Ahora que se acerca un momento histórico para el fútbol islandés como es su primera opción real de clasificarse para un Mundial, si bien es cierto que con Croacia como rival en el playoff la hazaña se antoja cuanto menos complicada, es una buena oportunidad para repasar la vida y obras de uno de esos jugadores que se encargaron de mantener a flote al combinado nacional cuando el fútbol en la zona aún gateaba.
Con sus ochenta internacionalidades, el central Gudni Bergsson es sin duda uno de los rostros más reconocidos del país. Más allá de esas actuaciones con la elástica nacional, su historia de éxito y progreso en el fútbol inglés se considera como un embrión de los relatos heroicos que se han ido repitiendo en años posteriores gracias a hombres como Gudjohnsen o más recientemente Sigurdsson.
Estos últimos, en cambio, lo tuvieron más fácil en un terreno ya abonado para la integración de diferentes culturas dentro de un sistema que sigue evolucionando. Cuando Bergsson llegó, ese proceso estaba aún creciendo y solo la voluntad de progreso servía para hacerse un hueco. Él la tenía y lo había demostrado aceptando una infructuosa cesión en el 1860 Múnich procedente del Valur de su país natal.
Volvió al equipo, despuntó y fue entonces cuando en Inglaterra comenzaron a conocer de su existencia. Tras una prueba poco exitosa en el Aston Villa, acabó aceptando una oferta del Tottenham en la que fue su primera parada por aquellos lares. Sus protagonismo fue de más a menos y tras darse cuenta de que no contaba con la confianza de Ardiles, decidió marcharse hacia otra zona.
Le recibieron con los brazos abiertos en el Bolton, club donde se integró encontrando un hogar estable en el que desarrollar ese don que tenía. Allí pasó ocho temporadas más dulces que agrias en las que llegó a jugar en la Premier y se ganó el cariño de una grada y el respeto de compañeros y entrenadores.
Tal fue así que cuando tenía tomada la decisión de colgar las botas, Sam Allardyce intentó convencerle sin éxito para que siguiera dando guerra en los campos. Él, en cambio, ya había tomado una decisión, la de reconducirse laboralmente por el campo del derecho; una carrera que había estudiado en paralelo a su actividad deportiva.
Pese a todo no dejó de lado el deporte rey, presentando en su tierra un programa llamado "4-4-2". No sería lo único que haría en la pequeña pantalla ya que poco después repetiría como conductor de otro espacio. Sin embargo el hecho más relevante tras su retirada sucedió el 6 de marzo de 2012 cuando vivió una situación de lo más desagradable.
Bergsson, sentado en su puesto de trabajo, vio como a su lado un cliente apuñalaba a un compañero por una deuda del energúmeno con la empresa del el ex futbolista. El que fuera central se abalanzó sobre él para defender a su colega, siendo acuchillado en ambas piernas. Afortunadamente todo quedó en un susto. La policía detuvo al agresor, el defensa salió ileso y según parece la anónima víctima principal logró superar un estado crítico y salvar la vida.
Aunque intentaré actualizar el blog el próximo viernes me temo que por cuestiones laborales me va a ser imposible. En ese caso os pido que disculpéis las molestias.
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