Viajar a un estadio como Anoeta siempre es especial, más si juegas en otro equipo vasco y lo que hay en juego es un derbi. Al guardameta argentino Martín Herrera, por entonces en el Alavés, le escamotearon esa oportunidad el 18 de marzo del 2001. Fue el único partido que se perdió por el caso de los "pasaportes falsos", el que cayó entre medias de su suspensión cautelar por parte de la RFEF y el levantamiento de esta tras comprobarse que estaba bien acreditada su condición de italiano y por tanto podía ejercer como comunitario.
Aquello pudo suponer un borrón en el excelente paso del portero sudamericano por España. Acusado de no medir bien las salidas y de "hacer la estatua" en más de una ocasión, su trofeo Zamora en el año 2000 calló muchas bocas. Este llegó un año antes de la gran noche del Alavés, aquella final de la Copa de la UEFA en el Westfalen que se recuerda como una de las mejores en la historia del fútbol europeo.
Nacido en Córdoba (Argentina), Martín se enfrentó como tantos otros chicos de su edad a un gran dilema, el de escoger el fútbol o decantarse por el baloncesto. Dicen los que le conocen que con la pelota naranja se desenvolvía de forma notable pero que fue el "Gordo" Ferrarese el que le animó a ponerse los guantes en el Estudiantes de Río Cuarto.
Fue el paso previo a su fichaje por Boca Juniors, a donde llegó a los dieciséis años para quedarse tras una prueba. Con Navarro Montoya bajo los palos, jugar era complicado. Por eso desarrolló parte de su actividad con los reservas. Allí conoció uno de sus días más duros sobre el césped. Sucedió el 16 de mayo de 1993 cuando, tras chocar con un delantero de Independiente, sufrió un traumatismo craneal con hundimiento de pómulo, fractura en el hueso orbital del ojo derecho y rotura de ligamentos. Quizás ahí naciera, comprensiblemente, su preferencia por quedarse bajo los palos antes que salir a buscar la pelota.
Con su porvenir reprimido debido a la competencia, Herrera decidió marcharse en busca de nuevas oportunidades. Tras llamar la atención en el Club Atlético Atlanta se mudó al Toluca mexicano y posteriormente al Ferrocarril Oeste, paso previo a su desembarco en Europa. Allí todo fue de más a menos, a nivel específico en el Alavés y a nivel global tras salir del club rumbo al banquillo del Fulham.
Finalizada su breve experiencia en la Premier volvió a casa. Lo hizo con ilusiones renovadas aceptando una oferta del Estudiantes de La Plata. Allí conoció a uno de los técnicos de moda en el fútbol Mundial, Diego Pablo Simeone. El meta empezó como titular pero tras ser expulsado ante Boca Juniors desapareció de las alineaciones y acabó enfrentado con el "Cholo". Con el cierre de la temporada y el título de campeón en sus vitrinas, decidió alejarse del fútbol profesional. Tras varios meses de tranquilidad, acabó sus días como arquero atajando en el club que le vio crecer, el Estudiantes de Río Cuarto.
Al ser festivo, el próximo viernes no se actualizará el blog. Disculpad las molestias.
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