En mi último post, donde relataba como fue desde el punto de vista futbolístico mi viaje a Portugal, hacía ligera referencia a un futbolista que pasó por nuestra liga. Lo hizo de forma breve y discreta después de vivir el que quizás fue uno de sus grandes momentos de gloria, ese derbi lisboeta en el que, visitiendo la camiseta del Benfica, le hizo dos goles al Sporting, el eterno rival.
Hablo, por supuesto, de Joao Tomas; ese delantero espigado de casi 1,90 al que en su día denominaron "El Jardel de Coimbra". La explicación de ese sobrenobmre era previsible teniendo en cuenta que el brasileño despuntaba por entonces en el Oporto y que nuestro protagonista jugaba para el Académica.
Había llegado procedente del Anadia, el club de una localidad de la región de Aveiro, y apenas necesitó tres campañas para desplazarse a la capital atendiendo a la llamada de "Las Águilas". Sus buenas cifras provocaron que no pasara allí mucho tiempo. Diecisiete goles duante un campeonato de liga fueron argumento suficiente para que Lopera tirara de capital y se lo llevara a jugar al Betis.
Su curso de debut no fue malo pero en los restantes su rendimiento decreció de forma preocupante hasta el punto que terminó su periplo en Sevilla tras dos cesiones en el Vitoria de Guimaraes y el Braga aprovechando que en su país natal tenía aún buen cartel, el mismo del que carecía en el país vecino.
Se salió del mapa recuperando los buenos guarismos de antaño, tentación excesiva para cualquier equipo de Oriente Medio que se precie. Eligió Catar para vestir los colores del Al-Arabi en el que fue un viaje de ida y vuelta. Finalizada su segunda vinculación con el Braga, se marchó al Boavista. Las irregularidades financieras condenaron al club de Oporto al descenso, momento que él aprovechó para probar suerte en el Rio Ave. Tenía entonces 34 años.
Lo normal es que hubiera decidido colgar allí las botas, pero nada de eso. Animado a conocer nuevas tierras, aceptó retornar a Asia para jugar en el Al-Sharjah saudí. Fue otra de esas breves excursiones ya que poco después retornó al Rio Ave. Lo sorprendente de la historia es que, ya muy entrado en los treinta, consiguió proclamarse el segundo máximo goleador de la Primera División portuguesa solo por detrás de Hulk.
No fue un espejismo ya que esta campaña encadenó también una buena racha entre octubre y noviembre que le llevó a marcar siete goles en cinco partidos, hat-trick contra el Setúbal incluido. Situado entre los máximos anotadores una vez más y con su club en puestos de UEFA, ha decidido marcharse en lo más alto antes de que le pesen los años. Hace escasos días se conoció que hacía las maletas rumbo a un lugar exótico, Angola, para jugar con el Libolo.
Aprovecho para deciros que entre mañana y el viernes publicaré una amplia entrevista de audio al futbolista español Xisco Muñoz. El que fuera delantero del Valencia, el Betis o el Levante es el actual pichichi de la Umagliesi Liga georgiana jugando para el Dinamo Tiblisi y se plantea defender los colores de su país "adoptivo" a nivel internacional. No os la perdáis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario