Aunque es verdad que aquí el soccer no es popular y que, inevitablemente, sólo se habla de la Super bowl (que llegará a la ciudad en dos semanas) no es menos cierto de que en mi vida he visto a unos padres tan entregados (y llevo ya ocho años entrenando a chavales) como los que el otro día poblaban las gradas para animar a un equipo femenino en un partido al que asisití mientras quemaba los excesos de la "junk food" en la pista que rodea el campo.
Pero en fin, me estoy desviando del tema así que voy al grano. Raimundo Ferreira Ramos Jr (alias Junior Baiano en honor a la región de Bahía) se dio a conocer en el Mundial 98, cuando comandó la zaga brasileña desde su 1,91 de estatura, convirtiéndose en un central solvente y aseado.
Para llegar hasta la selección necesitó tiempo, 27 años, pero fue capaz de mantenerse con solvencia durante un tiempo. Antes se había convertido en profesional a finales de la década de los 8o jugando para el Flamengo e incluso había dado el salto a Europa procedente del Sao Paulo para jugar en el Werder. En Alemania hizo un año más que notable pero quizás por saudade o porque en aquél entonces los equipos brasileños gozaban de bonanza económica sólo pasó allí un año antes de volver al Flamengo.
Desde ese momento su carrera fue en declive (en parte por las lesiones). Tras pasar por el Palmeiras y el Vasco de Gama, se marchó a jugar al Shanghai Shenhua chino con 31 años en lo que muchos veían un anticipo de su retiro. Lejos de eso volvió al año siguiente a a liga brasileña y tras pasar por el Internacional retornó una vez más al Flamengo, donde logró el campeonato siendo titular indiscutible a sus 34 años.
Con sus aspiraciones colmadas pensó que dejarlo en la cresta de la ola era lo mejor pero el mono de fútbol le pudo más. Tras anunciar que se iba al concluir la temporada, se reatractó y aún le dio tiempo a jugar en el América, el Braseliense y el Volta Redonda (con 38 años). Después de todas estas aventuras la lógica dice que le llegaba el momento de la retirada. Pero no, de momento eso no ha pasado. ¿Por qué os lo traigo? Pues porque juega en el Miami FC, de la segunda división estadounidense, a las órdenes de su compatriota Zinho, como en su día hiciera Romario.
Aunque el fútbol aquí es poco competitivo y más en la categoría de plata, me he propuesto ir a ver al equipo cuando tenga coche, ya que me pilla algo extraviado de la zona en la que vivo. Si cumplo mi amenazay sobrevivo, os acercaré la experiencia.
2 comentarios:
Todo un trotamundos del fútbol. A ver si llega a la MLS.
un defensor extraordinario merecio estar mas tiempo en la seleccion, tenia mucho recurso
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