miércoles, 24 de septiembre de 2014

¿Qué ha sido de... Goran Maric?


Poco le importó ayer al centrocampista serbio Nemanja Radoja jugar con un aparatoso vendaje casi la totalidad del derbi gallego que midió al Celta de Vigo y el Deportivo de La Coruña. Entre incursiones al banquillo para adecentarse el adefesio improvisado que llevaba en la cabeza, trabajó a destajo para destruir lo que construía el rival conquistando al mismo tiempo, y quizás sin saberlo, el corazón de Balaídos.

Él es el último exponente de la colonia de futbolistas balcánicos que ha ido asentándose en la ciudad durante las últimas décadas. Nombres como Gudelj, Ratkovic o Andrijasevic a los que precedió tiempo atrás uno de los pioneros, Zoran Maric. No es de él de quien voy a hablar sino de su hijo Goran, un hombre con amplia trayectoria en la cantera pero que nunca llegó a triunfar con el primer equipo.

De hecho solo pudo aportarle treinta minutos cuando López Caro decidió darle la alternativa ante el Castellón. No fueron, eso sí, sus únicos recuerdos en Segunda ya que llegó a marcharse cedido a Las Palmas de forma poco exitosa y posteriormente acabaría militando media campaña en el Real Unión de Irún.

Sin cifras para la historia en la categoría de plata, hay que bajar un escalón para descubrir qué argumentos le permitieron ganarse esas oportunidades. Y ahí, en Segunda B, fue donde dejó algo de poso. Cultivado en las inferiores del Compostela y posteriormente cincelado en La Masía, fue en el filial celtiña donde de verdad se empezó a hablar de él. Allí se destapó como un delantero centro con virtudes coincidiendo en el tiempo con grandes productos de la casa como Michu o Iago Aspas.

No sería la única cantera que pisaría como adulto ya que a esa época le seguiría una temporada en el Barcelona B. De nuevo en la división de bronce, su aportación fue de más a menos y acabada la temporada probó suerte fuera por primera vez aceptando una oferta del Norwich. Sin gloria en los 'Canaries' y tampoco durante su etapa ya mencionada en Irún, volvió a hacer las maletas.

Le esperaba con los brazos abiertos una localidad poco futbolística y, a juzgar por mi experiencia como viajero, bastante poco animada. Sin embargo en la húngara Papa, que a partir de las doce de la noche parece un cementerio y donde se consumen insulsos bocadillos de chopped en el bar del club local, volvió a encontrarse consigo mismo.

Menos exigido que en el campeonato español, vio puerta con relativa asiduidad hasta el punto que llegó a llamar la atención del Zhetysu Taldikorgan kazajo. Aquel fue un camino de ida y vuelta pues pronto retornaría al Lombard. Sin embargo una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, cuya recuperación en Madrid llegó a protagonizar un vídeo de Canal + que puede ser consultado en Youtube, acabó convirtiendo la vuelta en pesadilla. Lo último que se sabe de él es que desde julio, ha dejado de pertenecer a la entidad.

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