Fue en el año 1992. La Federación Galesa, interesada en fundar su propia liga, puso entre la espada y la pared a los diferentes equipos del país. Solo se barajaban dos opciones: O estar con ella o estar contra ella. Muchos siguieron su estela pero seis "rebeldes" optaron por permanecer en el sistema del fútbol inglés, mucho más competitivo y por tanto todo un desafío a la hora de progresar hasta el techo.
El tiempo parece haberle dado la razón a alguno de ellos. Mientras la Premier League galesa naufraga en la mediocridad, su equivalente inglesa tendrá el año que viene a dos clubes oriundos de Gales. Una peculiaridad nunca vista hasta ahora que se une a la sempiterna presencia de Giggs como un icono del torneo y a la sugerente y efervescente aparición de Gareth Bale.
Tras varios intentos fallidos, el Cardiff logró al fin volver a colarse entre los mejores, un éxito que no conseguía desde el año 1962. El premio es fruto al trabajo bien hecho, un característica que también ha acompañado al Swansea. Con su juego y su plantilla, el otro conjunto galés, que ya espera en la Primera División, ha cautivado a los aficionados y ha conseguido conquistar la Copa de la Liga.
Mientras, en el otro bando, el New Saints parece haber recogido el cartel de dominador que en los inicios tuvo el Barry Town. Ninguno de los dos, ni el resto de equipos que les acompañan en el día a día, gozan de apenas relevancia a nivel internacional. Habituados a caer en las primeras rondas previas de la Champions League y la Liga Europa, sus características ser acercan más al amateurismo.
De hecho la Federación nacional, en un intento de darle un empujón a sus intereses, ha intentado en varias ocasiones que participaran en la Copa los clubes que aceptaron aliarse con los ingleses aunque el experimento nunca ha llegado a cuajar por la negativa de los más potentes, contentos con el sistema que les acoge.
Las diferencias entre aquellos que decidieron seguir vinculados al sistema inglés y los que optaron por el galés se aprecia también en la selección. Los únicos equipos del país que aportan nombres al combinado nacional son el Swansea y el Cardiff. Ni rastro de los segundos, cuyo nivel no alcanza el mínimo exigido.
Así pues Gales es a día de hoy un país dividido en dos, aquellos que se ciñen al ámbito local, al fútbol carente del oropel y de la vistosidad pero ligado a las raíces más tradicionales y los que cada semana disfrutan viendo a sus representantes en franca competencia con algunos de los mejores peloteros del planeta. Dos maneras diferentes de entender un deporte con muchas aristas.
1 comentario:
Lo curioso es que el New Saints está en territorio inglés.
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