ochenta, Fiorentina y Milán entre ellos.  El deceso, ya de por sí trágico en lo individual, suponía además una nueva muesca en un drama colectivo que ha castigado al deporte rey en el país durante las últimas décadas.

Con su muerte, Borgonovo ingresa en una lista negra que ya forman más de cuatro decenas de nombres, la de los ex jugadores del Calcio que perdieron la batalla contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA); una enfermedad que ha castigado especialmente al gremio sin que hasta el momento se sepan con exactitud los motivos.

También conocida como el síndrome de Lou Gehrig, nombre de un jugador de béisbol muerto en 1941 como consecuencia de una situación análoga, afecta en condiciones normales a seis personas de cada 100.00. Sin embargo son 43 futbolistas italianos sobre una base de 30.000 los que la han padecido en la última década.

Las estadísticas denotan pues que lo que sucede en el territorio de la bota es algo más que mera casualidad. En la búsqueda de la verdad algunos intentaron encontrar una vinculación con el dopaje, teoría más bien descartada teniendo en cuenta que no se ven casos semejantes en otros deportes donde esta práctica ilícita abunda.

Otros apuntan a la dureza y a la exigencia del juego, a las patadas y los golpes que se suceden durante los noventa minutos. Dicha teoría llega avalada por la gran cantidad de centrocampistas entre los afectados. Hay también quien cree que detrás del desastre se encuentra la neurotoxina BMAA, causada por la presencia de cianobacterias sobre el verde.

En cualquier caso ni unos ni otros logran ponerse de acuerdo. Y mientras siguen cayendo en desgracia ex futbolistas, algunos de ellos tan conocidos como Gianluca Signorini, mito del Génova fallecido en el año 2002. Lo hacen además en edades muy tempranas, por encima de la media habitual de los afectados.

Es probable que algún día se llegue a descubrir el motivo pero eso no le devolverá la vida a Bergonovo, padre de cuatro hijos que llevaba postrado en una silla de ruedas desde el año 2008. Un caso más como el de otros compañeros de generación, hombres que se ganaron la vida haciendo ejercicio profesionalmente y que, paradójicamente, acaban sus días sin poder moverse por culpa de la enfermedad.

Por un problema técnico del blog me ha sido imposible publicar el post que tenía previsto para hoy dedicado al brasileño Fred. El miércoles, en principio, volverá la sección habitual "¿Qué ha sido de...?". Puede que el próximo viernes me anime a reescribir lo que tenía hecho y sin motivo se ha borrado. Disculpad las molestias.

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