viernes, 27 de noviembre de 2009

Del torpedo a la bayoneta



Dentro de la mala temporada que está haciendo el Bayern, incapaz de despuntar ni en Liga ni el Liga de Campeones, hay un motivo para el optimismo. Su nombres es Thomas Muller y en tiempos de escasa bonanza económica su irrupción es una bendición para el equipo bávaro.

A pesar de las contrataciones de Gómez, Robben o Tymonschuk, su confirmación ha sido el mejor fichaje ya que este proyecto de estrella ha explotado antes de los esperado en una galaxia venida a menos e inmersa en una gran crisis de resultados que amenaza el puesto del entrenador y que podría acabar en una estampida de jugadores relevantes al final del curso.

Resulta difícil definir al nuevo genio bávaro, que dejó sus primeros detalles la pasada campaña subiendo desde la cantera. No es el más rápido, ni el que mejor regatea. Tampoco es un killer del área ni un pasador estratosférico, de los que quita el aliento. Pero parece tener la dosis exacta de todo.

Incluso aquello que podría suponer para él un problema como es su gran envergadura sólo hace que aportarle más elegancia en los movimientos gracias a su agilidad con sus interminables piernas.

Con tan ilustre apellido las comparaciones con el "Torpedo" son inevitables pero en realidad absurdas dado que ambos no guardan parecido alguno. El pionero se convirtió durante su etapa como futbolista en un animal de área, en uno de los mejores de la historia. Thomas, por su parte es más una bayoneta capaz de marcar las diferencias en las distancias cortas y en las largas. Un jugador que juega y hace jugar, que tan pronto lanza un desmarque por el centro como ofrece opciones en banda. Capaz de buscar el gol desde fuera del área como bajo la línea y altamente polivalente. Cada uno en su estilo, están llamados a marcar una historia en el Bayern.

1 comentario:

Nico García dijo...

Lo está haciendo muy bbien.
Saludos desde La Escuadra de Mago