Con sus trattorias, cafés y flores en las calles; el "Petite Italie" de Montreal no dista demasiado de otros núcleos urbanos norteamericanos en los que se agrupan individuos de origen transalpino. Muchas ciudades los tienen, probablemente por la necesidad de encontrar abrigo que siempre acompaña a todo inmigrante cuando sale de su país aunque negándose a renunciar a sus raíces.
Tradicionalmente uno de los mayores nexos de unión para esa población expatriada ha sido el deporte. Por eso los italianos de la ciudad canadiense tienen motivos para estar de enhorabuena. Su equipo, el Impact, una de las franquicias más jóvenes en la MLS, lidera la Conferencia Este y lo hace con una base compuesta por ilustres compatriotas.
Poco le ha importado la edad a dos jugadores como Allessandro Nesta o Marco Di Vaio para decidirse a emprender una aventura ultramar que de momento está saliendo a las mil maravillas. Seducidos ambos por el efecto llamada y las referencias de hombres como Matteo Ferrari o Bernardo Corradi, han ido creciendo con el paso de los meses para alegría de la ciudad, del club y también de la competición.
Especialmente reseñable es el caso del delantero. Convertido en el jugador franquicia tras su fichaje procedente de Bolonia, la distancia con su país no le ha hecho perder el olfato goleador. Marco ha marcado de momento nueve dianas de las veintitrés de su equipo y es el segundo máximo anotador de la Liga.
Su figura ha servido además como faro para reclutar como cedidos a la plantilla a dos ex compañeros: Andrea Pisanu y Daniele Paponi. Todos juntos, en compañía de un vestuario que les respeta y busca mejorar a su lado, han compuesto un excelente bloque que ya ha conseguido victorias importantes en el presente curso.
Queda la duda de si esa veteranía no acabará pesando en las piernas durante el tramo final de la temporada. Mientras esta se resuelve, su liderato por méritos propios da credibilidad al proyecto ideado desde los despachos por Joey Saputo y dirigido en la banda por Marco Schällibaum, un ex internacional suizo que hasta ahora solo tenía experiencia en los banquillos de su país.
Frente al postureo futbolístico de algunos jugadores que van a los Estados Unidos o Canadá a retirarse sin dejarse la piel, la importación de producto europeo de alta calidad y grades dosis de profesionalismo por la que ha apostado el Impact resulta todo un ejemplo. Priorizando la pelea por los títulos antes que los ingresos económicos se sigue una línea alternativa, quizás menos atractiva pero más segura y alejada del showbusiness imperante. Así, y no de otra forma, es como el fútbol norteamericano entrará por los ojos del mundo entero.
1 comentario:
Saputo es de raíces italianas y desde el principio tuvo claro que su equipo se basaría en jugadores de esa nacionalidad. No olvidemos que también fue quien más interés puso en que Del Piero acabara en la MLS, aunque al final el jugador eligió Australia.
El mérito, en el caso de Montreal, es haber conseguido que los fichajes europeos estén comprometidos, algo que no siempre ocurre en esta liga
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